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La camisa de fuerza de Cristián Cuevas en la CUT

El emblemático líder pasará este año por una especie de callejón oscuro. Ya instalado en la estructura formal de la multisindical, tendrá que optar por cultivar su estilo duro y de enfrentamiento, o entender la lógica institucional con la que durante años ha operado Arturo Martínez (PS): golpear al gobierno pero sólo para la galería. Y es que aunque en el organismo estén convocando a marchas y paros, lo cierto es que la búsqueda del acuerdo electoral entre el oficialismo y los comunistas, y la amenaza que para su sobrevivencia financiera implica gobierno de Piñera, son un corsé político difícil de desatar. La candidatura a diputado puede ser una salida digna.


La idea de ser candidato al Parlamento ha tomado cada vez más fuerza en el entorno del dirigente sindical y encargado de conflictos de la CUT, Cristián Cuevas. El 02 de abril, en un acto en Santiago (el lugar se definirá en las próximas semanas), sus compañeros de la Confederación de Trabajadores del Cobre lanzarán su campaña parlamentaria. Muchos esperan que su figuración pública, que nació bajo el alero de la CTC y los conflictos en Codelco, no debería ser opacada por instrucciones de su partido, el PC, ni por órdenes superiores de la Central.

Pero el escenario en la práctica es completamente distinto y adverso para su perfil. Cuevas tiene las manos atadas. En la CUT cuentan que desde que asumió su cargo de secretario de Negociación Colectiva, Conflictos y Solidaridad, no ha logrado rearticular fuerzas al interior ni tampoco hacerse de un espacio importante en la multisindical. De hecho, sus intervenciones públicas durante el verano pasado no fueron bien evaluadas y Arturo Martínez le ha puesto más atención que a otros dirigentes. «Cristián tiene que aprender y Arturo no dejará que se arranque con los tarros», dice uno de los miembros del Consejo Directivo Ampliado.

A pesar de que en su entorno reiteran que su fuerza no está en la CUT ni en el PC, saben que ya está «dentro del sistema». Y ahora, Cuevas, quien no se acomoda a mantener las relaciones ya históricas e institucionales de Martínez con el gobierno, deberá lidiar con otro problema en su carrera: «Hacer más llevaderas las relaciones del PC con el oficialismo, con miras a concretar el pacto parlamentario», según comenta un dirigente.

Sin embargo, el secretario general de la tienda, Lautaro Carmona, difiere de esta apreciación. Según él, el PC no renunciará a dar la pelea por los derechos laborales y que los temas no se relacionan.

Pero lo cierto es que si Cuevas pensaba mantener el perfil frontal por el cual se hizo conocido, tendrá obstáculos en el camino. Para él, explican en la CUT, no será simple quebrar los equilibrios que tantos dividendos personales le han dado a Martínez en todos estos años de control de la multisindical.

El discurso baja algunos tonos

Es cierto que a la marcha de ayer convocada por la CUT, se suma la paralización anunciada para el próximo 17 de abril. Pero en estos el discurso de Martínez ya suena con matices. Los ataques se centrarán en el empresariado y no en el gobierno. Tampoco en el ministro Velasco, su principal flanco durante casi toda la administración Bachelet. El pacto, no escrito por cierto, está consensuado. No sólo porque Martínez ahora es también vicepresidente del PS, sino porque en un eventual gobierno de Piñera, el financiamiento de la CUT corre peligro, sobre todo por los fondos públicos que la entidad recibe a través de la Fundación Instituto de Estudios Laborales (FIEL).

Martínez tiene mucho que esperar y agradecer de Bachelet. Por un lado está el emblemático proyecto de negociación colectiva, dado a conocer ayer por El Mostrador.cl Por otro, será en esta administración en la que todos los dirigentes sindicales, incluido el timonel de la CUT, podrán cumplir con el esperado sueño de competir por un puesto en el Parlamento, gracias a la iniciativa que terminará con la inhabilidad que les impide optar a cargos de representación popular. Un proyecto que podría permitirle a Martínez hacer campaña por el distrito de San Fernando y San Vicente en la VI región, porque en el PS aseguran que ya tiene el cupo y que sólo falta que lo declare.

En medio de todo ese enjambre de equilibrios y concesiones, el libreto de Cuevas es incierto. En un periodo en que a todas luces estaba, según un cercano, «pintado para él, con la crisis de por medio». Pero en la CUT son concluyentes y explican que la «agenda propia» se acabó y que el PC lo ordenará si la muñeca de Martínez no es suficiente.

«El movimiento de los trabajadores subcontratistas no llegará a los niveles de 2007, principalmente porque Cuevas se convirtió en un actor, que ya no está marginado de las decisiones, aunque Martínez lo pueda aislar en la CUT, él ya está adentro», comentan en el oficialismo.

Además, el nuevo rol del PC para la Concertación podría convertirse, a medida de que avancen las negociaciones para un pacto electoral, como un factor de mediación. Y en ese escenario, el PC no está en posición de convertirse en un obstáculo para terminar en buen pie este gobierno y la Concertación tampoco está en condiciones políticas para «farrearse» los votos que este sector ofrece.

Así las cosas, la discusión sobre el modelo económico, con el tiempo, se irá quedando atrás. «Ahora son los cupos, eso es lo que les importa y es lógico que así sea. Con la elección de Claudina Núñez en el PC se dieron cuenta que las opciones para llegar al Congreso pueden ser reales», explican fuentes del Palacio. Y agregan: «En el intento de abrir el cerco que obstruye el ingreso del PC al Parlamento, se ha ido imponiendo progresivamente la consigna comunista de «romper la exclusión», ese será el tema que cruzará su debate». Y Cuevas también es una pieza más en ese tablero de ajedrez.

 

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