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Radicales asumen ofensiva y consolidan estrategia para reposicionarse

Actitud en debate sobre la reforma educacional, donde exigieron que su voz fuera tomada en cuenta, sólo es el inicio de la nueva estrategia del PRSD de poner temas en la agenda. Están preparando propuestas para promover la participación del Estado en la producción del cobre, mientras se alistan para una nueva negociación para las próximas elecciones.


Los primeros signos de la nueva actitud de los radicales quedó en evidencia en la discusión de los nuevos directores de TVN, cuando condicionaron su voto a que se iniciara un debate sobre la televisión pública. Sin embargo, el golpe que dio una muestra cabal de esta estrategia lo dieron con el tema de educación.



Mientras tras el preacuerdo con la Alianza las negociaciones se habían centrado en el Partido Socialista (PS) y la Democracia Cristiana (DC), los radicales rompieron con esta estructura de conversaciones, al plantear sus prioridades respecto a la reforma educacional: estaban dispuestos a ceder en el lucro, pero la desmunicipalización era intransable.



Ello dio un giro profundo en el tema, pues llevó a que los DC más duros respecto al lucro a que también pusieran dudas respecto al proyecto del Ejecutivo, lo que llevó al partido de la falange a resolver que sea el Consejo Nacional de este lunes el que defina la posición definitiva, para que ésta sea coherente con lo definido por el Congreso doctrinario.



Mientras se espera la decisión falangista de este lunes, el presidente del PRSD, José Antonio Gómez, se ha mantenido en permanente contacto con el senador DC Mariano Ruiz Esquide, con quien tiene posiciones similares respecto a la reforma.



El poder en el Senado



Pocos pensaban en lo determinante que se convertirían los radicales en el Senado. Con la llegada de Nelson Ávila al partido, el inesperado triunfo de José Antonio Gómez sobre Carmen Frei en Antofagasta y el que Guillermo Vásquez tuviera que reemplazar al DC Jorge Lavandero, la bancada PRSD en el Senado cobró profunda importancia.



Más aún tomando en cuenta que el PPD, tras la partida de Fernando Flores, quedó sólo con dos senadores: Roberto Muñoz Barra y Guido Girardi.



En un principio pocos pensaron que La Moneda tendría que salir a negociar con los senadores radicales, pues se les veía poco organizados y sin proyectos concretos.



Sin embargo, han asumido una planificación estudiada, con propuestas concretas, que en la mayoría de las ocasiones son abordadas en conjunto por los senadores.



Mientras, el PRSD se prepara para las negociaciones para las elecciones municipales y parlamentarias, sobre las cuales tiene una advertencia que han hecho pública: no se prestarán para "cuadrar la caja" y quieren tener candidatos en todas las comunas para subir su votación a 7%.



Y para concretar sus aspiraciones, los tres senadores cuyos votos son determinantes para sacar adelante los proyectos del gobierno, son un as bajo la manga para presionar a sus socios de la Concertación.



Cobre



Si el senador DC Adolfo Zaldívar tomó como bandera de lucha la promoción de la clase media, los radicales no pretenden quedarse atrás.



Según explican en sus filas, existe la decisión de retomar lo que fue su base ideológica y defender los que definen como "la pobreza con corbata" y, en ese plano, aseguran que no pretenden quedarse sólo en la retórica, sino salir públicamente a abordar dichas materias.



La educación fue el primer frente, pero ya están preparando un nuevo tema: el cobre.



La postura que sostienen es que cuando la Concertación asumió el poder la producción de cobre era eminentemente estatal. Sin embargo, el llamado «sueldo de Chile» es explotado en mayor medida por empresas privadas.



Por ello están trabajando en propuestas para que el Estado chileno vuelva a tener una participación primordial, en una suerte de "renacionalización" del metal.



Relaciones con la Concertación





El capítulo que ha despertado mayor confrontación entre los radicales y sus compañeros de conglomerado, principalmente los socialistas, ha sido la forma de negociar del ministro de Justicia, Carlos Maldonado.



El hecho de que negociara con la derecha el nombre del fiscal nacional y los cambios que a última hora se le introdujeron a la ley penal juvenil, no ha sido perdonado por muchos al interior de la Concertación.



Si bien en el tema del fiscal la polémica se centró principalmente en disgusto DC; fue en los socialistas donde el enojo con Maldonado se hizo notorio tras el incendio de un centro dependiente del Sename en Puerto Montt.



Los socialistas criticaron públicamente el actuar del ministro, lo que conllevó el enfado de los radicales, que defienden a rajatabla a su representante en el comité político. Entre los PS afirman que ellos tienen cercanía con sus socios de los radicales, que no quieren elevar la polémica, pero que tampoco están dispuestos a aceptar defensas corporativas.



Si este impasse lleva a que finalmente el PRSD ponga término a su subpacto con el bloque PS-PPD y busque negociar con la DC, es algo que depende de varios factores.



Si bien los desencuentros por Maldonado pueden influir a la hora de ver si mantienen sus actuales alianzas, para los radicales lo más importante es pactar con la colectividad que les ofrezca una mayor representación, y en ese aspecto la postura es bastante pragmática.



Por otra parte, varios consideran que sería difícil que radicales y DC llegaran a subpactar, debido a las frías relaciones que mantienen sus timoneles.



Por ahora, a pesar de polémicas puntuales, en la Concertación se observa la ofensiva de los radicales como legítima y que no causa mayores problemas al oficialismo. Ello porque tienden a ser leales con el programa de Michelle Bachelet, incluso más que los parlamentarios de otros partidos.

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