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La derecha critica la última jugada de Piñera en el conflicto estudiantil

Molestia causó en el sector el inesperado cambio de estrategia del Presidente. Traspasar el diálogo desde el Congreso a La Moneda y la negociación de Bulnes a Piñera, generó fuertes críticas. Será el Presidente quien se lleve los créditos si se soluciona el conflicto y al mismo tiempo, esto demuestra que no ha cambiado porque “no aprende a jugar en equipo e insiste en no delegar”, como aseguran desde el oficialismo.


Como otra de las tantas salidas de libreto de Sebastián Piñera, se tomaron en la Alianza la invitación a La Moneda que le hizo a los estudiantes el pasado viernes. A muchos dirigentes oficialistas aún les cuesta comprender cómo funciona la mente del mandatario. Al punto que desde la UDI se le critica derechamente que es “táctico no estratégico”, a raíz de que con su sorprendente cambio de actitud para abordar el conflicto estudiantil le habría bajado el perfil a otros anuncios que en el sector consideran necesarios resaltar y que se hicieron este fin de semana. Mientras que en un sector de RN molestó tanto la forma como el fondo de la decisión del jefe de Estado. No sólo porque fuera inconsulta, sino porque no había un diseño preparado para enfrentar el encuentro, lo que podría terminar perjudicando al propio Presidente. Aunque también hay a quienes, en la tienda de Antonio Varas, les preocupa que el ministro Felipe Bulnes pudiera salir mal parado de este nuevo incordio.

En Palacio defienden la actitud del Presidente, asegurando que está en su derecho y es parte de gobernar el tomar decisiones, pero esa postura se contradice con la original del Ejecutivo de trasladar el debate estudiantil al Congreso, justamente para no afectar aún más la imagen presidencial, dado el bajo respaldo que marca en la última encuesta CEP (26 por ciento). Por lo mismo, oficialmente en RN dan por superado el impasse y sostienen que el ministro de Educación hizo lo propio. Incluso un alto dirigente de la casona de Antonio Varas sostiene que Bulnes “nunca estuvo molesto, que yo sepa”. Pese a que fuentes del propio gobierno admiten que el secretario de Estado hizo ver en la cita del domingo en casa de Piñera, su incomodidad con la situación suscitada con el anuncio inesperado del mandatario.

Táctica o estrategia

Para el oficialismo más crítico, este episodio dejó en evidencia que Piñera no ha superado un problema que ha quedado de manifiesto desde el inicio del gobierno y es que “no aprende a jugar en equipo e insiste en no delegar”. Una alta fuente del gremialismo incluso plantea que el jefe de Estado “es táctico no estratégico (…). Los ministros están para eso, para enfrentar y resolver los problemas. Pero nuevamente tenemos un Presidente que sorprende a sus ministros y seguro que no será la última vez. Cuando todos creíamos que había cambiado, muestra que no, que sigue siendo el mismo”.  Y agrega que “estos entusiasmos del Presidente muestran que no cambia, pero además no son buenos porque con ello (invitación a La Moneda) dejó absolutamente fuera del interés ciudadano anuncios como el del descuento del 7 por ciento a los jubilados, que terminó pasando inadvertido”.

En Renovación Nacional, en tanto, hay dos posturas. Si bien ambas coinciden en que el Presidente no actuó correctamente, ni en la forma ni en el fondo, existen pequeñas discrepancias. Todos coinciden en que no fue lo más adecuado adoptar una posición como la de invitar a los jóvenes a La Moneda sin consultar a nadie, particularmente con el ministro que estaba encargado de lograr que se cumpliera la estrategia original de derivar el debate al Congreso y evitar que cualquier aspecto negativo de la negociación pudiera perjudicar a Piñera. Pero tampoco fue bueno en el fondo, porque, según explica un parlamentario cercano a Palacio, para eso “a lo menos se debía haber tenido programado el aterrizaje de la propuesta. Habría que haber tenido un diseño para algo tan importante como sentarse a conversar en una mesa de diálogo”, mostrando particular preocupación por el nivel de improvisación con que se hizo la polémica invitación.

[cita]Este cambio de estrategia no sólo demuestra que “el Presidente improvisa mucho”, como asegura Patricio Navia, sino que tampoco respeta la institucionalidad. “Se supone que nombras a un ministro para que lleve ciertos temas, si el Presidente lleva la negociación no hay un último recurso”, explica. A su juicio esto es un error, porque “si el Presidente lidera la negociación va a terminar entregando más de lo que le gustaría… Porque se acaban las instancias”. [/cita]

Donde existen discrepancias es en la posición en que queda el ministro Bulnes tras esta interferencia no programada del mandatario. Mientras un grupo de sus correligionarios estima  que no va a resultar perjudicado, porque “tiene suficiente espalda” para poder seguir adelante con su mandato; otros están muy molestos. El análisis que hacen estos últimos, entre los que se encuentran altos dirigentes de la tienda, es que se sacó a Bulnes de Justicia para que contribuyera a solucionar el conflicto de la Educación, de lo que se desprende que sería el “rostro de la solución”, pero temen que con la actitud del Presidente, “se le saca el piso” al secretario de Estado, pues “se toma una decisión inconsulta con el encargado de sacar la cara en el tema”. Y los más pesimistas incluso plantean que si se soluciona el tema, lo que está por verse, el jefe de Estado “se lleva todo el crédito solo, como si Bulnes nunca hubiera estado trabajando en la solución del conflicto, y lo que hubiéramos esperado es que ese crédito, al menos, fuera compartido”.

Falta de diseño

El problema de que no hay un diseño preparado para sentarse a la mesa con los estudiantes queda de manifiesto cuando, pese a los trascendidos de que la reunión sería hoy martes –que es lo que habían pedido los jóvenes-, desde el gobierno sostienen que aún no está definida la fecha. Lo que confirma un alto personero gremialista, quien tras el comité político de los lunes señaló que “la fecha aún no está definida, porque necesitamos organizarnos y prepararnos para el diálogo con los estudiantes”.  Y, por lo mismo, es que se estaría congelando el trabajo del Congreso en esta materia hasta que se concrete el diálogo entre el Presidente y los estudiantes.

Desde que Bulnes asumió como ministro de Educación, la estrategia frente a las demandas estudiantiles había sido descansar el conflicto en el Congreso y luchar porque la solución llegara desde esa institucionalidad. Pero el cambio de estrategia –inconsulto – que realizó el Presidente, terminó por echar abajo el plan original y hoy el ministro Bulnes se ha visto en necesidad de readecuar su discurso. Para el analista político, Patricio Navia, esto es fatal porque “los ministros pierden fuerza cuando el mensaje oficial que ellos han defendido y promovido, es cuestionado por declaraciones del Presidente”.

Este cambio de estrategia no sólo demuestra que “el Presidente improvisa mucho”, como asegura Navia, sino que tampoco respeta la institucionalidad. “Se supone que nombras a un ministro para que lleve ciertos temas, si el Presidente lleva la negociación no hay un último recurso”, explica. A su juicio esto es un error, porque “si el Presidente lidera la negociación va a terminar entregando más de lo que le gustaría… Porque se acaban las instancias”.

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