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Rector Peña plantea que apuntar al lucro y la gratuidad en educación no corregirá la desigualdad Analiza a fondo la reforma al sistema educativo de Bachelet

Rector Peña plantea que apuntar al lucro y la gratuidad en educación no corregirá la desigualdad

El académico asegura que el debate por cambiar el sistema educativo inundó todos los ámbitos del quehacer público en los últimos años, depositándose sobre él todos los «anhelos y expectativas» de cambio. Aun así, el rector de la UDP dice que las transformaciones propuestas por Michelle Bachelet no apuntan en la dirección correcta, ya que no mejorará la cuestión de fondo que se plantea: la desigualdad.


El rector de la Universidad Diego Portales (UDP), Carlos Peña, cuestionó este domingo el programa de la presidenta electa Michelle Bachelet en materia de educación, poniendo en duda las bases en que se sustenta, como la eliminación del lucro y la gratuidad, que a su juicio no solucionarán el problema de fondo que se plantea corregir: la desigualdad.

En un extenso análisis titulado «La revolución blanda», publicado en El Mercurio, Peña parte de la premisa de que el debate en torno a la educación prácticamente ha inundado los ámbitos más relevantes del quehacer público, y especialmente dos de los tres ejes programáticos de Bachelet, es decir, la reforma tributaria y la nueva Constitución.

“La educación es hoy día el campo de batalla de la política, la única isla entregada a la deliberación. El único terreno que la política ha logrado rescatar de las garras de la técnica. El anhelo de que la vida en común dependa de la voluntad de los ciudadanos ha encontrado en la educación un lugar”, afirma el académico. Y añade: “Hoy se cree que todos los viejos problemas de la justicia pueden resolverse con una reforma sagaz del sistema educativo”.

La propuesta de combatir el lucro, afirma Peña, es probable que corrija el déficit material de los colegios más desfavorecidos, pero pone en duda que haga disminuir la desigualdad. «Es probable que al acabar con la provisión con fines de lucro, mejore la dotación de las escuelas. Pero es menos probable que disminuya la selección y, en consecuencia, la segregación”, escribe.

“Y es que el comercio –por decirlo así– segrega menos que las iglesias”, agrega.

En ese sentido, abunda en la idea de que suprimir el lucro por razones ideológicas o simbólicas (no equiparar la educación con el negocio de venta de zapatos, dice) está muy bien, “pero desgraciadamente no traerá todos los efectos que de esa supresión se espera”. Añade que el problema no radica en la medida en sí, sino en las “esperanzas que en ella se cifran. El problema no es la medida (relativamente fácil de llevar a cabo), sino los efectos que se asocian a ella (que no se producirán)”.

El rector de la UDP cuestiona enseguida que la gratuidad vaya a corregir el problema de la discriminación. Plantea que, en el sistema de educación superior, la segregación por clases está atada, entre otras cosas, al sistema de selección. “Como el rendimiento en pruebas estandarizadas está asociado al origen socioeconómico, cuando las instituciones seleccionan por rendimiento, la agrupación por nivel socioeconómico es inevitable”, plantea.

De manera que hay que corregir la selección, y en ese sentido valora el planteamiento de Bachelet en cuanto a la discriminación positiva. Aun así, dice que “la reforma prevista no evitará que los que poseen mayor capital cultural y económico se agrupen en un puñado de instituciones íntegramente financiadas por ellos”.

“Habrá sí –lo que no es poco– una plataforma de acceso gratuito, con discriminación positiva a favor de los dos primeros quintiles. ¿Cuánto ayudará eso a que las élites sean, en el futuro, más plurales? Dependerá de la suerte que corra el sector íntegramente privado. Si se fortalece –se hace más pequeño, pero también más vigoroso– las élites se harán todavía más excluyentes”, afirma.

Por último, el rector de la UDP dice que no duda que los cambios propuestos por Bachelet mejorarán el sistema educativo, pero están lejos de hacer “despuntar la nueva sociedad que algunos sueñan. Será una revolución blanda con la desigualdad”.

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