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Es equivocado perder el tiempo y no reconocer que una alternativa es Piñera

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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El edil más rebelde del gremialismo tiene la convicción de que la UDI está demasiado atrasada para levantar su propia opción, por lo que estima que -de persistir ese escenario- »más temprano que tarde» deberá sentarse con RN para definir la campaña del empresario. Pese a todo, asegura que »como militante disciplinado» acepta lo que el partido acordó en mayo.


Pese al largo silencio mantenido por el alcalde de Recoleta, Gonzalo Cornejo, este último año -los mal pensados dicen que para no hacer enojar a la directiva de la UDI-, lo cierto es que el mutismo no lo ha cambiado en absoluto. Sigue diciendo lo que piensa, aunque generalmente eso provoca a los más altos dirigentes gremialistas.

En esta entrevista con El Mostrador.cl lo nuevamente. Relata pormenorizadamente cómo se gestó la cena que este lunes un grupo de alcaldes de su partido, entre los que por supuesto se cuenta, y de RN sostendrán con Sebastián Piñera. Insiste en que Pablo Longueira debería haber sido proclamado como precandidato de la UDI y, de manera objetiva, evalúa el escenario que enfrenta el gremialismo al no definir a la figura que pretende llevar a la primera vuelta.

Para rematar, asegura que no se arrepiente de haberle agradecido al ex Presidente Ricardo Lagos el que haya extendido el Metro a Recoleta, pues lo hizo -sostiene- en nombre de sus vecinos y no trepida en criticar que algunos parlamentarios de la Alianza hayan puesto a Lagos en la papelería de campaña, sin razón de por medio.

-¿Qué impresión le merece la polémica suscitada en la Alianza en torno a la asistencia de Sebastián Piñera a la convención de Valdivia?
– Infantil y ridícula.

-¿Por qué?
– Porque es un encuentro de los parlamentarios de la Alianza, Renovación y la UDI, y a todas luces Renovación ya tiene su candidato presidencial definido y si la UDI no lo tiene, no es responsabilidad de Renovación. Es, más bien, la falta de diligencia o de definición de la UDI. Lo que sí está definido es que por el momento hay un solo precandidato del sector, que es el de Renovación Nacional, por lo tanto, me parece hasta de buena educación y me parece de buena leche, desde la perspectiva de un espíritu aliancista, invitar a todos los precandidatos presidenciales que tenga el sector. Y, hasta el momento, tenemos uno que no es el nuestro, es el de Renovación. Y me parece infantil y ridícula una polémica de decir que es desequilibrado que vaya uno de Renovación, porque si estuviera el de la UDI yo pediría y encontraría normal que el candidato presidencial de la UDI ya definido pudiera ir, aún cuando Renovación no tuviera definido el suyo.

-En RN algunos argumentaban que era bueno que Piñera participara en el encuentro para que en la UDI lo conocieran más, pensando en que finalmente podría llegar a ser el candidato presidencial de la Alianza.
– No comparto el supuesto. Yo creo que a Piñera ya se le conoce. De hecho, él ya fue candidato único del sector, en la segunda vuelta de la elección presidencial pasada. Por lo tanto, no solamente lo conocimos, sino que además trabajamos por él -estoy hablando de los militantes y alcaldes de la UDI- e hicimos campaña por él. Ahora, distinto es que haya gente en la UDI que tiene mala opinión de Piñera o que no le caiga bien. Probablemente en ese sentido quizás puedan servir actividades de convivencia, actividades más informales, para generar los afectos…Yo creo que, en general, la política no es distinta a cualquier otra actividad humana y los afectos y las confianzas son importantes y, quizás, desde ese punto de vista sea relevante.

-¿Y qué están haciendo los alcaldes a favor de la unidad de la Alianza?
– Los alcaldes, en general, mantenemos un contacto mucho más permanente por actividades propias del mundo municipal. Y los alcaldes de la Alianza, sean de la UDI o Renovación, históricamente hemos tenido una muy buena relación. En lo que estamos todos de acuerdo, hoy día, es en valorar la unidad, en promover más intensamente los lazos de las raíces de alianza, el concepto de alianza política entre Renovación y la UDI. Y, por lo tanto, lo que estamos haciendo en los últimos meses es generar instancias en las cuales poder discutir qué cosas podemos hacer, qué acciones podemos emprender para generar mayor y más profundos nexos de identidad de Alianza. Y, por cierto, en eso el tema presidencial no está exento.

