«Con los nuevos límites marítimos tendríamos que salir a pescar a la altura de Pisagua, en alta mar, y los costos y capacidad de nuestras embarcaciones, de no más de 50 toneladas, no darían. Muchos quedarían en el camino», sostuvo Manuel Guajardo de la Asoarpes.
Los pescadores de Arica agrupados en la Asociación de Armadores Pesqueros (Asoarpes) advierten que muchos de sus asociados “van a quedar en el camino” si el fallo del tribunal de La Haya es adverso a Chile y recoge los argumentos de Perú para establecer un nuevo límite marítimo.
En declaraciones al vespertino La Segunda, el dirigente Manuel Guajardo explica que forma parte del gremio de los denominados “industriales chicos” de la zona, quienes podrían verse obligados a despedir a cientos de trabajadores dependiendo de los alcances del dictamen.
“Somos pequeños empresarios, como los antiguos micreros, un barco, un dueño, y en cada buque hay unos 10 tripulantes que suman una 500 personas y en tierra en labores logísticas y de mantención otras 200 más. Es decir, 700 personas a la calle», dijo.
«Con los nuevos límites marítimos tendríamos que salir a pescar a la altura de Pisagua, en alta mar, y los costos y capacidad de nuestras embarcaciones, de no más de 50 toneladas, no darían. Muchos quedarían en el camino», sostuvo.
Asimismo, indicó que en la última década han capturado 120 mil toneladas de anchoveta al año, que se comercializan para la elaboración de harina de pescado y el aceite Omega 3.
Estas declaraciones se conocen en momentos que el canciller Alfredo Moreno se encuentra precisamente en el extremo norte del país junto al ministro de Economía, Féliz de Vicente, y el agente chileno en La Haya Alberto van Klaveren.
Sobre esta visita, Guajardo dijo que había apertura a escuchar los posibles planes de mitigación, pero descartó de plano una reconversión laboral como la de los mineros del carbón.
«A lo mejor habrá que derivar en la industria acuícola, pero para eso se requiere de capital de trabajo y que las autorizaciones no excedan de los 6 meses. Hoy, con la burocracia, tardan entre seis y ocho años en dar las concesiones marinas, ¡porque no van a pretender que nos convirtamos todos en peluqueros! Aquí no va a pasar lo del carbón, donde todos se terminaron muriendo de hambre con cursos de peluquería o gásfiter para cálefon que acá no usamos. En Arica el 15% de la población está ligada a la industria pesquera», enfatizó.
