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Nabila Rifo aprende a vivir a oscuras y su caso recién comienza a arrojar luces Fiscalía investigará arista de trata de personas en uno de los hechos más impactantes del último tiempo

Nabila Rifo aprende a vivir a oscuras y su caso recién comienza a arrojar luces

Alejandra Carmona López
Por : Alejandra Carmona López Co-autora del libro “El negocio del agua. Cómo Chile se convirtió en tierra seca”. Docente de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile
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A pesar de la apelación a las medidas cautelares que pesan sobre el único imputado por el ataque, Mauricio Ortega, seguirá en prisión. La única declaración de la mujer lo sindica a él como el responsable de la golpiza que la dejó con fracturas en el cráneo, con pérdida de piezas dentales y sin sus globos oculares. Mientras la Fiscalía insiste en la responsabilidad de Ortega y suma otras hebras a la investigación, Nabila se rearma lentamente y recién aprende a vivir a oscuras.


Hace unos días Nabila Rifo (29) comprendió que nunca más volvería a ver a sus cuatro hijos. Hace algunas semanas comenzó a entrenar cómo caminar en la oscuridad con un bastón. Y hace poco, el equipo -especialista en salud mental- que la ayuda en su recuperación, señaló que ya estaba lista para dar una primera declaración formal ante el Ministerio Público. Que Nabila -a quien su círculo cercano llama Nadia, un nombre con el que también se reconoce a sí misma-, ya podía hablar después que el 14 de mayo un ataque bestial la dejara tirada en una calle de Coyhaique, cerca de su casa, semidesnuda, golpeada, con fracturas en el cráneo, pérdida de piezas dentales, y sin sus globos oculares.

Cerca de las seis de la mañana, en medio de una ciudad ahumada por la leña y a veces oscura como una boca de lobo, tirada en las calles Lautaro con Monreal, Nabila era golpeada cuando dos jóvenes -una y uno- vieron la escena.

El testimonio que entregaron a Carabineros fue expuesto ante el Juzgado de Garantía de Coyhaique, cuando la Fiscalía buscaba -el 18 de mayo- conseguir medidas cautelares para Ortega.

«En ese momento sentimos los gritos de una mujer, al principio pensé que estaba ebria. Al aumentar la intensidad de los gritos mi amiga me dijo que observara y desde el interior de mi propiedad, hacia la esquina de calle Monreal con Lautaro, lo primero que observé fue un hombre vestido de ropa color negro, el cual estaba arrodillado en dirección al poniente, que movía sus manos hacia arriba y hacia abajo y yo sentía un fuerte golpe», señaló el fiscal regional Pedro Salgado al leer la declaración del testigo.

«Luego de eso el sujeto se levanta y comienza a caminar en dirección al oriente, luego el tipo se devuelve, se pone de rodillas en el suelo y comienza a realizar la misma acción con sus manos, golpeando algo en el suelo. Momentos después el sujeto comienza a correr por calle Lautaro», sumó al relato Salgado.

El joven vio a un hombre alto y delgado vestido de negro; ella describió a un tipo ‘menudo’. Él hizo dos llamadas a los Carabineros. La primera cerca de las 6:00 a.m. para avisar que Nabila -que entonces y por varias horas más solo sería N.N.- se encontraba golpeada. La segunda, cerca de las 6:05 de la mañana para avisarle al carro policial que se había pasado a unos metros, que regresara.

Esa madrugada, los jóvenes ayudaron a Nabila a sobrevivir y también se convirtieron en los únicos testigos conocidos -hasta ahora- del ataque. Golpear las puertas de vecinos resulta inútil: nadie vio nada. Ninguno de ellos puede entregar información sobre lo que pasó. En los 89 metros que separan la casa de Nabila del lugar donde la dejaron golpeada, su vida se deshizo.

