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Claudio Orrego y el oscuro futuro de la Concertación

A pesar de los negros pronósticos que hace sobre la coalición opositora, que lo lleva a decir que si siguen las cosas tal como están ni en ocho años volverían a ser Gobierno, el alcalde de Peñalolén es optimista y cree que para dar vuelta esto se debe hacer bien la pega y para eso se necesita cambiar la forma de hacer política, radicada en una reunión de cuatro presidentes de partidos, sino que hay que revitalizar las bases, salir al país, escuchar a la gente y coordinar bien las directivas con los parlamentarios.


El vicepresidente de la DC. Claudio Orrego, hace un fuerte mea culpa de la Concertación tras su derrota en las presidenciales pasadas, afirmando que el conglomerado, ahora en la oposición, está pasmado y que tal como se está actualmente estarían ocho años fuera del Gobierno.

“Todavía estamos pasmados respecto de lo que nos pasó. No estamos bien. Tal como estamos podríamos pasar perfectamente 8 años fuera del gobierno. Tenemos que ser capaces de asumir nuestro nuevo rol en plenitud, y no lo estamos haciendo”, asegura en una entrevista a El Mercurio.

Agrega que las cosas no las están desarrollando de buena forma, porque ser oposición no significa sólo criticar de cualquier manera, sino que es fiscalizar en serio, pero además proponer y “en eso estamos absolutamente al debe”.

“Y algo más de futuro también es inspirar, y en eso no hemos ni partido. Entonces, cuando yo escucho que algunos creen que lo que le falta a la Concertación es más ingeniería electoral, y que con eso vamos a recuperar todos los municipios, ¡por favor! Nos falta harto más que ingeniería electoral. Nos falta tener un nuevo proyecto, una nueva mística, un reencuentro con la gente, y si no tenemos eso, ni Sougarret con toda la ingeniería de Codelco nos va a permitir volver a gobernar”, asegura.

El edil explica que la Concertación no cumple bien los roles señalados anteriomente debido a que “cuando tú eres gobierno, no creo que el gobierno ponga toda la música, pero pone harto la música. Cuando estás sin el gobierno, sin los equipos técnicos, tienes que rearmarte. Segundo, uno hoy sin gobierno se da cuenta de que el «affectio societatis» entre nosotros es débil. Esto de que llegamos a un acuerdo, pero que no todos lo respetan, no es un problema de tribunal de disciplina, sino de falta de consistencia de este proyecto. Otro tema es con los partidos políticos. Éstos no van a tener el rol que tuvieron hace 30 años, ni siquiera hace 20”.

Además, sostiene que la Concertación del 89 ya no existe, ni su mística, ni los objetivos que tenía ni el “affectio societatis”, añadiendo ser optimista que se podrá revertir la situación porque “soy orgulloso de lo que hicimos, pero el orgullo no me quita la capacidad de ver las cosas que nos faltaron o que fuimos perdiendo en el camino”.

Los cambios y nuevos liderazgos

Asimismo, Orrego señala que dentro de la coalición opositora no existen personas que no quieren cambios, sino que hay quienes les cuesta llevar a cabo esto, porque “se pueden sentir desplazados, porque no saben lo que viene, por eso se resisten a los cambios”.

Sin embargo, no entrega nombres y afirma que todo el mundo sabe que hay algunos que están por renovar las cosas y otros por preservar los espacios o las formas de hacer las cosas.

“Pero este no es un debate teórico, es un debate, al final, de poder. Los espacios nadie los regala, hay que tomárselos”, menciona.

A pesar que su visión sobre la Concertación no es muy beneficiosa, el vicepresidente falangista sostiene que hay mucha gente dentro del conglomerado que comparte este diagnóstico.

“Si algo aprendimos, y que a Piñera no se le olvide ni a la Alianza tampoco, es que la popularidad de un Presidente o Presidenta, y la popularidad de un Gobierno no es suficiente garantía para su proyección. Entonces, la pelea es también por el futuro. Aquí tenemos que abrir esta cosa, y si lo hacemos bien creo que podemos ser apuesta competitiva. Pero si seguimos mirándonos el ombligo, si seguimos apostando a la calculadora, creo que tenemos para rato”, precisa.

Además, explica que no se puede apostar sólo a un liderazgo, sino que deben existir varios y “de una cultura que ha habido en la Concertación, de más bien fagocitar nuestros liderazgos, espero que demos paso a una en que los promovamos”.

“Los partidos tienen que reinventarse a sí mismo, en la DC estamos en eso renovando nuestras estructuras, mejorando nuestras prácticas, mejorando nuestras propuestas programáticas, pero también que hacer en la concertación y eso no puede seguir siendo la reunión de cuatro presidentes de partidos, tenemos que revitalizar la Concertación en la base, salir al país, escuchar a la gente, coordinarnos bien las directivas con los parlamentarios y de una vez por todas hacer bien nuestra trabajo”, dijo a radio Bío Bío.

Primarias concertacionistas y un candidato DC

Orrego asegura que una de las autocríticas que hace cuando mira las primarias entre Gómez y Frei es que pudo haber sido mejor, por lo que sostiene tajantemente que su partido va a tener a alguien que compita en las próximas.

Asimismo, rechaza que el tema sea negociable y explica que “para afirmar su futuro y su identidad, que son temas que claramente tenemos que afirmar, la DC tiene que llevar a uno o a una de los suyos, y eso va a ser sí o sí. Lo puedo asegurar. Y por supuesto que hay que estar dispuesto a competir. Esta cosa de que «quiero que me vayan a buscar a la casa y me traigan en andas» en realidad no existe”.

Para el vicepresidente de la DC es importante hacer primarias, debido a que los liderazgos no ganan por secretarías, sino que en la calle.

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