Lagos Weber: «Aquí nos han acusado de todo, menos de ser populistas»

Es tan optimista el vocero de Gobierno, Ricardo Lagos Weber, que cuando hace un balance de lo que ha sido la administración de Michelle Bachelet en estos 14 meses señala en tono de broma que lo van a enterrar con una sonrisa en la cara. La expresión de su rostro cambia cuando reconoce que el Transantiago le ha afectado la vida a todos los chilenos y es un tema aún no resuelto.



En una oficina contigua a su despacho de La Moneda, desde donde se puede ver su tradicional mochila negra colgando desde una de las ventanas del segundo piso, toma Coca Cola y un té para intentar aplacar los efectos de un fuerte resfrío. Critica la postura de la derecha y señala que si bien el equipo político "goza hasta el momento de muy buena salud y estamos cohesionados", reconoce que se debe hacer un mayor esfuerzo para escuchar atentamente a los legisladores.



Dice que «los énfasis están en hacer un esfuerzo aún mayor por escuchar atentamente lo que nos dice el mundo parlamentario, no solamente recibirlos y atenderlos por teléfono, sino que escuchar de una manera más profunda los planteamientos de la clase política».



-¿Es una autocrítica que se hace el no escuchar a la clase política?
-En mi caso, desde hace un tiempo a esta parte he estado un poco más compenetrado del tema parlamentario. Hace varios meses que voy más seguido al Parlamento y me reúno con los legisladores. Aunque siempre va haber más demanda de la que se pueda otorgar, creo que siempre es posible escuchar más atentamente y entender el trasfondo de algunos planteamientos.



-¿Los parlamentarios oficialistas de todas maneras han pedido tener mayor interacción con el gobierno?
-Nos vamos a encontrar entonces. La oferta y la demanda en esta materia se van a juntar, ojalá que nos encontremos en buena.



– El 12 de mayo se lanza Chile Primero, del senador Fernando Flores y el ex diputado Jorge Schaulsohn. ¿Qué espera de ese referente?
-La verdad es que voy a seguir operando con las fuerzas políticas que existen, voy a seguir operando con la gente que está en la Concertación y voy a seguir negociando con la derecha para sacar proyectos de ley. Creo que la Concertación es una coalición muy importante para Chile. Hay que cuidarla, hay que escuchar atentamente las diferentes visiones que hay al interior de la coalición y yo soy partidario de los que quieren cuidarla desde adentro.



-¿Temen que la Concertación se quiebre?
– No creo eso. Yo creo que la Concertación le ha dado gobernabilidad a Chile y quiero que lo siga haciendo porque muchas cosas buenas han ocurrido estos años.



No hay descoordinaciones



El portavoz de La Moneda explica que el nuevo coordinador interministerial Ricardo Brodsky trabaja con el ministro secretario general de la Presidencia, José Antonio Viera- Gallo, y «creo que su rol es hacer un seguimiento a lo que son las políticas públicas sectoriales en general, hacer un seguimiento ministerio-ministerio de los compromisos asumidos".



Agrega que «es útil que haya una instancia que…(piensa y golpea la mesa para acordarse de la palabra) los vaya jineteando desde atrás, que esté encima recordándoles y que sea capaz de anticipar con luces amarillas cuando vayamos a enfrentar un conflicto en determinada área. El rol del coordinador debiera ser un seguimiento general, particular de compromisos y capacidad de anticipar a algunos conflictos».



-¿Se terminarán con ese nombramiento las descordinaciones?/b>
-No recuerdo descoordinaciones, sino que he visto parlamentarios que no están contentos con el trabajo que uno hace y viceversa. Hablar descoordinaciones no diría tanto.



-Pero para el paro estudiantil…
-¿Hubo descoordinaciones? Me puede decir que hubo falta de oficio, se reaccionó tarde, pero descoordinaciones no.



-¿Y en Chiledeportes?
-Ahí se le pidió al ministro del Interior que buscara un nombre para Chiledeportes y fue lo que hizo. Fui informado oportunamente y el ministro del Interior entrevistó incluso a Loreto Ditzel, quien lamentablemente pasó muy mal rato.



El Transantiago y el paro estudiantil



Al hacer un balance de estos 14 meses de gobierno, señala que realiza «una evaluación positiva en un contexto de escenarios complejos. La Presidenta cumplió con todos y cada uno de los compromisos que asumió a su primer año, desde el reajuste de las pensiones a un 10% hasta enviar el proyecto de reforma previsional».



«El escenario complejo se dio en varios ámbitos: primero, en el crecimiento económico que fue menos de lo esperado y se debió hacer correcciones a la baja y lo segundo, el paro estudiantil que por la extensión y profundidad del movimiento marcó a los chilenos, por la forma en que la opinión pública creyó que el gobierno iba a encarar los conflictos sociales. Como el movimiento estudiantil duró más de dos semanas, la opinión pública pensó que ésa era la forma de enfrentar el resto de los temas sociales".



