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La prueba de amor de la relación UDI-Piñera

Es el tema que a la derecha le ha costado zanjar. Durante su tramitación en la Cámara Baja la bancada gremialista lo rechazó, arrastrando consigo a gran parte de RN, con un argumento discutible. Esta vez se debate en el Senado, donde pasó la prueba de la Comisión de Constitución. Uno de los patrocinadores de este proyecto es Alberto Espina y Piñera ha sido un locuaz alentador del mismo. Y aunque el gremialista Andrés Chadwick ha mostrado apertura, la directiva de calle Suecia pide un gesto del dueño de Chilevisión.


El hecho de que el voto político emitido por la UDI -el viernes pasado en Termas de Colina- no proclamara a Sebastián Piñera como su candidato presidencial y sólo se limitara a «apoyarlo» no es casual. Eso se debió a que José Antonio Kast, secundado por otras importantes figuras del partido como Evelyn Matthei, presionaron para que así fuera. La estrategia que hay detrás de esta postura es que a partir de esa fecha hasta el Consejo General, el empresario deberá dar muestras de confianza para que el gremialismo ratifique su decisión en la más alta instancia política de la tienda. Y la primera se concretará a través de un proyecto «emblemático» del dueño de Chilevisión y que en calle Suecia se niegan a aprobar: inscripción automática y voto voluntario.

Por eso no resulta raro que ayer el número uno de los senadores piñeristas de la UDI y primo hermano de Piñera, Andrés Chadwick, se haya reunido con su par Alberto Espina -integrante del Comité Político de la campaña del empresario- con el fin de abordar la agenda legislativa del 2009. Ambos integran, además, la Comisión de Constitución de la Cámara Alta y mientras el segundo es uno de los patrocinadores del proyecto de inscripción automática y voto voluntario que se aprobó en dicha instancia; el primero  se abstuvo respecto de la inscripción automática. Postura que puede ser considerada con un triunfo en el círculo del empresario, dado que la mayoría de la UDI lo hubiera rechazado, tal como lo hizo en la Cámara de Diputados.

La cita se efectuó en Apoquindo 3000, piso 17, y aunque se asegura que el objetivo no era sólo analizar la polémica iniciativa, sino toda la agenda legislativa del próximo año, dado que es muy probable que el senador gremialista integre el Comité Político de la campaña, lo cierto es que el proyecto tiene particularmente preocupado a un amplio sector de la UDI. Pese a que entre sus socios existe optimismo respecto de que terminarán aprobándola.

En este contexto nada tiene de coincidencia que el tema central al que se abocó la reunión de mesa de ayer en la UDI haya sido justamente dicho proyecto de ley. Según fuentes que participaron en la cita, ésta fue bastante dura, porque mayoritariamente se inclinaron porque el partido no se mueva ni un ápice de la línea planteada en cuanto a no aprobar nada distinto de la inscripción y el voto voluntarios. Para algunos esta podría ser la prueba de fuego para su nuevo abanderado, ya que estiman que pasar de la inscripción automática a la inscripción voluntaria no es tan terrible.

Más aún, varios asistentes recordaron lo importante que «es electoralmente» para el partido no aprobar una iniciativa que modifique el actual padrón electoral. Respecto de lo cual y tanteando terreno, Juan Antonio Coloma habría manifestado que tal vez la UDI se equivocó al sostener esta postura. Craso error, porque no logró convencer a nadie de que lo mejor para la unidad de la derecha es no cerrarse a la posibilidad de avanzar en esa materia. Incluso uno de los presentes planteó derechamente que ésta tendría que ser la prueba de fuego para el abanderado, y que si finalmente RN no llega a acuerdo con el gremialismo y se mantiene en la postura de aprobar el proyecto, entonces los segundos podrían decir que «estamos desilusionados porque en la primera prueba de fuego, Piñera guateó«.

A esto se suma que cada día que pasa, post Consejo Directivo Ampliado, un número no menor comienza a reconocer que si se doblegó a dar la unanimidad al voto político consensuado entre la directiva y los opositores a levantar la candidatura de Piñera -liderados por Kast- fue porque estimaron que lo mejor para la UDI era no dar señales públicas de falta de acuerdo interno, pero advierten que es el Consejo General el que dirá la última palabra y que entretanto el empresario no tiene permitido cometer errores.

La pregunta es quién se someterá. ¿Piñera por los votos? Que no son tantos si sólo un sector del partido llega a la convicción de que él será un buen Presidente. ¿La UDI por asegurarse cupos u obtener cargos en un eventual gobierno? Tampoco está claro, pues en calle Suecia ya han dicho que la tienda no está en venta. Está por verse.

La presión de la UDI sobre Piñera no es menor. Eso sobre todo cuando uno de los impulsores del acuerdo con el abanderado, Pablo Longueira, plantea públicamente, a través de la tribuna que tiene en Radio Zero, que «si Piñera no gobierna para la clase media y los más pobres yo me voy».

Y cuando de cupos parlamentarios se trata el ambiente se pone denso. Este tema fue otro al que se llegó en la reunión de mesa de la UDI. Uno de los asistentes planteó su preocupación, compartida por varios, de que RN les «pase por encima» en la negociación parlamentaria. Seguramente porque tras la cita de la mañana entre los presidentes de ambas colectividades se escuchó demasiadas veces la palabra «generosidad», sin explicitar quién será el «generoso». Esta manifestación fue contrarrestada con una clara y previsible explicación. Llegar a un acuerdo, respecto de la plantilla parlamentaria, con los menos roces y ruidos posibles es necesario para mostrar en lo concreto la unidad del sector. Si ambos partidos comienzan a pelearse por los cupos, la derecha «le va a regalar un festín a la prensa» y eso hay que evitarlo a toda costa, decía uno de los presentes en la tradicional reunión de directiva de los lunes.

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