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Alianza responde a indirectas de Bachelet y al titular de la Segpres

Pese a que se había mantenido en silencio, la derecha optó por no seguir dejando pasar las acusaciones que la mandataria ha hecho en contra del sector, en el sentido de obstruir sus iniciativas, y decidió defenderse aprovechando la invitación del ministro secretario general de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo, de generar un acuerdo político-legislativo.


«Los que empiezan por no respetar el lenguaje terminan por no respetar a las personas. La prepotencia y la descalificación son las armas de quienes no tienen argumentos. Quienes insultan, agreden y denigran le hacen daño a la democracia. Cuando las palabras dejan de tener sentido, cuando el encono desaloja el diálogo, los países no avanzan». Con esta frase, la Presidenta Michelle Bachelet, desató la guerrilla verbal que a partir del 21 de mayo ha ido subiendo de tono entre el oficialismo y la derecha, responsabilidad de la que ni unos ni otros se hacen cargo, aunque el jueves la Alianza optó por romper su silencio.



Si bien no se hizo cargo de los dichos de la mandataria el mismo 21 de mayo, claramente se quedó rumiando el malestar que produjeron sus palabras en la Alianza, sobre todo porque no fueron para nada al azar. De hecho, la frase "…cuando el encono desaloja el diálogo…" tenía nombre y apellido: el senador Andrés Allamand, pero el parlamentario aludido tampoco cogió el guante.



La decisión de la Presidenta de incluir en su discurso un raspacachos para la derecha y un llamado al orden para la Concertación no sorprendió demasiado, por cuanto los hechos ocurridos las semanas previas a la cuenta anual hacían prever algo así. De hecho, el miércoles 16 un parlamentario de Renovación Nacional comentó a algunos de sus pares su "preocupación por el tono del lenguaje", tanto de la Concertación como de la Alianza.



El legislador, lejos de culpar sólo al oficialismo, asumía que el "tono descalificatorio" venía desde ambos sectores y, a su juicio, ello "no es bueno para el país". Lo irónico es que el parlamentario, sin esperarlo, estaba en plena sintonía con Bachelet. Más paradojal aún resulta ser el hecho de que en su sector manifestaron sentirse agredidos por el Gobierno, en general, y por la Presidenta en particular, y no se hace ningún mea culpa acerca de la responsabilidad que le compete a la Alianza en los dimes y diretes de las últimas semanas.



Ayer, jueves, se produjo un nuevo episodio. Una Alianza coordinada salió a responderle al ministro secretario general de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo, quien osó invitar a la oposición a generar un acuerdo político-legislativo con el fin de sacar adelante las prioridades del Gobierno. Esa fue la señal que activó a la derecha y que dio pie para que el sector saliera en pleno a acusar a la Presidenta de faltar a la verdad cuando dice que la derecha rechaza que se inviertan otros US$ 650 millones en educación.



En este sentido, el secretario general de la UDI, diputado Darío Paya, fue el primero en responder en duros términos a la mandataria. "La Presidenta, hace tres días, hizo un llamado a "retomar el tono de la conversación pública sobre la base del respeto". Señora Presidenta, la primera base del respeto es no faltar a la verdad. Entendemos que a usted le incomode que fiscalicemos cómo gastan la plata -porque últimamente lo que hacen es derrocharla-, pero de ahí a decir que nuestra decisión de evitar el despilfarro quiere decir que nos oponemos al gasto en educación hay una distancia tan grande que se ahorra con una palabra: Eso es falso, eso es mentira, aumentar la subvención es algo que nosotros venimos pidiendo desde hace mucho tiempo".



Paya, incluso, llamó a la Presidenta a predicar con el ejemplo, pues todavía resuenan en los oídos de los dirigentes de la Alianza todas las veces que -el miércoles- la mandataria aludió al sector sin mencionarlo directamente en su discurso y refiriéndose a la derecha como "los agoreros del pesimismo".



De allí que "antes de hablar de respeto hay que informarse y no faltar a la verdad", advirtió el dirigente gremialista. Quien aprovechó la instancia para sentenciar que la invitación del titular de la Segpres es "inentendible". Ello porque mientras Viera-Gallo pide la colaboración de la Alianza, la Presidenta ataca al sector.



Pero junto con destacar la actitud contradictoria entre Bachelet y sus ministros, Paya no dejó pasar la oportunidad de dejar de manifiesto lo difícil que se le ha hecho la labor al titular de la Segpres para ordenar a sus parlamentarios. "Por una parte, el ministro pide agüita, y entendemos que la pida, porque tiene un record perfecto en el Congreso, cada proyecto con que llega se lo vetan los diputados de la Concertación". Tras lo cual agregó que hasta la semana pasada "teníamos un Gobierno abierto y manifiestamente inepto, sería muy grave que ahora, además, se transformara en un Gobierno que falta a la verdad", aludiendo a los dichos de Bachelet.



Con estas palabras resulta, a lo menos, incomprensible que la Alianza no se haga cargo de la parte que le corresponde en el intercambio de descalificaciones mutuas.



RN exige nuevo trato



Por su parte, RN se sumó a la molestia generada en el sector ante las críticas de la Presidenta. La secretaria general del partido, Lily Pérez, instó al Ejecutivo a moderar su lenguaje, exigiendo un nuevo trato antes de hablar de un pacto legislativo, como plantea el ministro Viera-Gallo.



"Nosotros exigimos, antes de hablar de cualquier pacto legislativo, un nuevo trato. Exigimos un nuevo trato de la Presidenta, de sus ministros y de su Gobierno. Este es un Gobierno que se ha caracterizado por un lenguaje agresivo, displicente, destructivo, que busca caricaturizar todos los días las posiciones que tenemos como Alianza en los distintos temas. Un Gobierno que, desgraciadamente, de vez en cuando hace llamados de colaboración, pero al día siguiente nos patea en el suelo", sostuvo Pérez.



A juicio de la dirigenta, el Gobierno hace llamados públicos por la prensa con el sólo objetivo de "quedar bien con la gente", pero que en los hechos tiene un lenguaje "muy descalificador y agresivo" con la oposición.



Paralelamente, el diputado Francisco Chahuán -vicepresidente de RN-, invitado a integrar la delegación de la Presidenta en su visita de Estado Finlandia, Suiza y Noruega, acusó recibo de las palabras de Viera-Gallo, en el sentido de que los parlamentarios de derecha debieran ser consecuentes y no aceptar las invitaciones a integrar comitivas de la mandataria. Chahuán precisó al titular de la Segpres que "confunde las cosas" y que "está muy equivocado si pretende comprar nuestro silencio con una invitación de la Presidenta, porque para eso no estamos disponibles".



Si algo queda claro en esta verdadera guerrilla de descalificaciones es que unos y otros aportan su cuota y contribuyen a que el tono, tan criticado por la derecha, aumente los decibeles día con día. Entre tanto la Alianza no termina de aclarar si aportará con sus votos para aprobar aquellas iniciativas sociales propuestas por La Moneda, su postura en este sentido se pierde con tanto ruido.

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