Con respecto a los otros conflictos presentados en este gobierno, afirma que "todo lo resolvimos de manera bastante eficiente y sin mayores traumas. Lo más traumático fue el paro de la salud que duró una semana. El gobierno no fue populista porque no hizo más de lo que pudiera hacer, no otorgó una concesión mayor de lo que las cuentas fiscales podían otorgar y lo tenemos en salud, municipales, profesores, mineros y súmale el puente Chacao, temas en los que el gobierno llegó a un entendimiento, escuchó, dialogó y tomó decisiones, donde ninguna es populista".



«Aquí nos han acusado de todo, menos de ser populistas», enfatiza.



-¿Fue más complejo el paro estudiantil, los hechos de corrupción descubiertos, la baja del crecimiento económico o las falencias del Transantiago?
-El Transantiago es el mayor impacto desde el punto de vista de gobierno y político, además es el desafío mayor que tenemos porque le ha afectado la vida a todos en forma diaria. Eso es serio. El tema de Transantiago no está en las páginas de ciudad, sino que en política. Eso explica el por qué se realizó un ajuste ministerial y, al mismo tiempo, la Presidenta habló al país. Desde el punto de vista político y de sociedad, el Transantiago es lo más grueso que ha ocurrido, serio, sin perjuicio de otros temas. Es un tema vigente y no creo que a corto plazo esté resuelto. Lo importante es que la ciudadanía perciba los cambios.



-¿Le complica ser vocero siendo que hay errores del gobierno anterior que están creando problemas a la administración bacheletista.

-En aquellos aspectos que el gobierno anterior puede ser responsable del Transantiago no me genera ninguna dificultad que en una coalición de gobierno haya áreas y tareas que inicia una administración y la concluye otra. Uno se hace cargo de los temas positivos y los que quedan pendientes. En lo personal, no me genera ninguna dificultad, tengo súper claro mi rol, soy vocero de este gobierno y así he actuado siempre. No me he confundido nunca. El Presidente Ricardo Lagos ha optado por no hablar, en una actitud que asume como republicana. Cuando me preguntan a mí, yo les digo consúltenle a él porque problema mío no es.



El desmarque de la derecha



-El gobierno está retomando la agenda, aprovechando el desmarque de la derecha del tema de los empresarios. ¿qué otros proyectos tienen en carpeta?
-No es un tema sacar a la pizarra. Específicamente el voto de los chilenos en el exterior. La semana próxima tiene una buena oportunidad la UDI y RN de hacer carne lo que fueron los compromisos de sus candidatos a la presidencia de darle el voto a los compatriotas en el exterior. Esperaría que alguien que aspira a gobernar Chile alinee a sus parlamentarios. Demos vuelta la página, dice la derecha, porque ellos no quieren saber lo que pasó en Chile en 16 años, entonces que aprueben ese proyecto, ya que no hay razón para que no lo hagan. No quiero creer que la razón por la cual no quieren dar su apoyo sea porque piensan que los que sufragan afuera van a votar en determinada dirección. Eso es presumir algo que no les consta. ¿En qué quedamos, dimos vuelta o no la página de lo qué sucedió en el pasado? No es un tema del pasado.



Si quieren desmarcarse, papaya… que el senador Hernán Larraín y Carlos Larraían, que según ellos rompieron con los empresarios, aprueben el proyecto que prohíbe el aporte a campañas políticas de las empresas. Yo no soy nadie para sacar al pizarrón, pero no acepto el doble estándar. La derecha para algunas cosas usa una vara y para otras una varita más cortita. Los que nos sacan a la pizarra es la ciudadanía.



-¿No temen que la iniciativa de depreciación acelerada fracase?
-Creemos que eso no va a pasar y que vamos a tener los votos de la Concertación y de la derecha. En el oficialismo hubo tres legisladores que votaron en contra y que esgrimieron sus razones, pero 14 ó 15 a favor. En el caso de la derecha fue un oportunismo político, porque en la comisión de Hacienda de la Cámara lo apoyaron los diputados Dittborn y Álvarez -que no son particularmente los lanceros del progresismo-, y en la Sala el segundo informó que era un proyecto fantástico. Los senadores García Ruminot y Novoa también lo respaldaron y un día antes cambiaron, porque quisieron hacer una derrota política al gobierno.



-¿Pero fue una derrota?
-Fue una pérdida, perdimos esa instancia y hubo un costo, pero fue un costo donde hay varios responsables.



-¿Y los responsables del Gobierno?
-Nosotros siempre podemos hacer un mejor trabajo, socializar mejor las bondades de un proyecto. Vamos a tener un paquete de Pymes paralelo al proyecto y por eso estoy optimista que vamos a aprobar el proyecto.



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