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La trastienda de la intervención del Mineduc: los celos de la Nueva Mayoría con Revolución Democrática Crítica de los partidos oficialistas apuntan al equipo de Eyzaguirre

La trastienda de la intervención del Mineduc: los celos de la Nueva Mayoría con Revolución Democrática

Nicolás Sepúlveda
Por : Nicolás Sepúlveda Periodista de El Mostrador
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Desde la Democracia Cristiana hasta el Partido Comunista han reclamado por tener mayor influencia en las decisiones que se toman en el Ministerio de Educación. Esas presiones han puesto el foco en los asesores de Revolución Democrática que rodean al ministro Eyzaguirre, ya que los acusan de no pertenecer a la Nueva Mayoría y de oponerse a algunas iniciativas del gobierno. De hecho, una columna de un militante del PC se preguntó: “Revolución Democrática, ¿conveniencia o convicción?”. Y los diputados del bloque llaman al grupo a “tomar una decisión”.


Se trata de la principal reforma prometida por el gobierno de Michelle Bachelet, y también de la que tiene más flancos abiertos. Estudiantes, profesores y representantes de los colegios particulares subvencionados se han manifestado en contra, mientras la Nueva Mayoría ha expresado crecientemente sus críticas, las que se suman a la obvia oposición de la derecha y de parte de la Iglesia.

El mal momento del Mineduc se hizo evidente con lo que se ha llamado la “intervención” del Ministerio del Interior en la cartera comandada por Eyzaguirre, lo que significó que la mano derecha del ministro Peñailillo, Harold Correa, se instalara como jefe de gabinete en Educación, y que el PC Juan Andrés Lagos llegara a reforzar esa tarea, a pesar del fantasma de la Universidad Arcis que lo persigue, donde se lo ha acusado de mantener vínculos con esa institución. Actualmente, Lagos es parte del reducido grupo de asesores contratados por el ministro del Interior, y que a la vez funcionan como cadenas de transmisión con los partidos del bloque.

A pesar de que el arribo de Lagos ha sido portada de diarios, en el Mineduc relativizan esa información y dicen que se trata de una “noticia en desarrollo”, y que su eventual llegada es parte de los intentos de Peñailillo por tener mayor control en otras carteras, pero que no sería lo que más acomoda a Eyzaguirre, tomando en cuenta que su administración tiene abierta una investigación en contra de Arcis. Asimismo, aseguran que la llegada de Harold Correa al gabinete se dio luego de que el propio Eyzaguirre solicitara “apoyo político” a la Presidenta Bachelet y que, recién ahí, Peñailillo propuso a Correa como una carta factible.

Como sea, la soledad de Eyzaguirre dejó la puerta abierta para avizorar lo que se estaba escondiendo bajo la alfombra de la conveniencia política, y que dice relación con las críticas que emanan de los partidos del oficialismo frente al diseño y, sobre todo, al equipo conformado por el titular del Mineduc, compuesto por ex dirigentes estudiantiles y sin presencia de rostros conocidos de los partidos de siempre. En los cargos relevantes, militantes de Revolución Democrática (RD), el movimiento levantado en medio de las marchas del 2011.

[cita]La crítica es transversal en el oficialismo. Los partidos se preguntan por qué un movimiento juvenil que no es miembro de la Nueva Mayoría tiene tanta injerencia en las decisiones educativas. A eso suman la crítica al actuar del único diputado del movimiento, Giorgio Jackson, el que se ha desmarcado del gobierno en proyectos claves como el artículo 1 de la Reforma Tributaria, o el voto en contra de la iniciativa que dice acabar con el multi-rut de las empresas, pero que el ex dirigente estudiantil consideró insuficiente.[/cita]

De hecho, en los partidos del bloque ya critican a viva voz, sin pedir resguardo de sus nombres. “Este grupo tiene un problema político que resolver. O colaboran lealmente con el gobierno, haciendo posible la reforma educacional, o se transforman derechamente en un partido de oposición y abandonan los cargos de responsabilidad que la Presidenta les ha asignado”, afirma sin mayores frenos el jefe de la bancada del PPD, Marco Antonio Núñez, en referencia a Revolución Democrática, que se ha transformado en el blanco de las críticas de los partidos institucionales de la Nueva Mayoría.