[cita tipo= «destaque»]Francisco Pulgar, perito de SAV, señaló hace pocos días que Nabila habría sido atacada por venganza, ya que habría querido delatar a una banda por narcotráfico y trata de personas y por ese motivo le habrían sacado los ojos.[/cita]

Una hebra y otras más

En las casi cinco horas que Nabila estuvo declarando en la Fiscalía Regional el miércoles pasado, dijo por primera vez qué recordaba de su agresión y sindicó a Mauricio Ortega, su pareja al momento del femicidio frustrado, como el responsable.

Durante la audiencia de apelación a las medidas cautelares de Ortega -en prisión preventiva desde el 18 de mayo pasado-, el Fiscal Regional Pedro Salgado resumió parte de la única declaración de Nabila así: la noche de la agresión había una reunión con amigos y un pariente en la casa de Mauricio y Nabila; una noche en la que habían discutido mucho y Ortega la había insultado. Cuando los invitados se van, Ortega inicia una nueva pelea, la golpea, pero Nabila camina hacia la reja para salir a buscar a sus cuatro hijos. El mayor de ellos había escrito por mensaje de texto, antes de las 5:00 a.m., a la hermana de Nabila -que vivía en una casa cercana- , asustado por el nivel de la discusión y ella los había ido a buscar, casi corriendo. Minutos después de esa llamada Nabila sale. Ortega va detrás. Camina hacia la calle Monreal, la empuja, la golpea en la cara. De pronto todo se vuelve más confuso hasta que ella pierde el conocimiento.

Junto al cuerpo ensangrentado de Nabila encontraron dos bloques de cemento y las llaves del auto -un Suzuki rojo- de Mauricio.

La alcoholemia de Nabila arrojó 2,24 gramos de alcohol por litro de sangre. Mauricio estaba en obvio estado de ebriedad, pero no se le hizo alcoholemia porque cuando lo detuvieron ya habían pasado más de seis horas. Según comenta su defensa, él se quedó en su casa durmiendo una vez que Nabila salió a la calle.

Tanto para la Fiscalía como para el círculo íntimo de Nabila, no caben dudas de que Mauricio Ortega está detrás de la agresión que sufrió la mujer, que cumplió 29 años dos semanas después de ser dada de alta en la Posta Central.

Sin embargo, hay otras líneas de investigación que tomará en cuenta el Ministerio Público, sobre todo ante la insistencia y entrega de antecedentes de la Defensoría, que contrató a la empresa privada de criminalística SAV Forense para realizar y acelerar peritajes que consideraban estaban demorando demasiado. Por esta vía lograron, por ejemplo, que uno de los testigos -un adolescente de 14 años- que había declarado reconocer a Ortega como el victimario, confesara que había mentido y solo buscaba “salir en la tele”.

Una de los hechos que sumará a la investigación el Ministerio Público, y que fue señalado por el Fiscal Regional en la última audiencia de apelación de medidas cautelares, es la trata de personas.

Francisco Pulgar, perito de SAV, señaló hace pocos días que Nabila habría sido atacada por venganza, ya que habría querido delatar a una banda por narcotráfico y trata de personas y por ese motivo le habrían sacado los ojos. Pulgar dice que “ese comentario lo habría hecho en la cárcel” una mujer, imputada en un caso de trata de personas en Coyhaique a fines de abril. “Es un comentario que salió en el ambiente nocturno. Hice un trabajo investigativo, donde hubo comentarios por parte de locatarios que decían que supuestamente había sido un acto de venganza”, suma Pulgar.

En su declaración del miércoles, Nabila dijo no conocer a la imputada por trata de personas. También dejó en claro que nunca ejerció la prostitución, pero sí dijo haber trabajado en un restaurante nocturno como mesera y cajera. De hecho, es donde habría conocido a Mauricio Ortega.

