Asegura que fueron problemas puntuales
El empresario y presidente del Consejo Directivo del Centro de Estudios Públicos, reconoce que los casos como La Polar o el de las farmacias tuvieron un efecto muy malo “con un castigo muy grande al prestigio de los empresarios”. Además señala que no se dieron cuenta a tiempo de que era necesario hacer correcciones y que había mercados muy concentrados.
El presidente del Consejo Directivo del Centro de Estudios Públicos (CEP), asegura que los casos de colusión como el de La Polar o el de las farmacias y ahora último el escándalo con el caso Cascadas son problemas puntuales, pero que tuvieron un efecto muy malo “con un castigo muy grande al prestigio de los empresarios”.
Sobre estos casos, el empresario reconoce que tanto la clase política como empresarial “no nos dimos cuenta a tiempo de que era necesario hacer correcciones; que había mercados muy concentrados, problemas de regulación y créditos muy altos en las universidades, situaciones como la Universidad del Mar que es un engaño enorme”
Además, Matte asegura que fue un despertar violento del que “no responsabilizo ni a los empresarios ni a la clase política”, en entrevista con El Mercurio.
El empresario señala que el desarrollo del país generó una clase media muy fuerte “pero no hemos sabido responder a sus necesidades”, en donde a raíz de estos casos de colusión “se han sentido abusados. Los movimientos sociales y regionales pusieron en el tapete la necesidad de pensar en soluciones”.
Como presidente del Consejo Directivo del CEP, Matte asegura que en la actualidad sus convicciones, las que según sus propias palabras son “el desarrollo de políticas públicas que aseguren la libertad y el crecimiento, a la vez fortalezcan la participación política para combatir la pobreza, la discriminación y la extrema desigualdad”, están cuestionadas. “Hay que defenderlas con convicción y evidencias, no bastan los eslóganes”, asegura.
Sobre la salida de Arturo Fontaine de la dirección del CEP, Matte reconoce que no fueron prolijos en lo comunicacional, pero asegura que todo eso ya está superado. Además indica que hace tiempo venían pensando que el centro de estudios no debía estar concentrado en la figura de una persona (lo que ocurría cuando lo presidía Fontaine) y debían modernizarse.
“Hace mucho tiempo que veníamos madurando la necesidad de despersonalizar e institucionalizar el CEP, renovar sus autoridades y formar este endowment (fondo). Obviamente que estas interpretaciones nos hicieron acelerar los cambios”, señala el empresario.
Eso sí, asegura que este cambio de dirección no significa tuición sobre los investigadores o el director, “ninguno ha denunciado jamás presiones de algún donante. Estamos pasando de una etapa de informalidad a una de madurez que hace tiempo evaluábamos, y no culpo a nadie, porque como presidente soy el principal responsable”.
Personalmente, el empresario reconoce que la salida de Fontaine le ha dolido ya que sentía un gran aprecio por el ex director del centro de estudios. “Permitió al CEP contribuir decisivamente a la transición política y al afianzamiento de la economía de mercado en el país”.
Sin embargo, vuelve a recalcar que actualmente el CEP requiere de un gobierno corporativo más fuerte y de una rendición de cuentas propios de una institución moderna “y que dependa menos de las personas.”
