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La dura batalla de la FACH para comprar los dos aviones tanqueros a Airbus

Desde la instalación de sondas de reabastecimiento externas y fijas de diseño israelí en los F-16, de modo que pudieran ser reaprovisionados por el Águila, pasando por una oferta de dos tanqueros KC 135 de segunda mano, hasta una costosa propuesta de Boeing pasaron las ofertas que recibió la institución castrense.


La elección del avión de transporte estratégico de la FACH tuvo un desenlace previsible, porque solamente la opción del Airbus A310 MRTT se mantuvo en pie hasta el final. Con costos demasiado altos y un menor margen de vida operacional, las opciones de KC-135 de segunda mano y Boeing 767 reconvertidos quedaron en el camino mucho antes de tomarse la decisión final.



La compra de nuevos aviones de transporte estratégico para la FACH -con el objeto de cumplir requerimientos de transporte de carga y personas a gran distancia y de reabastecimiento de aviones de combate en el aire- fue una dura batalla librada en varios frentes por la institución aérea.



La necesidad de adquirir nuevos aviones para reabastecimiento de combustible en el aire se hizo presente desde el momento en que se decidió la compra de los cazabombarderos F-16 en el 2001. La urgencia de esta necesidad responde a que el sistema de reabastecimiento incluido en el diseño de estos aviones de combate no es compatible con el sistema de manguera y canastillo, que es el que usa el tanquero y transporte Boeing 707 Aguila de la FACH.



Inicialmente se propuso la instalación de sondas de reabastecimiento externas y fijas de diseño israelí en los F-16, de modo que pudieran ser reaprovisionados por el Águila, pero la idea fue rechazada por la FACH. La razón fue que las sondas externas agregarían fricción aerodinámica y reducirían las prestaciones de los aviones, además de presentar el inconveniente táctico de que la transferencia de combustible sería considerablemente más lenta.



Entonces se trató de incluir la transferencia de dos aviones del tipo KC-135 de segunda mano en el paquete de compra de los 10 F-16C/D de nueva fabricación adquiridos a través del Pentágono mediante el sistema FMS (Foreign Military Sales). Sin embargo, ello no fue posible en el momento, debido a la no disponibilidad de aviones de ese tipo para enajenación en los stocks estadounidenses.



La FACH siguió buscando una solución al problema, que se volvió más acucioso tras la compra de 18 F-16A /B de segunda mano en Holanda en el año 2004. A principios del año 2006 surgió la posibilidad de que al menos dos KC-135 pudiesen estar disponibles para venta hacia finales del mismo año. Esa posibilidad fue confirmada durante Fidae 2006, ocasión en que Boeing ofreció asumir compra, refacción y transferencia de los aparatos a Chile por un valor cercano a 50 millones de dólares por avión.



Sin embargo, para su alto costo, los KC-135 tenían una relativamente limitada capacidad de transporte de carga y personas. Y lo que es peor, había sido construidos a fines de la década de los sesentas, por lo su margen de vida operacional iba a estar limitado a 10 años, que podían ser extendidos a 15 años si se aceptaba una escalada de costos financieros y complicaciones logísticas.



En consecuencia, en octubre del 2006 la FACH descartó la compra de los KC-135.



El enojo de Boeing



A poco de ser descartados los KC-135 surgió una nueva alternativa, basada en la venta de aparatos Boeing 767 de primera serie, fabricados a principios de la década de los 80, que serían provistos por una empresa especializada en el leasing de aviones a aerolíneas y compañías de carga aérea ligada a Boeing.



La diferencia es que este caso los aparatos serían vendidos a la FACh por un valor cercano a los 35 millones de dólares cada uno. sin incluir las modificaciones para carga (puerta grande) ni el equipamiento para reabastecer en el aire.



Los trabajos de refacción y conversión de los dos 767 para las tareas de carga y reabastecimiento de combustible iban a ser ejecutados posteriormente por Boeing por un valor cercano a los 90 millones de dólares. De esta forma, el valor total de la compra de dos KC-767 para la FACH iba a girar finalmente en torno a los 160 millones dólares.



El costo financiero de la compra de los KC-767 iba a ser altísimo, aunque en su defensa es justo reconocer que los aparatos resultantes iban a tener un margen de vida operacional de entre 20 y 25 años, con soporte logístico garantizado, aspectos en que está alternativa era con mucho más razonable y conveniente que la de los KC-135.



Muchos observadores coinciden en que el alto precio de los KC-767 fue una expresión de las ambiciones de Boeing, que se vio como única opción frente a una fuerza aérea que estaba determinada a comprar aviones manufacturados por la empresa estadounidense.



