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«Bachelet no ha logrado construir un liderazgo fuerte en la Concertación»

Antonio Leal asegura que la mandataria »debe ponerse como la líder indiscutida de la coalición y construir un apoyo transversal dentro de la misma, ya que esa fuerza la vemos ante la opinión pública, pero no así en el bloque de gobierno». Por otro lado, el parlamentario del PPD anuncia que quiere ser candidato a senador por la Región de Atacama en 2009.


Un balance positivo, pero a la vez sincero, realizó el saliente presidente de la Cámara de Diputados, Antonio Leal, respecto el primer año de gobierno de Michelle Bachelet, el que no ha estado ajeno de duras críticas, que no solamente llegan desde la derecha, sino que también de la Concertación.



Cuando esta semana deje el máximo cargo de la corporación, el diputado del Partido Por la Democracia (PPD) manifiesta que las colectividades de todos los sectores están pasando por una fuerte crisis política y que, por lo mismo, para tratar de distraer la atención de la ciudadanía sobre esos focos de conflictos levantan candidaturas presidenciales.



Leal expresa que lo anterior perjudica enormemente a esta cuarta gestión oficialista, porque hay un gran desorden en los partidos de la Concertación, donde, a su parecer, se necesita una mano dura que los tranquilice.



-¿Cuál es la evaluación que hace del primer año de gobierno de Bachelet?
– Creo que hay méritos muy grandes de este gobierno. El primero, es que Bachelet ha cumplido con la idea de la instalación de la mujer en el poder, estableciendo por primera vez en la historia de Chile un gabinete paritario. También la mandataria ha producido algo muy importante que, en algún momento debía realizarse, y que no deja de tener consecuencias en las dificultades de instalación del gobierno, que es reemplazar a los grupos dirigentes que habían gobernado a través de la transición democrática, como los ministros de Patricio Aylwin, Eduardo Frei y Ricardo Lagos, en cambio la Jefa de Estado reemplaza y se produce una ruptura, la cual es positiva, con quienes habían gobernado desde los ’90.



Entonces, el cambio de elite política en el cuarto gobierno de la Concertación es algo que genera dos elementos: Primero, mayores dificultades en el rodaje de la administración y lentitud en tomar decisiones, y segundo, la sensación ante la opinión pública que éste es un positivo recambio, donde los nuevos ministros deben afirmarse antes la ciudadanía porque muchos de ellos son desconocidos.



También considero positivo que la mandataria haya cumplido con enviar al Parlamento los 20 proyectos de sus primeras 36 medidas, de lo cual puedo decir que todas ellas ya se convirtieron en ley de 61 en total. En tanto, 22 están en segundo trámite constitucional y 19 en comisiones. En ese sentido, todos estos elementos le dan mucha solidez legislativa y credibilidad respecto de lo que le propuso al país Bachelet cuando era candidata presidencial.



La opinión pública tiene claro que si algo marca a este gobierno, y que incluso lo diferencia de los anteriores, es el tema de la agenda social, la búsqueda de una nueva relación con la riqueza y lograr mejores políticas para los más pobres. Un ejemplo claro de esto es que Bachelet ya instaló en el debate la reforma al sistema previsional, la cual va a crear algo que prácticamente no existe en ningún país del mundo, como es la pensión solidaria universal para todos quienes no tengan cotizaciones, cumpliendo los 60 años.



-¿Qué es lo negativo de este gobierno y también en los partidos de la Concertación?
-Yo creo que la Presidenta tiene un gran liderazgo ante la ciudadanía, pero tiene un menor liderazgo al interior de la coalición, y que es una de las tareas que debe asumir y también los partidos.



Para mi, e insisto, ella (la Presidenta) debe ponerse como la líder indiscutida de la coalición y construir un apoyo transversal dentro del bloque a su liderazgo político. Aquí hay una dicotomía: mientras la mandataria tiene un tremendo liderazgo social, sin embargo no ha logrado construir un liderazgo fuerte en la Concertación que pueda sobrepasar las innumerables tensiones que viven las tiendas.



-¿A qué se debe eso?
-Creo que los partidos están viviendo, unos más y otros menos, innumerables tensiones, visiones internas distintas y disputas por el poder, y esto se da en la Concertación y en la oposición, y también en coaliciones de otros países.



En el caso de Chile es un problema pronunciado, donde en todas las colectividades conviven diversas almas que muchas veces son contradictorias con los objetivos finales, y por tanto, yo me pregunto ¿cuál es la mayor dificultad que la mandataria ha vivido en su gobierno? A mi parecer son las tensiones internas que han vivido de los partidos de la Concertación y la incapacidad del bloque de colocarse como factores esenciales de la conducción política y de los programas sociales.



