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Me importa un voto: demoledora abstención supera el 60 % y deja en la UTI al sistema político Fuerte mensaje para mejorar la oferta de candidatos y contenidos

Me importa un voto: demoledora abstención supera el 60 % y deja en la UTI al sistema político

Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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Mesas con cero votos, y comunas con hasta un 70 % de personas que no llegaron a las urnas. Los resultados de ayer dejaron heridos en todos los sectores, sembraron la incertidumbre, pero también dejaron certezas en cuanto a la apatía general y la oferta cada vez más mediocre de postulantes al servicio público.


Después de un largo debate, y no pocas fricciones, se aprobó la reforma que permite desde esta elección municipal que el voto sea voluntario. Casi 13 millones y medio de personas quedaron habilitados para votar mediante la inscripción automática.

Más allá de los análisis que vendrán conforme pasen los días, el primer dato objetivo y la noticia impacto, es que sólo hubo 5,6 millones de electores, según los datos que se desprenden al cierre de esta edición, desde la página web habilitada por el Gobierno.

En la elección municipal anterior, cuando el número de gente inscrita sumaba 8.110.265, votaron 6.959.075. La abstención en 2008 fue de alrededor del 12 %.

Ahora, en estos comicios, ocho millones de personas, pudiendo hacerlo, no fueron a votar. En porcentajes, menos de la mitad de los electores participó en las votaciones: solamente un 39 %, mientras que la abstención alcanzó un histórico 61 %.

Nadie quiere a los políticos

¿Qué pasó?, Claudio Fuentes, académico del Instituto de Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales, cree que hay más de un factor para explicarlo, partiendo porque “la gente tiende a votar menos en las elecciones municipales, eso ya lo sabemos. Pero también cuenta la apatía por el sistema político, la oferta muy mala que tuvieron estas elecciones, un 84 % de los candidatos iba a la reelección. Además pocas mujeres y pocos jóvenes. Es un golpe muy fuerte a la legitimidad de las instituciones”.

En una elección de resultados sorpresivos como Ñuñoa, Santiago o Recoleta por nombrar algunos, hay muchas variables para analizar con los resultados definitivos sobre la mesa. Pero al menos una cosa se demostró. “Esto no hace más que reproducir algo que hemos venido observando hace tiempo. Me refiero al incremento de la desafección con partidos y coaliciones, junto con el desinterés generalizado en la política”, enfatiza Mauricio Morales, investigador del Observatorio Electoral de la UDP.

[cita]»Tanto en la Coalición como en la Concertación no hay razones para celebrar nuestra calidad de la democracia. Estamos frente a niveles de participación negativamente históricos. La oferta de candidatos debe mejorar al igual que la forma de hacer campañas”, dice Mauricio Morales, investigador del Observatorio Electoral de la UDP.[/cita]

Morales afirma que ninguno de los dos grandes bloques puede quedarse tranquilo con este resultado. “Tanto en la Coalición como en la Concertación no hay razones para celebrar nuestra calidad de la democracia. Estamos frente a niveles de participación negativamente históricos. La oferta de candidatos debe mejorar al igual que la forma de hacer campañas”.

Precisamente, una de las preguntas a partir de la abstención está relacionada con el futuro de las campañas. Claudio Fuentes cree que la baja participación puede ser “un incentivo para el acarreo. Por eso hay que poner atención en la ley de financiamiento electoral que es muy mala. Paralelamente a una reforma a los partidos políticos”.

 El voto clasista

Paralelamente a los efectos políticos hay que tener en cuenta un factor que llegó para quedarse. Muchos de los electores creen que si dejan de votar no pasa absolutamente nada.

“Alguna gente no votó para expresar descontento. Otros porque les da lo mismo y muchos porque están satisfechos con lo que hay y saben que va a ganar el alcalde. En Providencia votó la mitad de las personas. En Las Condes otros se fueron a la playa”, advierte Patricio Navia, para ilustrar que el voto significa bastante poco en el contexto actual de la sociedad chilena.

Por eso, hay opiniones como la de Mauricio Morales que están en contra de haber implementado el voto voluntario. “Fue una mala decisión”, afirma, ya que “reduce la participación e, incluso, profundiza el sesgo de clase. Estoy casi seguro que la participación fue más alta en las comunas ricas respecto a las comunas pobres”.

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