-¿Cómo calza la figura de Piñera en esta búsqueda de mayor unidad?
– Hace unas semanas me llamaron algunos alcaldes de Renovación Nacional -uno de ellos fue Raúl Torrealba- para preguntarme qué me parecía la posibilidad de que ya que ellos -como Renovación Nacional- estaban generando un encuentro de candidatos a alcaldes en Coique, en principio, y que ya que los alcaldes de RN para la elección municipal van a ser candidatos de la Alianza, situación que también van a tener los alcaldes de la UDI -que van a ser candidatos únicos de la Alianza- de explorar, al menos, alternativas de poder hacer este encuentro con todos los candidatos a alcalde, sean de la UDI o de Renovación Nacional. Entendiendo que era en Coique, que es un lugar donde participa en la propiedad Sebastián Piñera y que es un encuentro al que él iba a asistir. Yo le respondí a Raúl que cualquier cosa que apuntara a promover la fortificación de la Alianza me parecía bien. Por lo tanto, si era una actividad de la Alianza, yo no sólo estaba disponible a asistir, sino que también lo estaba a convencer a muchos alcaldes de la UDI a que fuéramos a una actividad de convivencia entre candidatos a alcalde de la Alianza, estuviera o no estuviera Piñera.

Cena con Piñera sin agenda

-Ustedes se reunieron el miércoles pasado y, tengo entendido, que efectivamente acordaron juntarse a comer con Piñera. ¿Cómo se generó esa idea?
Lo que pasa es que el encuentro de candidatos de Renovación Nacional no está definido todavía y, por distintas razones, no está definido si es conveniente o no asistir. Pero sí lo que acordamos en el almuerzo del miércoles pasado, al que nos invitó el Tronco, se definió la posibilidad, justamente para ir conversando el tema presidencial sin que signifique proclamar a Sebastián Piñera, ni adherir a su candidatura -porque en el caso nuestro somos de la UDI y hoy día la UDI tiene una definición que es intentar buscar un candidato presidencial y llevarlo a primera vuelta, por lo tanto es a la posición que adscribimos como militantes de la UDI-. Sí nos pareció importante poder conversar el tema presidencial con Sebastián Piñera, poder saber qué opina del mundo municipal; poder saber qué opina de lo que falta por hacer en materia de salud pública primaria, que depende de las municipalidades; en materia de educación pública, que también depende de los municipios. Y muchas otras cosas que a nosotros como alcaldes nos importan y son en las que tenemos que trabajar todos los días.

Por lo tanto, se acordó juntarnos a comer con Sebastián, el grupo de alcaldes que nos juntamos permanentemente de Renovación Nacional y de la UDI -Raúl Torrealba, Manuel José Ossandón, Pedro Sabat, Cornejo, Carolina Plaza, Pablo Zalaquett, Mario Olavarría y Gustavo Hasbún- y Raúl tomó el teléfono y llamó a Sebastián y él muy gentilmente, porque es un caballero, dijo que para qué íbamos a ir a un restaurante si el tiene una casa bastante amplia, un DFL2 (ironiza Cornejo) grandecito y que nos invitaba a comer. Así es que definimos ir a comer este lunes. Y vamos a ir a comer sin agenda, sin compromisos, sin condiciones y, por cierto, claramente no para ir a proclamarlo no para ir a adherir, en el caso de los alcaldes de la UDI, sino para ir a C-O-N-V-E-R-S-A-R.

-Sin expectativas?
– No. Ir a escucharlo, a plantearle cuáles son las cosas que a nosotros nos parecen importantes. Él, finalmente, hoy día es -desde el punto de vista no de Alianza ni de Concertación, sino desde el punto de vista de estudios de opinión y de encuestas de opinión pública- el más probable próximo presidente de Chile, si las elecciones fueran este domingo. Por lo tanto, nos parece importante poder juntarse con quien tiene esa calidad y esa posición y, además, sobre todo que es del sector en el que uno está inserto.

«Me parece equivocado seguir perdiendo el tiempo»

-¿Qué le parece que haya gente en su partido que se cierre a la posibilidad de tener que hacerlo nuevamente?
– Yo hago una diferencia. Creo que en la UDI nadie puede sostener responsablemente la negativa a trabajar por Sebastián Piñera como candidato presidencial de la Alianza, en el caso de que llegara a serlo, entre otras cosas, porque ya lo hicimos. En la segunda vuelta trabajamos y trabajamos muy duro en la campaña de Sebastián para intentar lograr, como Alianza a través de su candidatura, ganar el gobierno y la Presidencia de la República. No lo logramos. Por lo tanto, insisto que responsablemente nadie puede hoy día sostener que no está disponible a trabajar por Piñera. Lo que es distinto y muy legítimo es que la UDI plantee que ha decidido explorar la alternativa de levantar un candidato presidencial del partido y llevarlo como candidato a primera vuelta. Y eso, que es la definición oficial de la UDI, también es muy discutible. Yo soy de aquellos que sostienen que el candidato era (Pablo) Longueira, es Longueira, no existe nadie más que Longueira y que la oportunidad (de proclamarlo) debió haber sido en el Consejo Directivo Ampliado de mayo. Mi opción no ganó, yo lo planteé, se definió una cosa distinta. Yo soy profundamente democrático y estoy muy contento al interior de la UDI, por lo tanto, mi posición en la UDI no ganó, ganó una distinta y en eso estamos todos.

