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La otra cara Santalices: Feroz opositor al ingreso de homosexuales a FFAA

Aunque tras su renuncia al Ejército, por su vinculación con el caso Caravana de la Muerte, varios sectores destacaron el trabajo formativo en materia de DDHH, un informe elaborado en 2004 por el ex militar también da cuenta de otra faceta. Fue un tenaz opositor al ingreso de las minorías sexuales a las Fuerzas Armadas, al punto de definir esta condición como una enfermedad.


Pese a que el Gobierno se ha manifestado partidario del ingreso de homosexuales a los cuarteles, para nadie resulta un misterio que al interior de las Fuerzas Armadas se trata de un tema, por decirlo de alguna manera, tabú. Incluso en instituciones que se suponen menos doctrinarias, como Investigaciones, también han existido denuncias al respecto.



Una de las opiniones que refleja el sentir del Ejército -o al menos de una parte- la manifestó el general Gonzalo Santelices, el mismo que renunció recientemente de la institución luego de que se revelara que trasladó a víctimas de la Caravana de la Muerte, en 1973.



Pese a ese episodio, desde la institución han resaltado sus aportes en el respeto a los derechos humanos, una posición que se contrapone con la investigación en la que fundamenta la "inviabilidad" de aceptar homosexuales en las filas de las Fuerzas Armadas.



En su oportunidad, el ministro de Defensa, José Goñi, se mostró contrario a todo tipo de discriminación y dispuesto a que los homosexuales integren las Fuerzas Armadas y de Orden, cuando se denunció la expulsión de dos carabineros por su condición sexual.



"El Gobierno se ha manifestado que es contrario a toda forma de discriminación (Â…) Por lo tanto, si la pregunta es si hoy los homosexuales pueden integrar las Fuerzas Armadas, la respuesta es afirmativa", aseveró.



Sin embargo, en el Memorial del Ejército hay un análisis sobre "La Homosexualidad y las Fuerzas Armadas", escrito por el general (R) Gonzalo Santelices, cuando era secretario general de la institución y el jefe castrense era Juan Emilio Cheyre.



El Memorial del Ejército es un documento de carácter anual que registra los avances y cumplimientos de la institución. Pero además, incorpora estudios comparativos que sirven de base para las decisiones. Por ende, si bien el informe es a título personal, sí forma parte de los elementos que al menos se tienen a la vista al momento de decidir.



Imposible



En 17 páginas de análisis, que son a título personal, se señala que dada la especificidad de la profesión militar, "es posible afirmar que no es posible tener entre sus filas personal que no tenga una conducta moral adecuada como es el caso de la homosexualidad".



Agrega que ello es debido a que "el Estado debe resguardar a sus instituciones fundamentales, como los son las Fuerzas Armadas, ello no es sólo responsabilidad de sus integrantes, sino que de toda la comunidad nacional, la atenuación de la importancia moral de los actos va acompañada de un rebajamiento moral de las personas. Unas Fuerzas Armadas debilitadas en lo moral, significan un grave peligro para la supervivencia de la sociedad".



Santelices reitera que la homosexualidad es una conducta que va contra lo natural. "Tenemos que la conducta homosexual no es propia de la naturaleza del hombre, el fin del sexo es la procreación, y esta se da sólo entre parejas de distinto sexo y, por lo mismo, es socialmente inadecuada por la desviación de la naturaleza que su ejercicio con lleva, lo que afecta la vida comunitaria alterando en cierta forma la normalidad de la convivencia".



Más adelante, agrega que si la relación homosexual "es una desviación personal que lleva supuestamente a un individuo a creer que a través de ella logra de alguna forma la felicidad como fin y, como tal, está en contra de la comunidad que para este caso es la Fuerza Armada, es una demostración más que son incompatibles el hecho de ser homosexual y pertenecer a las FFAA".