Y ello es evidente en las encuestas, ya que mientras Bachelet sigue estando en el 50 por ciento o más, todos los partidos políticos son desvalorados por la opinión pública porque la tendencia, especialmente en el último año, ha sido de vivir en una permanente conflictualidad interna.



«Se deberían desdramatizar los cambios de gabinete»



-¿Y por lo mismo aparece el tema de las candidaturas presidenciales?
-Esa es una tendencia que viven los partidos en orden a construir liderazgos presidenciales con excesiva anticipación. Por lo tanto, una de las mayores debilidades del gobierno de Bachelet es la situación de las colectividades de la Concertación, y también creo que el gobierno debe abrirse más a la consulta y a la participación ciudadana en lo que se refiere a las grandes tareas que impulsa.



-¿Cómo lo que pasó con el Transantiago?
-Respecto al Transantiago se debiera haber hecho una consulta más fuerte a los alcaldes y a juntas de vecinos para tener una mirada real de la articulación de la ciudad, antes de fijar las rutas y las frecuencias, y en esto creo que fue necesaria más participación ciudadana; lo mismo cuando se establecen los ejes de la política educacional al inicio del gobierno, se deja afuera la LOCE, pero se realiza el movimiento estudiantil y la situación se complica y se incluye esta ley. Al gobierno le ha faltado confrontar sus políticas, sobre todo las ejes y estratégicas, con la ciudadanía.



-¿Pero no considera injusto que este gobierno haya tenido que cargar con las problemas que dejó la administración de Lagos?
-Eso es algo inmanejable. Cuando los gobiernos tienen continuidad, la tienen para las cosas positivas como para las cosas negativas de determinadas políticas. Los cambios de equipos entre uno y otros obviamente dificultan lo que se venía preparando.



-¿Pero Lagos en los últimos días ha sido el blanco de duras críticas por el Transantiago, al interior incluso de la misma Concertación?
-En el caso del Transantiago me gustaría decir que no siempre se realizan cambios que afecten la vida cotidiana de todos los habitantes de una ciudad, y en eso habría sido más cauto y más gradual en la aplicación de esta reforma gigantesca, ya que a lo mejor lo que ha faltado es una definición conceptuada de esta revolución del trasporte público. Por ejemplo, lo que eché de menos es que el gobierno difundiera con antelación y durante un tiempo prolongado el sentido del cambio, lo cual no ocurrió cuando estuvo Lagos ni tampoco ahora.



Mi balance es que el gobierno de Bachelet tiene mucha fuerza en la sociedad, con una Presidenta que tiene un tremendo carisma y liderazgo en Chile como en el exterior, que su gestión marca un cambio fuerte en comparación con el resto en materia social. Yo creo que esta gestión va a tener éxito porque se van a corregir determinados elementos de conducción.



<b<-¿Sería bueno hacer un cambio de gabinete?
-Es muy difícil evaluar eso desde fuera porque tiene que decidirlo la mandataria, pero se deberían desdramatizar los cambios de equipo gubernativo porque de lo que se trata es que esté el mejor o la mejor, y si ella ve que hay debilidades en algunos ministerios debería hacerlo, pensando, además, que éste es el mejor año, ya que hay recursos, tiene un fuerte apoyo popular y no hay elecciones.



Posible candidatura senatorial



-¿En otro tema, usted definitivamente no postulará a la cámara baja en el 2009?
-Yo tomé la decisión de no volver a postular como diputado, pese a que logré en las últimas dos elecciones más de un 50 por ciento de los votos. Creo que se agota al final de este periodo mi rol como integrante de la Cámara Baja. Además, he tenido el honor de ser el presidente de dicha corporación y eso también marca mi decisión.



-¿Y una candidatura senatorial?
-Si así lo estima el PPD y la Concertación, voy a ser candidato a senador y ojalá que por la Región de Atacama. Yo quiero decir que en esto tengo un claro reconocimiento que el senador por esa zona es el socialista Ricardo Núñez, al cual yo le tengo un gran afecto y aprecio personal y político, somos amigos, y yo jamás colocaría en riesgo su cupo parlamentario si él quiere volver a postular.



-¿Pero si él no va, porque incluso al interior del PS se señala que esta vez optaría por no repostularse?
-Si ello ocurre, y tal como yo lo he dicho en la región, yo voy a ir por arriba, por abajo, por el lado y el costado. Es decir, voy a hacer candidato a senador por Atacama si Núñez no es el postulante del bloque progresista.



-¿No obstante, usted también ha recibido propuestas para postular por otras zonas?
-Mi partido me ha ofrecido ser candidato por la Primera Región, pero yo creo que no es el momento de pronunciarse sobre esto, porque ello pasa por un acuerdo en la Concertación.



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