La crítica es transversal en el oficialismo. Los partidos se preguntan por qué un movimiento juvenil que no es miembro de la Nueva Mayoría tiene tanta injerencia en las decisiones educativas. A eso suman la crítica al actuar del único diputado del movimiento, Giorgio Jackson, el que se ha desmarcado del gobierno en proyectos claves como el artículo 1 de la Reforma Tributaria, o el voto en contra de la iniciativa que dice acabar con el multi-rut de las empresas, pero que el ex dirigente estudiantil consideró insuficiente.

En todo caso, no es algo nuevo. Ya cuando el equipo de Educación se estaba conformando, parte de la Democracia Cristiana salió a reclamar a través de los medios. El presidente de la falange, Ignacio Walker, aseguró en esa ocasión que los estaban “dejando fuera de la foto”. Y a pesar de que luego de diversas reuniones con Eyzaguirre se pensó que el ministro había calmado a Walker, en las últimas semanas este volvió a incendiar la pradera cuando trató al Mineduc de “gestor inmobiliario”, esto a raíz del proyecto que pone fin al lucro, a la selección y al copago en la educación escolar, y que propone comprar los inmuebles donde operan algunos establecimientos para evitar un cierre masivo de instituciones que actualmente lucran.

Al principio, Claudia Peirano aparecía como representante del establishment en la Subsecretaría del ramo, pero su vínculo con el mercado educativo la sacó del escenario, abriendo paso a Valentina Quiroga, una de las fundadoras de Educación 2020, quien –al igual que el resto del equipo conformado por Eyzaguirre– no venía recomendada por los partidos tradicionales. En ese mismo grupo ingresó Miguel Crispi, de RD, como el asesor más cercano. Junto a él, el ex presidente de la FECH, Rodrigo Roco, mientras que a cargo de la División de Educación General, otro RD, Gonzalo Muñoz. La Juventud Comunista se quedó con algunos cargos, como el que ocupa José Manuel Morales, encargado del vínculo con las organizaciones estudiantiles, y la DC, con la asesoría del ex diputado Exequiel Silva. Pero poco más. En los partidos tradicionales resienten la “falta de operadores”, la “poca oreja” que tienen sus peticiones y, por sobre todo, la sobrerrepresentación que estaría teniendo Revolución Democrática.

El diputado DC Ricardo Rincón, hermano de la ministra Secretaria General de la Presidencia, considera que si RD quiere influir en el gobierno, tiene que cuadrarse con todos los proyectos del Ejecutivo: “Las identificaciones tienen que ser para todo, para la reforma educacional, para la tributaria, para el binominal. Si algunos pretenden excluirse de eso, bueno, habrá que tomar nota y tomar decisiones”, asegura el legislador.

EL PC Y “LA CONVENIENCIA”

El pasado 9 de junio, a las 18:43 horas, la página web del Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz –ICAL, el think tank del Partido Comunista–, publicó una columna de opinión de su encargado del área legislativa, Carlos Arrúe, que analizaba la situación de RD en el gobierno de Michelle Bachelet, al tiempo que permite entender la lectura que hace la tienda comandada por Guillermo Teillier de la suspicacia que recorre a todas las colectividades de la Nueva Mayoría.