Ese escenario cambió abruptamente cuando la oferta de los Airbus A310 fue presentada en marzo pasado. La Fuerza Aérea, que hasta entonces sólo había conversado con la empresa que ofrecía Boeing 767 de segunda mano, tenía ahora una segunda alternativa en frente.



Los dos Airbus A310 en oferta no sólo databan de 1992, lo que significa que ellos son más nuevos que los dos Boeing 767, sino que eran ofrecidos a un precio de 15 millones de dólares cada uno. Es decir, a menos de la mitad de precio, y esto complicó la posibilidad de comprar los aviones estadounidenses definitivamente.



Según distintas fuentes cercanas al proyecto, los oferentes del Boeing 767 optaron por no seguir compitiendo.



Pero al parecer Boeing no se conforma con haber perdido la posibilidad de desarrollar los trabajos de refacción, modificación y equipamiento de los aviones.



Tal es así que inicialmente habría amenazado con no participar en la Feria Internacional del Aire y el Espacio (Fidae) que tendrá lugar en Santiago en Marzo del 2008. Sin embargo, el fabricante estadounidense finalmente confirmó su participación.

Versatilidad y flexibilidad



Con una autonomía que les permitirá salir de Santiago y alcanzar Madrid sin hacer escalas, los A310 MRTT estarán en condiciones no sólo de reabastecer aviones de combate y otras aeronaves en el aire. También podrán apoyar despliegues de fuerzas a gran distancia como en Haití, ejecutar misiones de evacuación de ciudadanos chilenos de zonas de crisis como lo ocurrido en el Líbano en Agosto del año pasado, transportar delegaciones numerosas durante giras presidenciales fuera de la región sudamericana.



Para misiones REVO (Reabastecimiento en Vuelo), estos aviones estarán equipados con los dos sistemas de reabastecimiento -Boom o Caña Telescópica y Manguera y Canastillo- lo que les permitirá reabastecer tanto a los F-16 como a los F-5. Ni los KC-135 ni los KC-767 iban a tener los dos sistemas.



Sin embargo, por razones tanto de flujos presupuestarios como por la urgencia que tiene la FACH en reemplazar el Tanquero y Transporte Aguila, el primero de los A310 MRTT llegará en octubre equipado solamente con el sistema de Manguera y Canastillo. Tanto ese avión como el segundo aparato, que será recibido dentro del primer semestre del año 2008, serán posteriormente equipados con el sistema de Caña Telescópica.



Los aviones también podrán ser convertidos a la configuración de transporte de personas, con capacidad para 250 pasajeros, mediante la instalación de pallets con asientos. Al retirarse los pallets, los aviones quedarán en condiciones de transportar carga, para cuyo efecto también estarán dotados de puertas anchas para el embarque de bultos.



Para que los aviones puedan cumplir la tarea de transportar al Jefe de Gobierno, en las ocasiones que esté realice viajes largos acompañado de delegaciones numerosas, la FACh también adquirirá un kit removible para equipar una sección VIP en el aparato que sea empleado para tal efecto. Aún sin retirar ese kit, en los casos que la premura no lo permita, el avión contará con el 80 por ciento de su capacidad de transporte de carga y personal.



Para viajes cortos dentro de la región o con delegaciones de menor tamaño, se seguirá empleando el Boeing 737-500 adquirido en 1998, que para esté fin será equipado con un nuevo sistema de estanques auxiliares.



La Presidenta en avión de guerra



El analista Eduardo Santos estima que tanto los Boeing 767 como los A310 son "buenos aviones, adecuados para las necesidad de la Fuerza Aérea, y que fueron los costos los que inclinaron la balanza a favor de este último".



Sin embargo, Santos expresó incomodidad frente a la idea de que un mandatario chileno "llegue de visita a un país en un avión de reabastecimiento, que forma parte de un sistema de armas", ya que eso "podría tergiversar el sentido de buena voluntad y acercamiento de las giras presidenciales".



Menos complicado frente a la compra se mostró José Higuera, especialista en Defensa y Seguridad del PPD, quien opinó que "era necesaria la compra de nuevos aviones de largo alcance, para apoyar despliegues de efectivos en misiones de paz en puntos lejanas y operaciones de evacuación de civiles en zonas de crisis. Y la renovación de los medios para reabastecimiento de combustible en el aire es también un paso necesario y lógico, después de la renovación de la mayor parte de la flota de aviones de combate de la Fuerza Aérea".
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