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Manifiesto de Santiago será finalmente recibido por Michelle Bachelet

Tras horas de incertidumbre y negociación, se acordó que el documento redactado en la reunión paralela a la Cumbre Iberoamericana será entregado a la Presidenta chilena. Las organizaciones del evento alternativo se negaban tajantemente a entregárselo sólo al canciller, aunque su intención inicial era hacerlo con todos los jefes de Estado.


Finalmente, y luego de mucho presionar, los convocadores de la Cumbre de los Pueblos lograron que Michelle Bachelet, en su rol de presidenta pro témpore de la Cumbre Iberoamericana, recibiera el «Manifiesto de Santiago», que le será entregado alrededor del mediodía del sábado en el Espacio Riesco, donde se reúnen los mandatarios.



Durante la tarde del viernes, había incertidumbre con respecto al destino que tendría la carta, ya que desde el Gobierno se informó que sería el canciller, Alejandro Foxley, quien la recibiría, lo que causó rechazo y sorpresa entre los organizadores del evento paralelo, que planeaban pasarlo a los Jefes de Estado presentes en el encuentro.



Incluso, se planteaba la posibilidad de que el documento fuera entregado al día siguiente directamente a los presidentes asistentes al acto de clausura de la Cumbre por la Amistad e Integración de los Pueblos Iberoamericanos -en el Estadio Nacional- entre los que se cuentan Evo Morales (Bolivia), Hugo Chávez (Venezuela), Daniel Ortega (Nicaragua), Rafael Correa (Ecuador) -que ya han confirmado su asistencia- Néstor Kirchner (Argentina), Lula da Silva (Brasil) y Tabaré Vásquez (Uruguay), que no han ratificado su presencia.



El documento es un resumen de la versión y síntesis fina l -programada para los próximos días-, que será más extensa y detallará en mayor profundidad las conclusiones y temas tratados en las 15 mesas de discusión que se expusieron en el encuentro.



En su redacción participaron seis representantes de diversas organizaciones y movimientos sociales: Gustavo Ruz, de la Red Solidaria por los derechos Humanos, Marcelo Hernández (PC), Gonzalo González, del Frente Humanista, Oscar Torres, representante de la Plataforma Rural por la Tierra, una representante de los pueblos originarios de Bolivia, y Patricio Andreu, del comité Político del Partido Humanista (PH).



El Manifiesto de Santiago



El manifiesto recoge las distintas miradas de las discusiones sostenidas y la columna vertebral gira en torno al resurgimiento y protagonismo de los movimientos sociales y fuerzas políticas progresivas, cuya influencia se ha visto reflejada en la elección "de gobernantes afines y sensibles al gran ideario de emancipación, igualdad, e integración latinoamericana, impulsando procesos de cambio en la región, que valoramos como un avance de gran proyección histórica", según plasma el texto.



Si bien no se mencionan expresamente los países que lideran estos cambios, claramente se señala el camino que han seguido Jefes de Estado como Hugo Chávez (Venezuela) y Evo Morales (Bolivia), íconos de esta cumbre paralela.



"La nueva realidad política del continente y sus promisorias perspectivas, reconoce una multiplicidad de vertientes sociales, culturales e ideológicas que adoptan originales métodos y estructuras, diversos lenguajes, formas de lucha y propuestas programáticas. En esa diversidad, antitesis del dogmatismo, sectarismo y hegemonismo, radica su fuerza y su legitimidad histórica", recalca el texto.



La vertiente medioambiental



El espacio, también da realce al tema medioambiental, ya que proclama la necesidad de recuperar los recursos naturales "mineros, hídricos, pesqueros, forestales y energéticos; la reforma agraria y la soberanía alimentaria como procesos que salvaguarden la participación y los intereses de los pueblos y naciones", incluyendo "la integración energética en armonía con el medio ambiente".



También se puso el acento en la economía, rechazando las posturas neoliberales impulsadas por Estados Unidos, y adoptadas por la gran mayoría de los países del continente.



Dentro de este punto, se enfatiza la necesidad de acentuar las "múltiples formas de economía solidaria, protegiendo el rol de la micro, pequeña y mediana empresa".Además, se apoya el surgimiento de instrumentos como la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra Tierra (Alba) o el Banco del Sur "que son expresión de la voluntad integradora de nuestro pueblos".



Pueblos originarios



Los pueblos originarios también marcaron su presencia, ya que se proclama la creación de una nueva institucionalidad que considere el rol protagónico de las etnias originarias y del conjunto de las fuerzas sociales, destacando la aprobación de la Declaración Internacional sobre los derechos de los pueblos indígenas por parte de las Naciones Unidas el pasado 13 de septiembre.



Por otro lado, se promueve el "desmantelamiento de los mecanismos de opresión que conjugan edad, clase, sexo género y etnia".



Unidad de los pueblos



La unidad de los pueblos es un eje central del texto, que convoca la resolución de los conflictos entre las naciones, impulsando la "reducción de los presupuestos bélicos, el desarme proporcional y progresivo en todos los países de la región".



Paralelamente, se hace un llamado a resolver los conflictos históricos entre las naciones, el libre tránsito de las personas y sus derechos migratorios, recalcando la capacidad de las diferentes naciones de «unirse a pesar de la diversidad geográfica, étnica, cultural y política, para imaginar y construir otras soluciones para este único mundo».



«Sabemos que esta lucha se enfrenta a enemigos carentes de escrúpulos, cuya voracidad y hegemonismo han significado enormes tragedias para nuestros pueblos. Aún así, tenemos fe en la justicia de nuestros postulados y nos hacemos cargo de las grandes epopeyas que a lo largo de cinco siglos nos han permitido avanzar hacia la condición de pueblos dignos, sujetos de nuestra propia historia", agrega el escrito.

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