Los bajos sueldos que reciben los funcionarios y la existencia de prácticas laborales criticables o reñidas con las regulaciones legales vigentes, tanto en lo que respecta a las instituciones públicas como privadas, son algunos de los temas abordados. «El maltrato laboral ha ido en aumento en los últimos años, en especial por el crecimiento en la oferta de profesionales», explica el presidente de la orden profesional, Tomás Hernández.
Una serie de denuncias que estarían afectando al gremio puso sobre la palestra el Colegio de Kinesiólogos de Chile. Los bajos sueldos que reciben los funcionarios y la existencia de prácticas laborales criticables o reñidas con las regulaciones legales vigentes, son los temas abordados, tanto en lo que respecta a las instituciones públicas como privadas.
“El maltrato laboral ha ido en aumento en los últimos años, en especial por el crecimiento en la oferta de profesionales. Hacemos un llamado a los empleadores a poner más cuidado en lo que al tema se refiere, ya que esto no sólo afecta la empleabilidad de los kinesiólogos, sino que afecta por sobre todo la calidad de atención de los usuarios”, recalcó el presidente del Colegio de Kinesiólogos, Tomás Hernández.
Un ejemplo de este tipo de denuncias, dado a conocer por la orden profesional, es lo ocurrido en el SAMU de O´Higgins, donde los kinesiólogos que se desempeñan reciben salarios en grado 16, en contraste con los demás profesionales que lo hacen en grado 12.
Asimismo, el gremio se encuentra preocupado por lo registrado en las instituciones privadas de salud, donde se cuenta con sistemas de externalización de servicios o de trabajos a honorarios para cubrir turnos o atenciones de kinesiología en horarios extendidos que pueden prestarse para irregularidades laborales. Este es el caso de la Clínica Reñaca, aseguran desde el Colegio de Kinesiólogos, donde existen irregularidades en el pago de los diferentes turnos.
Por otra pare, las instituciones públicas tampoco escapan las denuncias de prácticas laborales criticables o que contrastan con las normativas vigentes. El Hospital del Tórax y Luis Tisné, entre otros, cuentan con empresas externas que proporciona los servicios profesionales requeridos, lo que, a juicio del gremio, parece una violación flagrante de la Ley de Subcontratación.
De igual forma, en el Hospital Militar de Santiago también se han detectado situaciones que preocupan a la orden profesional, al considerar que existen tres tipos de contratos: con el Ejército (empleados civiles de planta); con el propio hospital (empleados de ley) y en convenio con el hospital. Estos últimos, aseguran, son los más discriminados en lo que respecta a sus bajos salarios, lo dispar de las horas de los turnos, y el hecho de que sólo se les paga por los pacientes atendidos. Aunque la Ley de Subcontratación lo prohíbe, a ellos no les pagan sueldos, imposiciones o seguros sociales, aseguran las denuncias.
«Los temas denunciados son delicados ya que hay colegas implicados tanto por parte de los empleadores como de los que prestan los servicios, lo que atenta contra la trasparencia que debe existir en las relaciones laborales más cuando éstas son de carácter público», añadió el presidente del Colegio de Kinesiólogos.
