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La guerra entre el fútbol y la música

Antiguamente cada productora negociaba el estadio con Chiledeportes. También había un «facilitador», encarnado por Nolberto Salinas, abogado, ex director de Digeder y asesor en el negocio del espectáculo. Hoy un conflicto de interés le impide participar, pero a cambio los agentes del espectáculo han decidido organizarse y todo indica que la contienda se decidirá a su favor.


«Esta no es una guerra entre las productoras y el fútbol», aclara Nolberto Salinas, abogado y asesor de las productoras más importantes de megaconciertos en Chile. En efecto, no es un conflicto armado, pero si una pelea donde la Asociación Nacional de Fútbol (ANFP) dio un certero primer golpe al conseguir que Chiledeportes no prestara el Estadio Nacional para el multitudinario concierto de la banda teen Jonas Brothers. El espectáculo debió trasladarse al Club Hípico e inmediatamente quedó en duda la realización de los otros recitales en agenda: U2, Coldplay, Metallica y AC/DC.

La artillería pesada de la ANFP tiene un solo gran argumento: que la cancha del Nacional queda en pésimo estado para jugar fútbol. En la práctica, el gremio que preside Harold Mayne-Nicholls piensa en el duelo que Chile debe disputar el 10 de junio frente a Bolivia, por las clasificatorias al mundial de Sudáfrica.

El hombre de los dos mundos

Si hasta abril la posición de Chiledeportes era  no  prestar el estadio bajo ninguna circunstancia, este mes Jaime Pizarro director de la entidad cambiaba la intransigencia por la palabra «reevaluar», para referirse a  la realización de conciertos en el futuro, a la par de la postura expresada públicamente por la presidenta Michelle Bachelet, que en una entrevista radial a fines del mes pasado expresó que «haré todo lo posible para que la gente tenga acceso a bandas musicales extraordinarias».

Para algunos, en el ambiente de las productoras, detrás de estas palabras conciliatorias está el abogado Nolberto Salinas, responsable como él mismo reconoce de las negociaciones que destrabaron el uso del Estadio Nacional para los conciertos de The Police y Madonna en Chile, cuando el ministro de la época, Francisco Vidal, aseguraba tajante que no iba a prestar la cancha.

Salinas reúne lo mejor de los dos mundos. Fue el último director de Digeder entre 2001 y 2002, según él mismo admite «fundó» Chiledeportes, donde fue jefe de gabinete de Arturo Salah, participó en la confección de la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas y desde 2005 es gestor de conciertos, además de participar en la creación del Arena Santiago y Arena Puerto Montt.

Pero Salinas, ex militante PPD y parecido a «Roberto Carlos» porque «tengo un millón de amigos» -dice-, se apura en aclarar que «hoy las circunstancias son muy distintas y aunque soy una de las personas que más entiende de la materia, he preferido no meterme y si me lo piden tampoco lo voy a hacer». Las razones son claras. El abogado es padre de los dos hijos de Carolina Tohá, ministra de la Secretaría General de Gobierno repartición de la que depende Chiledeportes, y por tanto desea evitar todo conflicto de interés.

A cambio, Salinas justifica con cifras la buena disposición que empiezan a mostrar las autoridades. «En ningún caso el estadio se presta gratis para los conciertos, hay un negocio de por medio». Chiledeportes recibe dinero por el arriendo del estadio. Las productoras pagan además  la «aireación» de la cancha, que consiste en posar un helicóptero con la hélice prendida para que el pasto se ventile. La organización del espectáculo también paga el turno de aseo y de las personas que cortan las entradas. Todo esto sin contar los impuestos que corresponden al 20 por ciento de lo que cobra el artista.  Con todo, sólo  por el concierto de Radiohead, en marzo pasado Chiledeportes a través del estadio recibió 74 millones de pesos. Por último, durante el concierto de The Police se probó la tecnología que se usa en otros países, consistente en una carpeta de 7 centímetros que aísla el pasto, e impide que tenga mayores daños. «La cancha quedó dañada no por el concierto de Madonna solamente, sino porque después vino la Teletón y luego la fiesta de Navidad de la presidencia», afirma Salinas.

El comando de productores

Paralelamente, a falta de un facilitador que ayude a las productoras, acostumbradas a negociar individualmente las condiciones de sus conciertos, las compañías dedicadas a los espectáculos masivos decidieron agruparse y aunque están en plena tramitación de su personalidad jurídica, ya tienen un vocero, Enrique Inda.

Inda revela que se está trabajando en una normativa para que las productoras de espectáculos tengan los mismos derechos de quienes producen eventos deportivos y confía en que se concrete un acuerdo, basado en las buenas señales que vienen desde el gobierno.

«Lamentablemente para el fútbol, el deporte ha ido perdiendo fuerza como espectáculo familiar, por culpa de las barras bravas y otros problemas. Tuvimos un clásico que llevó apenas 12 mil personas. El estadio está la mayor parte del tiempo desocupado porque la mayoría de los clubes tienen sus estadios y por último nuestras recaudaciones son muy superiores a las del fútbol», dice el vocero de la agrupación, que reúne a las 10 productoras más importantes, responsables del 98% de los tickets que se venden en el país. Para el segundo semestre piensan estar funcionando con todas las de la ley.

Finalmente Enrique Inda desmiente que en el corto plazo los productores de espectáculos masivos tengan contemplado construir su propio estadio: «Es demasiado caro, en especial si se usa sólo una vez al año, ni en Argentina existe algo similar», afirma. Por ahora, aunque el fútbol haya ganado la primera batalla, el que ríe último, ríe mejor. 

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