El artículo, titulado “Revolución Democrática: ¿Una historia de conveniencias o de convicciones?”, analiza el nacimiento de fuerzas políticas como RD, y pone sobre la mesa la disonancia que ellos ven en que el movimiento del que participa Giorgio Jackson tenga cargos en el Mineduc, pero no sea parte de la coalición gobernante: “Si se piensa, por ejemplo, en la Democracia Cristiana que tiene 21 diputados, o sea, un 30% de la votación necesaria para cualquier Ley Orgánica Constitucional, cada vez tiene menos peso producto de las continuas disonancias del presidente Ignacio Walker. En cambio con RD, no pasa nada. ¿Acaso RD no tiene obligaciones y solo tiene derechos?”.

En la misma línea, el militante del PC indica: “El trato preferencial del que goza RD no es bueno para este proceso, para la Nueva Mayoría, ni tampoco para RD. Hoy, es parte de este gobierno, no habiendo sido parte de la discusión del Programa y, sin embargo, no es parte de la Nueva Mayoría”, acota.

A renglón seguido, Arrúe dice que algunos en el oficialismo actúan “como padres”: “Esto no es un problema de RD sino de la NM y de quienes dentro de esta última, ven en RD un grupo de valores jóvenes actuando más como padres que como políticos”. Según él, el mejor ejemplo de lo anterior es lo que sucede con Educación. “(Que) Uno de los principales asesores del Ministro de Educación sea Miguel Crispi, Ministerio donde participan muchos otros RD; y el momento más incoherente fue la abstención en la votación del art. 1º de la Reforma Tributaria, por no poder votarlo por separado, por parte del diputado Jackson, es decir, para algunas cosas están en el gobierno, para otras no”.

Casi al terminar, el encargado legislativo del ICAL lanza con dureza: “El dilema político moral que plantea dice relación con una posición política que se inscribe más en la conveniencia que en las convicciones”.

Por último, se emplaza a la Nueva Mayoría a tomar una decisión: “Llegó la hora en que la Nueva Mayoría debe evaluar si le conviene mantener esta relación, sobre todo si consideramos que la Reforma Educacional es el proyecto más significativo de este gobierno y del inicio de este nuevo ciclo político y muchos de los RD hoy integrados al gobierno están en el Ministerio de Educación, gatillando la siguiente pregunta: ¿Estarán comprometidos con el Programa? ¿Le sirve esta ambivalencia a la Nueva Mayoría?”.

La columna de Arrué sacó chispas. Tanto así que fue comentario obligado en los pasillos del Mineduc y del Congreso. Fue tanto el ruido, que actualmente ya no está disponible en la página del ICAL y sólo circula vía correo electrónico.

En todo caso, el coordinador nacional de Revolución Democrática, Pablo Paredes, se lo toma con andina y responde: “La convicción de RD es que Chile tiene que tener una reforma educacional profunda, y debe empezar ahora. Sabemos que hay muchos sectores que generan resistencia. Las convicciones de RD están más patentes que nunca con nuestra labor en el Mineduc. Si fuera por cálculos políticos, no nos metemos en esto y nos quedamos afuera criticando”, a lo que agrega, “nosotros no queremos llevarnos la pelota para la casa”, y da a entender que no tiene problemas con que otras fuerzas políticas ingresen a educación.

Para Paredes, actualmente el escenario político no se divide entre Alianza y Nueva Mayoría, sino entre quienes quieren una reforma profunda y los que no. Por eso, plantea que los cambios ocurridos en el Ministerio de Educación benefician a los primeros: “Nos parece súper importante el cambio que se hizo, porque ahora el sector que quiere un cambio estructural en la educación tiene más espalda política”.

A pesar de las críticas y las controversias, en Educación aseguran que “nada ha cambiado”. Y que lo único oficial es que Harold Correa es el nuevo jefe de gabinete. Que Rodrigo Roco sigue siendo el jefe de los asesores, y que Miguel Crispi también mantiene sus funciones. Eso sí, plantean que “todo está en movimiento”, y que puede ser que existan cambios, que ingresen más asesores “que permitan a la política real operar”, pero que estos no modificarían drásticamente el esquema diseñado por Nicolás Eyzaguirre.

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