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«Las conductas que se le imputaron a Piñera fueron calificadas por la justicia como delito»

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
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El profesional, cercano a la familia Frei, patrocinó a Miguel Calaf, uno de los accionistas de la quebrada entidad financiera, quien resultó condenado a tres años de cárcel por las decisiones que, como máximo ejecutivo, adoptó el actual abanderado de la derecha. En entrevista con El Mostrador, destaca que, a su juicio, «como gerente general podrías no saber si se produce un robo en una sucursal, pero cuando hay una crisis generalizada con muchas deudas, la responsabilidad es del gerente general».


El abogado Alberto Coddou es uno de esos profesionales que cultiva el bajo perfil. Habla pocas veces de los juicios que le ha tocado llevar, pero ahora que salió a la palestra el proceso por la quiebra del Banco de Talca, decidió romper el silencio.

En 1982 Coddou asumió el patrocinio de Miguel Calaf, uno de los dos controladores de la quebrada entidad financiera, a quien le imputaron delitos contrarios a la Ley de Bancos, debido a que se giraron créditos a favor de sociedades de papel para comprar las acciones del Banco de Talca y de esa forma capitalizar la empresa.

De acuerdo a las declaraciones del propio Calaf y del segundo dueño, Miguel Danioni, que obran en el proceso que sustanció el entonces ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, Luis Correa Bulo, la fórmula para capitalizar las pérdidas del banco vinieron del propio Piñera, quien ejercía en esa fecha el cargo de gerente general de la entidad. Esta conducta, según Coddou, fue calificada como un delito por la justicia.Tanto así, señala el profesional, que Calaf y Danioni, fueron condenados a penas de tres años y pasaron varios meses detenidos en el anexo cárcel Capuchinos, siendo incomunicados al inicio del caso.

Cabe recordar que a fines de agosto de 1982, cuando el magistrado resolvió procesar a Piñera y ordenó su detención en calidad de coautor de los delitos por infracción a la Ley de Bancos, el actual abanderado de la Alianza por Chile contrató los servicios de Luis Ortiz Quiroga, quien recurrió de Amparo. La Corte de Apelaciones confirmó la decisión de Correa Bulo, pero en la Suprema, Piñera ganó por la unanimidad de los cinco votos de la sala y quedó libre de la imputación, al igual que Carlos Massad.

«Cuando se dictó el auto de procesamiento contra Piñera y Massad, yo pensé que presentar un Recurso de Amparo en la Suprema era un suicidio. Por que si lo perdía era virtualmente una condena en primera instancia», afirma Coddou.

Para el profesional este fue un caso «paradójico y particular»: «Aquí se condenó a los dueños y accionistas mayoritarios del banco, quienes habían entregado mediante un convenio su administración a un equipo de ejecutivos encabezados por Sebastián Piñera, como gerente general, y a ellos les entregaron las más amplias facultades de gestión del banco, con el objeto de lograr su capitalización debido a los problemas que atravesaba. Y algunas de estas operaciones y las conductas investigadas que se le imputaron a Piñera fueron en definitiva calificadas por la justicia como delitos, como los prestamos a la sociedad Río Claro para comprar acciones del propio Banco de Talca, las que sirvieron para condenar a mi cliente», recuerda el abogado.

El juez anonadado

-¿Piñera tuvo tanta responsabilidad como su cliente, que era uno de los dueños del banco y quien fue condenado a tres años?

-Yo creo que si… porque si hubo malos manejos…

-La ex ministra Mónica Madariaga dijo que tuvo que intervenir ante el Poder Judicial para que Piñera pudiera ganar el Recurso de Amparo. ¿Supo de esas presiones?

-En esos años recuerdo que me dijeron que uno de los que intervino ante la Suprema fue Rolf Lüdhers.

-¿Por qué en su momento usted no recurrió de Amparo a favor de su cliente?

-Con un Amparo matas la investigación, si es que ganas. Sin embargo, consideré que en esa oportunidad no teníamos los antecedentes suficientes para decir que no había delito.

-¿Cómo reaccionó el ministro Correa Bulo cuando se enteró que Piñera había ganado el Amparo en la Suprema?

-Nunca he visto un hombre más anonadado y destruido cuando llegó la resolución de la Suprema. Le produjo un shock.

-¿Nunca le comentó Correa Bulo si alguien lo presionó?

-Él era muy poco amigo de sus  amigos.

-¿Cuando usted leyó el procesamiento que dictó el magistrado en contra de Piñera, pensó que por la vía del amparo lograría quedar libre?

-Pensé que nadie saldría libre. Era una locura. Además de la forma en que se tramitó fue de lo más…

¿Irregular?

-No, no irregular… Pero qué posibilidades de defensa tenías sin conocimiento del sumario, en un caso muy complejo… ¿Qué se podía hacer?

-¿Qué pensó cuando la Suprema acogió el Amparo de Piñera?

-Pensé que era bueno para nosotros, pero ya ve usted: a mi cliente Miguel Calaf lo condenaron a tres años y estuvo incomunicado y detenido por varios meses en el penal de Capuchinos.

-¿En la investigación que realizó Correa Bulo quedó clara la responsabilidad de Piñera, más allá del amparo?, se lo pregunto porque en este caso están condenados los dueños del banco y no así la administración.

-Piñera desapareció del proceso. Igual que Massad. Después todo se centró en mi cliente, y en las operaciones que se realizaron desde el banco, pero ellos nunca más aparecieron.

-¿Si los directores de un banco junto a la gerencia general son un todo y si Piñera trabajaba en este último cargo, entonces tiene la misma responsabilidad que su cliente?

-Como gerente general podrías no saber si se produce un robo en una sucursal, pero cuando hay una crisis generalizada con muchas deudas, la responsabilidad es del gerente general.

-¿Y hay delito en ese tipo de conducta de parte de un gerente general?

-Es dolosa siempre y cuando tengas absoluta conciencia de que es así.

-¿Y Piñera tenía conciencia de que era así?

-Yo creo que sí.

-¿De todo este juicio cuál es la anécdota que más recuerda?

-Una muy cómica. Cuando se estaban viendo los amparos en la Corte de Apelaciones y en la Suprema, la mamá de Piñera retaba bien retados a los abogados querellantes, diciéndoles que su hijo era un buen niño y que era inocente.

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