Durante ceremonia con funcionarios para celebrar los tres años de su elección
El Presidente no fue sutil ni tácito y con sus palabras reflejó la molestia que le causaron las críticas de Novoa, tanto que en más de una ocasión de su discurso, le dedicó respuestas directas: “Escucho a algunos que creen que porque hicimos una reforma tributaria hemos abandonado nuestros principios, ¡por favor!. El senador Novoa lanza hoy su libro, cuestionando el apoyo que la UDI le ha dado al mandatario debido a las políticas impulsadas durante esta administración.
En un tono más político que de costumbre, el Presidente Sebastián Piñera aprovechó la conmemoración de los tres años de su elección como mandatario en segunda vuelta, para marcar más de un acento político de la agenda. En un intento claro por no quedar eclipsado en el último tramo de su gestión por la carrera presidencial y recuperar cierto liderazgo en el seno de la derecha, convocó a su coalición a “no bajar los brazos”, pero sobre todo, rayó la cancha ante las críticas internas desde la UDI por haber abandonado los principios del sector, en alusión directa al libro del senador Jovino Novoa.
Con no más de 15 minutos de anticipación, se anunció la actividad presidencial en el patio de Las Camelias, a la que llegaron esta mañana varios ministros, subsecretarios, asesores, jefes de gabinete y distintos funcionarios. Piñera hizo una larga cuenta —muy en el estilo del mensaje de 21 de mayo— de lo hecho estos tres años de gobierno en salud, educación, infraestructura, reconstrucción y en materia social y marcó las prioridades para los 14 meses que le restan a su administración, asegurando que en este tiempo no sufrirá del síndrome del pato cojo.
Este no es un aniversario fácil para Piñera, quien hace tres años fue elegido en segunda vuelta por el 50,8 % y que llega a este momento con un magro apoyo ciudadano que promedia apenas el 30 %. Con este escenario, en La Moneda no pasaron desapercibidas las críticas que Novoa ha lanzado los últimos días al asegurar que este gobierno “carece de sustento doctrinario”, en el marco del libro “Con la fuerza de la libertad. La batalla por las ideas de centroderecha en el Chile de hoy”, que lanza esta noche.
“Creo que el gobierno de Sebastián Piñera es, en gran medida, responsable de la debilidad y la pérdida de identidad de la centro-derecha (…) La Moneda hasta el último cambio de gabinete se vio tentado, desde el comienzo, a desligarse de lo que consideraba los ‘lastres’ de la centroderecha”, planteó Novoa, junto con poner en tela de juicio su apoyo al Presidente al asegurar que de saber previamente que “este gobierno iba a poner adelante la idea de aumentar impuestos y cambiar el sistema binominal, a lo mejor estaríamos con Eduardo Frei gobernando”.
Piñera no fue sutil ni tácito y con sus palabras reflejó la molestia que le causaron las críticas de Novoa, tanto que en más de una ocasión de su discurso, le dedicó respuestas directas: “Escucho a algunos que creen que porque hicimos una reforma tributaria hemos abandonado nuestros principios, ¡por favor! Hicimos una reforma que significó aumentar algunos impuestos de 17 a 20% a las empresas, pero bajamos otros… porque lo hicimos ¿por un capricho? No, porque sentíamos la necesidad de reconstruir nuestro país”, dijo enérgico Piñera.
Otra vez insistió en que “no porque hicimos una reforma tributaria hemos abandonado los valores de la centro derecha” y recordó que ha gobernado con “los principios y valores nuestros, los de siempre, los de nuestro sector, la libertad asociada a la responsabilidad, el trabajo bien hecho, una sociedad con mayor justicia, el respeto irrestricto de la vida, promoción de la familia. Esos os son los valores que nos han guiado”.
Concluido el acto, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, trató de bajarle el perfil al golpe en la mesa que Piñera le hizo públicamente al senador Novoa. Precisó que “las críticas en un libro” son “parte del debate” e insistió que “tienen claros los principios del proyecto: “el gobierno no se ha desdibujado de los principios de la centro derecha”
La sorpresa vino en los últimos tramos del discurso de Piñera, que en total se prolongó por más de 40 minutos, cuando dijo que se ha reunido con Laurence Golborne y con Andrés Allamand y que al conversar con ellos recuerda “lo difícil” de esa apuesta. “Los candidatos enfrentan muchas dificultades, por lo pronto, quebrar este ánimo a veces pesimista, endémico en nuestro sector, que a la primera dificultad cree que no podemos ganar”, sentenció.
El Presidente continuó e insistió en el pesimismo crónico que afecta a la derecha, razón por la que pidió a los funcionarios del gobierno, a los presentes en el acto, a que “salgamos con la frente en alto a recorrer nuestro país, a golpear las puertas de los hogares, a conversar con los compatriotas el sentido y los resultados de lo que este gobierno está haciendo”.
No se quedó solamente ahí. Aseguró que “no tenemos derecho a echar por la borda este verdadero renacimiento que está experimentando nuestro país” y en esa línea, abiertamente dijo que le pedía “a mis compatriotas que nos den la oportunidad de culminar esta obra y lograr a través de un gobierno que proyecte la obra de este gobierno, para hacer de Chile un país más libre, más justo, más fraterno”, terminó entre los aplausos de los asistentes.
Por años y sin tregua la derecha criticó cada discurso y actividad de los mandatarios de la Concertación en el pasado, cuando defendían su gestión y apoyaban a los abanderados que buscaban sucederlos. Pero hoy, el ministro Chadwick descartó que las palabras de Piñera fueran una intervención electoral, sino que solo reflejan “la inmensa motivación del Presidente y todos los que trabajamos con él, de poder demostrar y llegar a cada hogar para hacerles sentir el esfuerzo que estamos haciendo”.
Tratando de descartar que el acto y los dichos de Piñera fueran abiertamente una arenga electoral en pleno año de elecciones presidenciales, Chadwick reiteró: “No, no, no, no tiene nada que ver con una elección, sino con una motivación, no tiene nada que ver con una participación en una campaña sino con transmitir la obra del gobierno. Tenemos el más legítimo derecho y la exigencia democrática de transmitir la motivación con lo que lo estamos haciendo”.
Esta tarde el comité político de los jueves se traslada a Cerro Castillo, donde en la noche hay una cena del gobierno con Piñera como antesala al Consejo de Gabinete que mañana se realizará en la casa presidencial de Viña del Mar y cuyo objetivo precisamente es fijar “el legado 2013”.
Destaque: La sorpresa vino en los últimos tramos del discurso de Piñera, que en total se prolongó por más de 40 minutos, cuando dijo que se ha reunido con Laurence Golborne y con Andrés Allamand y que al conversar con ellos recuerda “lo difícil” de esa apuesta. “Los candidatos enfrentan muchas dificultades, por lo pronto, quebrar este ánimo a veces pesimista, endémico en nuestro sector, que a la primera dificultad cree que no podemos ganar”, sentenció.
