Gerardo Rocha sería el responsable de la detonación que dio muerte en El Quisco al martillero público Jaime Oliva, supuestamente por razones sentimentales. En horas de esta tarde sería trasladado desde la Clínica Reñaca a la Clínica Indisa de la capital.
Internado en la clínica Reñaca de Viña del Mar y en calidad de detenido permanece el dueño de la Corporación Educacional Santo Tomás, Esteban Gerardo Rocha Vega, quien resultó con graves quemaduras tras protagonizar en el balneario de El Quisco un confuso incidente en el cual la detonación de un artefacto explosivo causó la muerte del martillero público Jaime Fernando Oliva Robles, de 79 años.
El hecho se registró la noche del jueves en el número 341 de la calle Neptuno, en la citada comuna de la Quinta Región, donde el empresario, señalan fuentes policiales, habría protagonizado un crimen de carácter pasional.
Las versiones que circulan respecto a este hecho es que Rocha llegó a esa dirección junto a dos individuos en un automóvil con patente diplomática -ya que también se desempeña como cónsul honorario de Filipinas- para supuestamente dar muerte a Oliva, quien creía era el amante de su mujer.
Para tal efecto y ayudado por los dos individuos que habrían actuado como sicarios, se habría encargado personalmente de entregar a su víctima, en el segundo piso de la casa de veraneo, una caja de zapatos que contenía un potente artefacto explosivo.
Se indicó que Rocha logró llevar a cabo su macabro plan y hacer su mortal entrega, pero no habría contado con que la explosión se produciría justo cuando iniciaba su huída, siendo alcanzado por estallido que lo dejó con el 50 por ciento de su cuerpo quemado, además de lesiones en sus vías respiratorias.
Fueron sus propios ayudantes quienes lo llevaron hasta el recinto asistencial de la ciudad jardín, quienes quedaron detenidos.
En tanto, se informó que Rocha será trasladado en horas de la tarde hasta la Clínica Indisa, para lo cual se preparaba un importante operativo policial.
