Más de la mitad del sueldo es utilizado para pagar deudas, las que corresponden principalmente a tarjetas de crédito. Avances en efectivo y compra en cuotas son parte de los nuevos hábitos de los consumidores chilenos.
Hoy, las familias chilenas ostentan una carga financiera que en promedio alcanza el 62 por ciento de sus ingresos, esto a raíz de que ha cambiado la conducta de endeudamiento. Se piden menos préstamos financieros, sin embargo, ha aumentado la demanda de tarjetas de crédito, ya sea bancarias o de casas comerciales.
Esto lo revela el aumento de un 32 por ciento en las transacciones efectuadas con estos medios de pago, los que representan la principal alternativa para cubrir el consumo incluso de necesidades básicas, que no se alcanzan a pagar con la renta.
"Las tarjetas cumplen con el rol básico del dinero, realizar diversos tipos de transacciones. Por lo demás son ampliamente aceptadas en lugares como supermercados, farmacias, locales de construcción y hasta clínicas", comenta Carolina Cornejo, Profesora de Administración y Economía de la Universidad Andrés Bello
Se calcula que el promedio mínimo de tarjetas per cápita, está entre 3 y 4 unidades, lo que se explica a raíz de la extrema facilidad de los requisitos para adquirirlas.
Cuando las tarjetas no bastan
El encarecimiento de ciertos productos y servicios, en muchos casos ha llevado el endeudamiento de los chilenos a niveles insostenibles. Cuando ni siquiera el uso de las tarjetas de crédito permite sobrellevar los gastos, no son pocos los que han optado por suprimir ciertos alimentos, o sustituirlos por otros de menor valor, pero también de menor calidad.
"Esta tendencia podría ir en aumento debido al impacto doméstico que ha generado el valor de algunos bienes básicos de consumo. Esto sumado a la estacionalidad que en muchos casos obliga a incurrir en gastos de salud, oscurece el panorama y por supuesto favorece el endeudamiento", recalca la académica de la U. Andrés Bello.
A juicio de Cornejo, los consumidores tendrán que adaptarse a la nueva dinámica del mercado, dominada por las turbulencias que continuarán afectando el bolsillo.
