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La derecha analiza censura contra Girardi y un sector de la DC asegura que esto fue «la guinda de la torta»

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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La decisión del presidente del Senado de no desalojar las dependencias de la Corporación podría acarrearle un costo político. Ello, porque no sólo la derecha cuestiona la decisión, sino que también parte de la Concertación y, sobre todo el gobierno, con quien hasta ahora había alcanzado algunos acuerdos.


Cuando cerca del mediodía un grupo de estudiantes y ecologistas se tomaron el hall central de la sede del Senado en Santiago nada hacía predecir que la manifestación tomaría un rumbo más conflictivo. De hecho, quienes llegaron a las dependencias, liderados por Luis Mariano Rendón, expresaron su interés por hablar con el presidente de la instancia, el PPD Guido Girardi, y quienes parlamentaron con ellos asumieron que tras conversar con el senador se retirarían tan pacíficamente como llegaron. Pero no fue así.

Una de las frases de Girardi para justificar su decisión de no desalojar fue la que terminó de encender el caldero. Tras llegar por la tarde a  las dependencias del Senado, después de asistir a un almuerzo en la embajada de Estados Unidos, señaló que está “absolutamente comprometido con algunas de sus demandas”, aludiendo a los manifestantes.

«Yo no voy a aceptar jamás que a la sede del Congreso en Santiago ingrese Carabineros como ingresaron ayer (miércoles) en la Cámara de Diputados. El Senado le pertenece al conjunto de la sociedad chilena. La única exigencia es poder participar en forma pacífica», enfatizó el legislador del PPD.

Y agregó que «hay una demanda del 80% de la sociedad chilena; hay jóvenes que están a punto de perder su año escolar, hay jóvenes que están a punto de perder su año universitario, producto de la intransigencia del gobierno, y eso genera frustración, rabia. Yo no comparto que la manera de canalizarlo sea la violencia, pero lamentablemente un gobierno está apostando a una polarización del país, y yo por lo menos voy a dialogar».

Críticas

El senador de Renovación Nacional Francisco Chahuán fue el primero en plantear explícitamente la posibilidad de cuestionar la actuación del presidente de la Cámara Alta, señalando que si éste “no es capaz de ejercer su mandato, corresponde pedir la censura de la mesa”.

Un poco menos acelerado se mostró el jefe de la bancada de senadores de la UDI, Hernán Larraín, quien no llegó tan lejos como para pedir ya una moción de censura, pero sí solicitó una reunión urgente de comités –que se podría desarrollar mañana mismo-, justamente, para abordar lo sucedido hoy y la actuación de Girardi frente a estos hechos.

Larraín dijo que a Girardi “se le exige que garantice el normal funcionamiento de la Corporación”  y que la toma suscitada constituye un “atentado a la democracia”. Hasta el cierre de esta nota, el senador gremialista había estado tratando, sin éxito, de comunicarse telefónicamente con el presidente del Senado, y finalmente optó por hablar con el vicepresidente, el PS Juan Pablo Letelier, a través de quien le transmitió a Girardi su preocupación por los hechos ocurridos hoy.

Molestia en la Concertación

Aunque en algunos sectores de la Concertación también existe molestia, han tratado de no generar demasiado ruido con el tema. Por lo pronto, el jefe de la bancada de la Democracia Cristiana, Andrés Zaldívar, admitió que la toma durante la que se han producido situaciones de violencia “fue un hecho grave, porque es imposible que un pequeño grupo de personas impidan el normal funcionamiento de un poder del Estado”, pero consultado acerca de si en su sector apoyarían una moción de censura como la que se promueve desde el oficialismo, aclaró que “hay que ver si existe justificación, hay que analizar los antecedentes y escuchar a los afectados. No se puede tomar una decisión así sobre caliente”.

Lo cierto es que el presidente del Senado ha caminado este año por una delgada línea. Hay quienes señalan que desde que llegó se está haciendo acreedor no sólo de fuertes críticas desde su propio sector, sino que “no ha sabido representar y darle la dignidad al cargo como se debe”. Aunque hay quienes en la DC temen que los hechos ocurridos en el Senado sirvan como base  para que el oficialismo se cobre por la moción de censura presentada en contra la mesa de la Cámara de Diputados, encabezada por el UDI Patricio Melero, quien dio orden de desalojar las tribunas en medio de la sesión especial, donde paradojalmente se analizaba la actuación de Carabineros en las manifestaciones. De hecho, una parlamentaria afirmó que “no se trata de empatar con lo que pasó en la Cámara”.

Pero también hay quienes en la DC están cansados del estilo que Girardi le ha aplicado a la conducción de la Cámara Alta. Dicen que “el rol del Presidente del Senado es generar y garantizar las condiciones para que éste funcione y, aparentemente, no lo ha hecho”. Recuerdan que no es la primera vez que manifestantes irrumpen en las dependencias del Senado, pero que lo que se debe hacer y se ha hecho es “dialogar con ellos y se buscaba una salida, se los hace entrar en razón, se canaliza, se conduce”.

E incluso plantean que “esta es la guinda de la torta de la gestión de Girardi, porque ya ha habido hartos reclamos”. Pero no sólo sectores de la Concertación y el oficialismo cuestionan el comportamiento del Presidente del Senado, también La Moneda. Y fue el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, el encargado de cortar relaciones con Girardi. Visiblemente molesto señaló que se le ofreció la fuerza pública al senador para desalojar las dependencias de la Corporación y que éste la rechazó. Una señal compleja, en vista del acuerdo al que el parlamentario PPD había llegado con el gobierno en materia  de Consejo de Transparencia.

La advertencia de Hinzpeter

Hinzpeter señaló que se contactó con Girardi “para poner a su disposición la fuerza pública y así proceder a la normalización del trabajo legislativo y naturalmente lo más importante garantizar la seguridad de las personas que allí laboran. Lamentablemente, el senador Girardi ha desestimado esta opción, impidiendo de ese modo dar solución al problema”.

Y añadió que “consideramos que ello es una señal extraordinariamente inconveniente para el orden público así como para el funcionamiento de nuestra democracia. El senador Girardi, en cuanto Presidente del Senado es el responsable del orden público al interior del Congreso y conforme a nuestro ordenamiento legal solo toca a él, en cuanto a presidente del Senado,  la responsabilidad de cautelar la convivencia al interior del Congreso”.

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