Mientras estaba en Londres cerrando un convenio para futuros becarios, el Canciller recibió con molestia las dos reuniones secretas realizadas el jueves y viernes pasado por los funcionarios de carrera, quienes le enrostran no “habérsela jugado” por ellos y evitar la indicación hecha al proyecto de modernización del servicio exterior, donde los embajadores deberán contar con el cartón universitario. La asociación gremial llamó esta semana a todos sus socios para una asamblea.
El ministro de Relaciones Exteriores Alejandro Foxley (DC) es un hombre que pocas veces se enoja, según sus cercanos. Sin embargo, este viernes, mientras se encontraba en Londres cerrando un convenio con instituciones académicas para futuros becarios, su ánimo cambió.
El secretario de Estado recibió con molestia la información -publicada por El Mostrador- de dos reuniones secretas realizadas en la Dirección de Política Exterior -donde participaron los embajadores sin título profesional y el jefe de esa división, Juan Pablo Lira Bianchi- en la que se cuestionó su desempeño para defender los intereses de los funcionarios de carrera ante la comisión de la Cámara que analiza el proyecto de modernización y profesionalización de la Cancillería.
Y es que en el Parlamento, tanto diputados de la Alianza como de la Concertación (Marcelo Forni, Iván Moreira por la UDI, los PS Isabel Allende, Marcelo Díaz y el DC Renán Fuente Alba, respectivamente) le agregaron una indicación a la iniciativa: para ejercer el cargo de embajador se requiere título universitario.
La noticia cayó como una piedra en una bandeja de cristal y provocó que la Asociación de Diplomáticos de Carrera (Adica) pusiera literalmente el “grito en el cielo”, ya que existe sólo un 30% de embajadores que cuentan con el “cartón”, lo que claramente los discrimina frente a la nueva camada de funcionarios más jóvenes, que han pasado por las aulas superiores e incluso cuentan con doctorados y magíster, pero que no ocupan cargos como jefe de misión.
Distintos funcionarios de carrera consultados por este diario, explicaron que “Foxley no se la ha jugado por nosotros, quienes nos hicimos a pulso durante los últimos 20 ó 30 años, frente a una indicación parlamentaria que no es clara sobre cuál será el destino de nosotros dentro del servicio exterior”.
De hecho, la propia Adica, en una circular enviada el viernes 14 a todos los funcionarios del Minrel -la Nº 85/2008- revela la molestia interna con Foxley.
En el documento al que tuvo acceso este diario, los dirigentes -quienes dejan el cargo en diciembre- relatan la última visita que realizaron a la Cámara. Asimismo, si bien reconocen la disposición de la autoridad parlamentaria e incluso la ministerial con el fin de consensuar la indicación sobre el título profesional para los embajadores, la califican de “tardía”.
Y es que la modernización del servicio exterior ha sido el “caballito de batalla” de la administración Foxley, iniciativa que si bien comenzó a gestarse en la administración Lagos, cobró cuerpo durante la campaña de Michelle Bachelet para hacerse efectiva durante su mandato. Para los funcionarios sin título los agregados al proyecto, entonces, son percibidos como un incumplimiento de parte del gobierno.
Sin “rapport”
Distintos sectores consideran que la apertura de Chile al mundo requiere de una nueva mirada, más profesional y no tan enraizada en concepciones conservadores propias de la Guerra Fría sobre la política internacional del país, tomando en cuenta los distintos acuerdos y tratados con naciones europeas, asiáticas y del norte del continente como Estados Unidos, México, Canadá y con el propio Mercosur.
Para nadie es un misterio dentro del Minrel la preferencia de Foxley por el país que dirigirá Obama desde el próximo año, sobre todo tipo de materias y el rol “segundón” que tienen los otros polos de poder, salvo China.
Es en este contexto que los embajadores que aprendieron el juego de la diplomacia en la primera línea de fuego, destacan el logro de la Adica y de la Mesa Gremial que por la vía “de argumentos y presiones” lograron ser escuchados e incluidos en el mejoramiento del proyecto de ley de modernización. Más aún, porque los dirigentes sólo supieron de la indicación sólo el fin de semana del 8 de noviembre pasado.
Por todo lo anterior, la Adica convocará esta semana a una asamblea extraordinaria a todos los socios, a quienes llaman a “concurrir masivamente”. Esto último “con el objeto de obtener lo mejor, dentro de un proyecto deficitario de ley, para el bien del Servicio Exterior”.
Y todo, ad portas del cambio de gabinete que debe realizar en las próximas semanas la Presidenta Bachelet.
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