Califica la homosexualidad como "una enfermedad" y como tal "en un Ejército no puede haber gente enferma, dado que en el actuar propio de la profesión las exigencias de ella, implica ser sano físicamente".



Además, dice que las condiciones de la vida militar, donde la convivencia puede ser las 24 horas del día, las campañas en terreno, la vida de familia en las poblaciones castrenses, es un punto que se debe tomar en cuenta a la hora de sostener que "no es posible la homosexualidad en las instituciones de las FFAA"



«Quien tiene conductas desordenas como lo es la homosexualidad, no pueden ejercer el mando y, por ende, no puede ser militar", enfatiza.



Otro aspecto para esa hipótesis es que "la infraestructura militar está concebida para acuartelar hombres y mujeres, no homosexuales, por tanto su inclusión también implicaría la necesidad de construir dependencias para ellos , lo cual tendría un gasto adicional para el país".



Ellos mismos se discriminan



Asimismo, opina que "los homosexuales ellos mismos se discriminan, no valoran la sexualidad propia, da lo mismo que soy, hay un desprecio por la sexualidad opuesta".



En ese punto destaca que "la homosexualidad es una desorientación sexual y no una orientación sexual alternativa. El hombre y la mujer, seres creados por naturaleza sexuados para procrear y multiplicar la especie. El fin de la sexualidad, por expreso querer divino, se ve como la superación de la simple esfera individual, pues tiende a la propagación de la especie, a comunicar el gran don de la vida"



Si bien el documento señala que la homosexualidad cada año que pasa tiene mayor aceptación en la sociedad, destaca que "es bueno reflexionar pormenorizadamente sobre estas cuestiones y no dejarse engañar por eslóganes de grupos interesados".



"La función militar está referida a la sociedad a la cual sirve y es ella la que obliga al militar a tener una conducta acorde a esa exigencia. Las faltas, las intemperancias, la ignorancia, la promiscuidad perjudican a otros, tal como lo hace una conducta homosexual, desde luego por el mal ejemplo que se da a sus semejantes y también por la impotencia que esto produce a causa de los vicios que conlleva una conducta de esa naturaleza", precisa.



A su juicio, no se puede separar la moral privada del militar, de su moral pública como integrante de una Fuerza Armada. «Dicho de otra forma, no se puede tener una conducta homosexual y considerarla como algo privado donde la institución no tiene nada que opinar o decir».



En el plano de la salud se indica que los militares deben "tener un gran cuidado de conservar nuestra salud, dentro de la que se considera una vida sexual sana" y, en tal sentido, "la conducta homosexual va en sentido contrario de las exigencias militares, de mantener una mente, cuerpo y espíritu sano".



Además, sostiene el informe que "la profesión militar conlleva a satisfacer una vocación quehacer que el militar sea feliz en lo que hace, ésta se da en un marco de compañerismo y camaradería. Lo cual es muy difícil que se dé con personal de conductas homosexuales y, por lo tanto, ellos no serían felices en un ambiente militar".



La situación en Estados Unidos



El informe también detalla lo que sucede en otros países, como Estados Unidos, que en 1993 puso en práctica una ley que permitía el ingreso de homosexuales, "mientras mantengan su orientación sexual en secreto". Desde esa fecha, cerca de 10 mil homosexuales han sido separados o "dados de baja", sostiene el documento.



Una vez aprobada esa ley, el Congreso expresó su preocupación por los riesgos que corren "la moral, el buen orden, la disciplina y la efectividad de las unidades. Como resultado del cambio, la conducta homosexual se considera una violación de la ley militar, aunque ser homosexual no lo es. Esto se entiende en una cultura anglosajona, pero no es imitable para nuestra cultura".



Pone de relieve que representantes del Pentágono -que expulsa anualmente a mil soldados por su homosexualidad. Ha reiterado que el Ejército no los quiere en sus filas por considerar que atentan contra la moral, debilitan la disciplina y constituyen un riesgo para la sociedad.



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