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Problemas entre RN y la UDI… para variar

El senador Alberto Espina salió al paso de sus socios que rechazan la reforma, quienes lo acusan de desconocer el acuerdo de la Alianza para oponerse a la iniciativa. El parlamentario sostiene que en pleno siglo XXI, nadie se puede negar a modernizar el sistema de inscripción, pero en el gremialismo existe un sector que rechaza a brazo partido un proyecto que puede acorralar el discurso de frescura, renovación y cambio del que se quiere colgar Piñera para las presidenciales.


El proyecto de inscripción automática y voto voluntario, que se tramita en el Senado, amenaza con convertirse en el elemento disociador entre Renovación Nacional y la UDI. Aunque entre los primeros existe optimismo respecto de que la iniciativa será aprobada por sus socios, en el gremialismo no existe unanimidad en torno a la necesidad de avanzar en esta materia. El tema se complica aún más cuando en la tienda de Sebastián Piñera plantean que lo óptimo sería que la medida comenzara a regir lo antes posible, de manera que esté vigente para las elecciones presidenciales y parlamentarias del 2009.

 Sin ir más lejos el ex secretario general de la UDI, diputado Darío Paya, rompió la siempre tensa calma entre ambos partidos, al acusar a través de la prensa al senador Alberto Espina (RN), uno de los patrocinadores del polémico proyecto, de haber incumplido un acuerdo con el gremialismo. Según Paya ambos partidos se comprometieron a no respaldar la inscripción automática. Pese a que el senador Andrés Chadwick, quien en la Comisión de Constitución se abstuvo, asegura que dicha abstención se debió a que no existe claridad sobre cómo se hará el reemplazo del sistema.

Sin embargo, Paya no está solo en su postura. En el gremialismo existe un significativo consenso en cuanto a que la inscripción automática podría ser perjudicial para las aspiraciones de la UDI. Incluso sus máximos dirigentes estiman que de avanzar positivamente el proyecto no debiera aplicarse para las elecciones del próximo año. «Todo es tema de estrategia», plantean algunos.

 En todo caso, Alberto Espina le cerró el paso a las declaraciones de Paya. El senador aclaró que «no ha existido jamás un acuerdo de estar en contra de la inscripción automática», dijo rebatiendo derechamente al diputado gremialista. A ello añadió que «oponerse, en el siglo XXI, a que en nuestro país haya inscripción automática no tiene ninguna justificación».

 De hecho, a su juicio, la decisión de aprobar el proyecto pasa por querer o no que cada chileno que no está participando en las elecciones se incorpore, dado que según sus cálculos la cifra de quienes no están inscritos llegaría a alrededor de los cuatro millones.

 «Los que tenemos cargos de elección popular tenemos que asumir una realidad: en Chile hay cuatro millones de personas que no votan, tres millones de las cuales son gente joven. Eso significa que desde ese punto de vista nuestra democracia es imperfecta. Las decisiones las están tomando con casi ninguna participación, respecto del futuro gobierno, los jóvenes. Entonces, lo correcto es -en el siglo XXI- que se pueda establecer un mecanismo de elección automática», advirtió Espina.

 Además recalcó que «no hay que tenerle miedo a que cuatro millones de personas nuevas voten». Pero admitió que es necesario garantizar que el procedimiento sea confiable, por lo que considera legítima la aprensión del senador Chadwick.

 En cuanto a la voluntariedad del voto, señaló que a lo que hay que aspirar es a que los eventuales candidatos «logren cautivar la confianza, el entusiasmo, de los ciudadanos y no haya que aspirar a que los ciudadanos voten sólo ante la amenaza de que les sea cursada una multa si no cumplen con la obligación de hacerlo.

 Pese a las diferencias con la UDI, Espina está optimista de que el proyecto se apruebe. Aunque reconoce que no está de acuerdo con sus socios en cuanto a que la iniciativa comience a regir sólo después de las elecciones del 2009. «Yo, en eso no estoy de acuerdo. Quiero que (la medida) se aplique esta próxima elección».

 En cuanto al hecho de que su partido tiene interés porque existen encuestas que establecen que Piñera se vería favorecido con la votación del segmento que ahora no está inscrito, Espina señaló que «esto es bueno para Chile, uno no debe legislar siempre con la calculadora en la mano». No obstante, admitió que existen sondeos que «efectivamente señalan que Sebastián Piñera tiene mucho respaldo entre los no inscritos, pero las encuestas son instrumentos, fotografías del momento», aclaró.

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