Ernesto Lejderman Avalos, hijo del argentino Bernardo Lejderman y la mexicana María Avalos Castañeda, remitió una carta a la embajada chilena en Buenos Aires en la que transmite a Bachelet su «gran alegría» por las condenas a los asesinos de sus padres.
El hijo de un matrimonio argentino-mexicano asesinado en 1973 en Chile agradeció a la Presidenta Michelle Bachelet, por el acompañamiento que recibió durante el proceso judicial que este martes concluyó con la condena a tres ex militares.
Ernesto Lejderman Avalos, hijo del argentino Bernardo Lejderman y la mexicana María Avalos Castañeda, remitió una carta a la embajada chilena en Buenos Aires en la que le transmite a Bachelet su «gran alegría» por las condenas a los asesinos de sus padres.
«También le reconozco y le agradezco el acompañamiento que tuvo como ministra de Defensa y luego como presidenta de Chile, tanto en la colaboración de la investigación del crimen de mis padres como en la organización del funeral de mi padre en diciembre de 2006», dijo Lejderman en un comunicado.
Este martes, la Corte de Apelaciones de Santiago condenó a diez años de cárcel a los ex oficiales del Ejército Fernando Santiago Polanco Gallardo, Luis Fernández Monje y Héctor Vallejos, por el homicidio del matrimonio Lejderman-Avalos en diciembre de 1973, en la Región de Coquimbo, en un paraje cercano a la frontera con Argentina.
El hijo de la pareja celebró el fallo aunque objetó la absolución de quien señala como autor intelectual del doble homicidio, Ariosto Lapostol, quien en ese momento revestía el cargo de jefe del Regimiento Arica desde donde partió la orden de asesinar al matrimonio.
Ernesto Lejderman Avalos destacó la «firme convicción» de Bachelet «de garantizar verdad y justicia para los crímenes perpetrados por la dictadura» chilena.
«Pero lo contradictorio y penoso es tener que enterarme de que el mismo estado que defiende la justicia fue parte mediante el Consejo de Defensa del Estado (CDE) de alegar en contra de la justicia, pidiendo eximir de la responsabilidad que le compete al estado con todas sus obligaciones y deberes», subrayó.
«Los argumentos son bastante burdos. Por ejemplo, plantea que la acción civil se encuentra prescrita luego de los cuatro años de haberse cometido el crimen, y entonces me pregunto cómo era posible que pudiera, con seis años de edad y siendo el único sobreviviente, presentarme ante la dictadura de Augusto Pinochet para pedir justicia», planteó.
Ernesto Lejderman dijo que en la carta a Bachelet transmitió su «preocupación» por esa cuestión «para que se respete el fallo y para evitar que nuevamente se presente el CDE ante la Corte afirmando que el crimen prescribió, o sea, ignorando que los crímenes de lesa humanidad son imprescriptibles».
El fallo del martes revocó otro del juez de primera instancia Joaquín Billard, que en mayo de 2006 sobreseyó la causa, aduciendo la calidad de «cosa juzgada», porque el caso fue investigado y archivado en 1973 por la Fiscalía Militar de La Serena.
