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Audio revela agresión sicológica a niño de 8 años en escuela modelo de Ñuñoa

La grabación, que publica El Mostrador, revela cómo la educadora de la Escuela República de Siria de Ñuñoa, Mariluz Pino, trata al menor de “mentiroso”, “de dar la lata”, “que a tu padre le sobra el tiempo para ir a reclamar”, entre otros dichos de inusitada agresividad, que se extienden por más de 15 minutos. El establecimiento es el mejor a nivel nacional de la prueba Simce y el tercero en la PSU, después del Instituto Nacional y el Liceo Carmela Carvajal. La directora del recinto dijo que la profesional fue sancionada con una anotación en su hoja de vida, pero seguirá haciendo clases.


Una grave agresión sicológica de parte de su profesora sufrió un menor en la Escuela República de Siria, ubicada en Ñuñoa, uno de los establecimientos de excelencia a nivel nacional de la educación municipalizada.

Así se desprende del audio de la clase -que publica El Mostrador– donde la profesional Mariluz Pino, trata al menor -“Víctor”- de ser “mentiroso”, de venir a “dar la lata” al curso, acusando a sus padres de haberla denunciado a la dirección del colegio, entre otras palabras que se dan en un contexto de inusitada agresividad para un niño de 8 años, que cursa tercero básico.

La información fue confirmada por el padre de la víctima, Boris Jara, quien aseguró que su hijo hace días que no concurre a clases, debido a que el establecimiento “no me entrega garantías ni seguridad para su salud sicológica”.

El audio (ver documento anexo) fue grabado por el alumno afectado, luego que sus padres detectaran algunas conductas anómalas como una serie de anotaciones negativas en el libro de clases y constantes comunicaciones, pese a que tenía un promedio de 6,2 en el último período lectivo 2009, luego de obtener un 6,7 en la prueba comunal que pondera un 30% de la nota final.

Casi ciego

Los hechos acaecieron el 26 de abril pasado, luego que Víctor se reintegrara a clases, tras haberse operado de estrabismo en ambos ojos.

[cita]“Ella lo basureó frente a sus compañeros, lo ninguneó, lo denigró. Y lo descubrimos gracias a la intuición  de su mamá. Entonces cómo manejamos la excelencia educativa”, se pregunta el padre.[/cita]

De acuerdo a la denuncia presentada por la madre de Víctor, Katia Bacchi aquel día le fueron tomadas al menos tres pruebas pendientes, lo que califica como un descriterio, toda vez que las hizo una profesora practicante y no la titular, pues el menor recién estaba saliente de una operación y no se le permitió tomar desayuno.

Según la versión de Boris Jara, decidieron entonces tomar cartas en el asunto y grabaron la clase colgándole un pendrive a su hijo en el cuello, el que finalmente les permitió tener una prueba fehaciente: la profesora Pino había agredido sicológicamente a su hijo, denigrándolo frente a todos sus compañeros, amenazándolo de enviar comunicaciones a sus apoderados y de llevarlo ante la jefa de UTP, hecho que finalmente nunca ocurrió.

Posteriormente, estos hechos fueron revelados a la directora del establecimiento, Carmen Salazar Moreno, al director de la Corporación de Educación de Ñuñoa, Raúl Fernández, como también al Ministerio de Educación a través de la página web, donde existe un sitio para este tipo de denuncias. Al hacerlo, en la secretaría de Estado se le indicó que debía recurrir a la administración comunal.

En la reunión con la directora Salazar, la profesora negó los hechos, pero también estaban siendo grabados por el padre del menor. Este último registro también está en poder de este medio, pero pidió no ser revelado por los padres del menor.

Sin embargo, el audio de la clase era indesmentible, por lo que se inició una investigación interna, la que duró no más de cuatro días, dijo el jefe comunal de educación de Ñuñoa. Terminado este procedimiento, la profesional fue sancionada con una anotación de demérito en su hoja de vida y volvió a retomar clases en el curso, donde ejerce como profesora jefe.

“Esto fue muy doloroso. Hicimos una investigación. La profesora reconoció su error, y ese reconocimiento es engrandecedor y es bueno que lo asuma. Se le aplicó una sanción que quedó en su hoja de vida. Hay malos momentos humanos, pero se trata de algo lamentable y puntual dentro de 1.860 alumnos. Pero hay que dejar en claro que no hemos dejado pasar ninguna de estas prácticas. En todo caso, esta es una primera vez y que quede muy claro que no habrá una segunda, y hay un compromiso de ella por escrito. En ese sentido, hay garantías absolutas para los padres de Víctor”, manifestó la directora Carmen Salazar en conversación con este diario.

El director municipal de Educación de Ñuñoa, Raúl Fernández, en tanto, dijo que el establecimiento “se hizo parte del tema y se garantiza en este sentido un desempeño normal, pero es evidente que nunca hay claridad de que no vuelva a suceder, porque se trata de seres humanos, pero hay una decisión de que una situación de este tipo será sancionada siempre que ocurra. Ahora bien, las decisiones a veces no gustan a toda la gente, pero hubo una decisión del colegio de tomar acciones reales”.

Fernández resaltó también que se trató “de un hecho puntual, en un colegio de excelencia que tenemos en Ñuñoa que costó más de $ 2 mil millones de inversión de la municipalidad. Y por eso está dentro de los mejores de Chile: el primero a nivel SIMCA y tercer lugar en la PSU, después del Instituto Nacional y el Liceo Carmela Carvajal de Prat”.

Más allá de las explicaciones de la autoridad, el padre del menor, Boris Jara, considera que “la profesora está enferma y que necesita ayuda”.

“Nosotros estamos con cargo de conciencia por estos hechos. Ella lo basureó frente a sus compañeros, lo ninguneó, lo denigró. Y lo descubrimos gracias a la intuición  de su mamá. Entonces cómo manejamos la excelencia educativa”, se pregunta Jara.

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