-¿No es empecinamiento de la UDI insistir en levantar a un candidato si el que usted consideraba más probable y el que tenía más apoyo interno ya no está corriendo?
– Es legítimo que la UDI aspire a llevar un candidato presidencial para incluso, a través de un sistema de primarias, definir un candidato único frente a Piñera o para llevarlo a primera vuelta, usando la primera vuelta como primarias con el compromiso aliancista de que quien pase a segunda vuelta sea el candidato definitivo de la Alianza. Lo que me parece equivocado es que siga pasando el tiempo sin que la UDI defina cuál es ese candidato presidencial. Muchos llegamos a Valparaíso, en mayo de este año, diciendo que estábamos atrasados, que debíamos levantar candidato presidencial ahora ya y que ese candidato debía ser Longueira. Nos dijeron que no, pero lo que yo encuentro equivocado es que entre mayo a septiembre no ha pasado nada. Yo me pregunto quienes plantearon que no era el minuto y que en ese minuto no era Longueira, qué están haciendo o qué han hecho para lograr levantar un candidato presidencial. Y a mí me parece, no estando en la dinámica interna del partido sino siendo un disciplinado militante de la UDI, que no han hecho nada, que no se ha avanzado nada. Por lo tanto, me parece equivocado seguir perdiendo el tiempo y no reconocer que, finalmente, una alternativa es tener que llevar un candidato único que no sea de nuestras filas, que va a tener nombre y apellido, que se va a llamar Sebastián Piñera, y que milita en Renovación Nacional. Tal como en su minuto, para la elección del ’99-2000, Renovación Nacional llegó a esa conclusión.

Sebastián Piñera, hoy día, ¿es mi candidato? No es mi candidato, pero reconozco que efectivamente es el candidato del sector mejor posicionado y, en la lógica de la UDI de querer llevar un candidato, reconozco además que es el único candidato presidencial, la UDI no tiene candidato. Longueira no está, se bajó; la alcaldesa de Concepción, que durante mucho tiempo fue una de las dos cartas presidenciales, se descartó; Hernán Larraín dice que no es candidato; la Evelyn Matthei dice que está disponible, pero no he visto a nadie que se lo haya pedido. La verdad es que la UDI sigue sin candidato. Entonces, yo veo que más temprano que tarde, es hora de que la UDI se siente con Renovación Nacional -si no tenemos candidato presidencial y no vamos a poder levantar creíblemente uno- y definir cómo hacemos la mejor campaña con un candidato único de la Alianza que es Sebastián Piñera y es de Renovación Nacional.

-En ese escenario ¿Qué habría que definir?
– En ese eventual escenario lo que hay que definir es no si se apoya a Piñera o no, es definir ciertas medidas muy puntuales que representen el proyecto de inspiración cristiana, un proyecto social, con carácter o con mirada centrista muy preocupado de la clase media y los más pobres de este país. Medidas muy concretas que representen los valores y los ideales del proyecto de la UDI. Hablar con Sebastián y decirle: Estamos dispuestos a apoyarte como candidato único, estamos dispuestos a trabajar y sacarnos la mugre para que tú llegues a ser nuestro presidente, pero en la medida de que estos puntos que son centrales, el corazón que representa el proyecto de la UDI, sean puntos que tú vas a ejecutar e implementar en el caso de que llegues a ser Presidente de la República. Eso, en el hipotético caso que se diera, más temprano que tarde, esta discusión, yo creo que ese es el punto central. No es si apoyamos a Piñera o no, sino qué es lo que para nosotros es importante, para preguntarle a Sebastián si está dispuesto a llevarlo como un tema central de su gobierno y, en ese caso, obviamente conversar.

¿Y a ese ‘más temprano que tarde? Le pone fecha?
– Ese es un tema que tendrá que discutirse en la UDI. Lo que yo digo es que a mí ya me parece tarde el que la UDI aún no tenga candidato presidencial. Ya era tarde definir a Longueira en mayo. Él debió haber sido precandidato presidencial de la UDI a principios del año pasado , hace más de un año. Cuando llegamos a mayo, para mí al menos, era natural y obvio que se tenía que llegar a la conclusión que, aunque fuera un poco tarde, mayo era para levantarlo. Pero la UDI llegó a la conclusión, y yo me sumo a esa decisión que no comparto pero fue la opción de la mayoría, de que mayo era muy temprano y no era la oportunidad. Pero hoy día, ya está claro al interior de la UDI, creo yo, que ya se nos está pasando el tiempo sin que ocurra nada distinto respecto de la posibilidad de que algún líder nuestro emerja, de que alguien diga que quiere ser candidato presidencial de la UDI y se genere un apoyo espontáneo, Longueira que lo tenía el partido decidió que no era el momento. Y creo que a la UDI se le está pasando el cuarto de hora para definir su candidato presidencial.

El desafío de Santiago

-A propósito de candidatos. ¿Está disponible para ser candidato por Santiago en el supuesto caso de que la Alianza no encuentre otro independiente con un perfil similar al de Raúl Alcaíno?
– Yo he dicho, y lo reitero, que a mí nadie me ha pedido formal y oficialmente, en la UDI, ser candidato o estar disponible para ser candidato, que, no obstante ello, si me lo pidieran yo estaría dispuesto a analizar seriamente la posibilidad de asumir la candidatura de la Alianza por Santiago, siempre y cuando se cumplan dos requisitos: El tiempo necesario y en la oportunidad correcta. Y ahí lo que me pone nervioso es que en materia presidencial la UDI ya demostró no ser ni oportuna ni con el tiempo adecuado. Eso, porque no creo que sea una carrera corta, es más bien de maratón, y eso no es al límite del cierre de las inscripciones de las candidaturas municipales, en agosto del próximo año.

-¿Cuál es la diferencia entre ser alcalde de Santiago a serlo en Recoleta?
– Yo estoy feliz en Recoleta. Tengo decidido ir a la reelección como alcalde de Recoleta, Creo que Recoleta se está transformando y mutando de manera increíble. Creo que es la comuna en Chile que mayores transformaciones está viviendo y de ser una comuna pobre y sin mayores expectativas, está pasando a ser una comuna emergente de clase media y con mucha inversión y uno se siente parte de ese proyecto y agradado de poder liderarlo. Por lo tanto, no estoy ni aburrido ni creo que Recoleta sea un premio de consuelo. Al revés, mi primera prioridad es ser candidato a la reelección. Obviamente que Santiago significa una mayor exposición pública y eso es una cosa objetiva; significa el pináculo de alguien que es alcalde -son 350 comunas y, claramente, la más conocida, la más glamorosa, la más importante, una de las más complicadas es Santiago.

Y, por lo tanto, significa un gran desafío de responsabilidad, de tomar la comuna quizás con más renombre de todo Chile. Y yo no tengo ningún miedo; al revés, creo que es un desafío distinto, pero interesante. Creo que, además, si tengo una característica personal, en mi gestión y en mi mirada de hacer política y servicio público, es de buscar acuerdos, de ser transversal, de generar espacios de tolerancia, de pluralismo. Y creo que son características o requisitos muy importantes para un alcalde de Santiago, una comuna tan expuesta. Poder entenderse con la oposición, poder entenderse con el gobierno, poder trabajar con el Poder Ejecutivo, aún cuando uno sea militante de un partido de oposición. Desde ese punto de vista, creo que se podrían sumar esfuerzos muy importantes para hacer de Santiago una comuna como los vecinos quieran. Santiago tiene toda la potencialidad de superar esa discusión de si es una comuna más residencial o más comercial de lo que es hoy día. Santiago es una comuna con importante porcentaje de residentes y es una comuna con importante porcentaje de comercio.

-¿Entonces cuál es el desafío?
– El desafío no es resaltar ni una ni otra visión, sino convertir a Santiago en la comuna más importante de Latinoamérica. Ese es el desafío, y yo creo que ahí puede haber mucha gente que se sume a un proyecto en donde Santiago, que es esa comuna como un poco venida a menos, donde después de las 6 o 7 de la tarde es como una ciudad fantasma, se pueda recuperar la fuerza y la vitalidad para convertir a Santiago en algo que nunca ha sido, que es la comuna más importante de Latinoamérica. Y eso es posible por una razón empírica: Así como Chile, hoy día, en un análisis comparativo, es lejos el mejor país de Latinoamérica, yo creo que Santiago perfectamente podría ser, lejos, la mejor capital de Latinoamérica. Ese es un desafío muy entretenido. Es distinto al de Recoleta, pero también es entretenido. Estaría dispuesto a asumirlo, pero con las condiciones que ya he dicho.

-A Santiago también se lo relaciona con una especie de peldaño necesario para aspiraciones políticas mayores. ¿Cuáles son las suyas?
– Si soy alcalde de Recoleta por cuatro años más, seré alcalde de Recoleta por cuatro años; si soy candidato a alcalde por Santiago y gano, seré alcalde de cuatro años. Si gano en Recoleta, ser el mejor alcalde que pueda tener Recoleta y si gano Santiago ser el mejor alcalde que haya tenido Santiago nunca. Yo asumo que es distinta mi calidad de político profesional, donde tengo un proyecto, quiero participar del liderazgo de mi sector, eso no tiene nada que ver con el cargo que estoy ocupando. Yo soy un convencido de que las cosas hay que asumirlas muy responsablemente, desde el principio hasta el final, por lo tanto, efectivamente hay gente que dice que Santiago se usa como trampolín político. Si me tocara ir por Santiago, me gustaría ser un muy buen alcalde de Santiago y, ojalá, transformara a Santiago en la comuna más importante de Latinoamérica. También en Recoleta haciendo una buena gestión y transformando la comuna y generando valores y plusvalías que antes no tenía, uno puede usarla como trampolín, pero tampoco me interesa. Al final, mi responsabilidad es consolidar un proyecto de transformación urbana de las más importantes que ha habido en Chile en los últimos 60 años en Recoleta. Eso no significa que el día de mañana yo no quiera asumir desafíos mayores. Pero no tiene nada que ver mezclar una cosa con la otra.

-¿No es cierto eso de que todo político quiere llegar a ser Presidente de la República?
– Yo creo que no hay nada de malo y es muy legítimo y natural que todos los políticos que crean tener condiciones quieran llegar a ser Presidente de la República. Sobre todo aquellos que tienen capacidad de gestión, de transformación. Porque, en definitiva, ser Presidente de la República significa estar a cargo de un país. Pero tampoco es requisito ineludible que para participar en política todos tengan que querer ser candidatos presidenciales. Habrá unos que quieren serlo y otros que no; habrá algunos que tienen condiciones para serlo y otros que no tienen condiciones para serlo. Por lo tanto, no me parece ni pecado ni virtud el querer Presidente de Chile.

«No me arrepiento de agradecer a Lagos

-Usted ha sido uno de los pocos, si no el único, alcalde de oposición que tuvo una buena relación con el ex Presidente Ricardo Lagos y fue muy criticado en su partido por algunos episodios que vivió con él a raíz de la llegada del Metro a su comuna. ¿Eso le ha jugado a favor o en contra?
– Quienes quieren ver esto de buena forma tienen que reconocer que de parte mía siempre ha habido un reconocimiento objetivo a aquellas cosas que son buenas, que son un acierto y un beneficio, en este caso, para mi comuna. Que no significa ni adherir políticamente a esa persona o rechazarla per se. A qué me refiero, a que mucha gente me ha dicho ‘ahora que Lagos está caído en desgracia, ¿usted no estaría dispuesto a poner esos letreros que decían gracias Presidente, cuando el Metro se inauguró en Recoleta?’. No, lo haría igual, porque cuando lo hice no fue ni para aprovecharme de la popularidad de Lagos ni para decirle a Lagos que yo adhería a él políticamente. Fue para agradecerle un hecho objetivo. Que yo como alcalde de Recoleta y, por lo tanto, en representación de todos mis vecinos le estaba dando las gracias al Presidente que, por opción propia, definió que el Metro fuera por Recoleta y no por Independencia. Por lo tanto, por decisión de él la calidad de vida, el precio del metro cuadrado de los bienes raíces, el comercio, la inversión, ha llegado a Recoleta. Por lo tanto, lo haría exactamente igual.

-¿No se arrepiente después de todo lo que se ha conocido tras su alejamiento del cargo?
– No me arrepiento en nada. Y, además, lo mío fue muy particular y muy puntual. Lo que hice fue un gesto de agradecimiento en nombre de Recoleta, porque efectivamente había sido una muy buena decisión presidencial en beneficio de la comuna que yo administro y de la cual soy alcalde. Eso me parece mucho más consecuente que algunos otros parlamentarios de la Alianza, no voy a nombrar a nadie, que en su propaganda de campaña, sus bípticos, ponían fotos de campaña con agradecimiento a nada, como efectivamente ocurrió.

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