El Defensor Regional de Aysén, Fernando Acuña, está convencido de que el único imputado por este caso es inocente. Dos días antes de la audiencia que ratificó la prisión preventiva para Ortega, Acuña señaló a El Mostrador que el inculpado estaba como “puede estar un hombre que se siente inocente, viendo tele en una celda, intentando comprender por qué está ahí. En un espacio de 2 x3 con un camarote y una silla, custodiado por un gendarme. En la conversación, en su oficina en el centro de Coyhaique, Acuña dijo que Ortega “rescató a Nabila de la noche… Ella trabajaba en esto y en algún momento ella logra abandonar esa vida, cambia de giro y se dedica a vender muebles. A través de una página de Facebook compra y vende. Llevaban en esto desde el año pasado. Iban trabajando en varias cosas. Son familias muy empeñosas. Él es chapista y entre los dos buscaban autos chocados, los reparaban y después los vendían y así procuraban los ingresos. Él iba mostrando una serie de esfuerzos. Ahí hay un ánimo de seguir un proyecto como familia”, comentó el Defensor.

-¿Cuál es la relevancia de hablar del trabajo de Nabila en un caso donde la víctima sufre un ataque tan brutal, donde le arrancan los ojos?
-En los términos coyhaiquinos, este tipo de restaurantes son lugares donde se sirven tragos, comidas, etc. Van grupos de hombres en la noche y atienden chicas –comentó el Defensor–. Esas chicas que atienden trabajan por la comisión y dentro de ese grupo algunas se prostituyen con o sin la venia de la dueña de casa y establecimientos como ese existen varios. Muchos de ellos a veces se retiran sin tener sexo tampoco. Ese es el código de acá. Si uno dice que trabaja allá no dice que se prostituyera. Hasta donde nosotros sabíamos, Nabila trabajó ahí, pero no significa que se prostituyera ni es parte de esta causa. Pero sí significa que ese vínculo debe ser investigado porque puede ayudar a resolver este puzle.

El Ministerio Público investigará esta arista a pesar de que en la causa relacionada con la imputada por trata de personas, el nombre de Nabila no salió jamás.

El Defensor hizo otra reflexión sobre el ataque que sufrió Nabila: “Nunca habíamos visto algo así. No es el modo habitual de violencia de acá. Si tú me dices que alguien sacó su verijero -un cuchillo corto que se usa en la Patagonia argentina y chilena- y la apuñaló 58 veces, yo lo podría creer, porque todo el mundo tiene uno de esos cuchillos, es una herramienta del campo, pero las particularidades de esta agresión son muy extrañas para esta idiosincrasia”, dijo.

Sin embargo, en la audiencia del miércoles, en la Corte de Apelaciones de Coyhaique, el abogado querellante de la Intendencia, José Luis Novoa, rebatió la tesis de que la extracción de los globos oculares de Nabila necesitara una técnica muy sofisticada y para eso citó a otros especialistas: “La declaración prestada el 13 y 14 de junio de 2016 ante el Ministerio Público, por los médicos Daniel Reyes Court, Rodrigo Hernández Núñez y César Rojas Vizcarra, todos médicos cirujanos que participaron en la evaluación de la víctima, siendo el último especialista en oftalmología, en la Posta Central de Santiago, permiten concluir la naturaleza y gravedad de las lesiones, y la probable forma de realización, nos permite establecer directa relación con la dinámica de los hechos, tales como, golpes a corta distancia con un elemento contundente, y, muy relevante, que la extracción de los globos oculares no responde a una especial técnica o experticia, acto que pudo ser perfectamente realizado empleando algún tipo de objeto metálico, como con los dedos”, puntualizó Novoa.

El imputado y un tercero

Dos antecedentes nuevos serán incorporados también a la investigación: una llamada de Nabila desde el hospital a Jorge Ortega -sobrino del imputado- a quien supuestamente le dijo que su ex pareja es inocente; y otra pista: en el peritaje sexológico a Nabila se encontraron rastros de espermios de Mauricio Ortega, padre de los dos hijos menores de la víctima. Pero también de un tercero que declaró voluntariamente ante el Ministerio Público esta semana.

La defensa insiste en que es crucial conocer ese nombre y esa declaración para establecer un eventual rol en el femidicio frustrado. También insiste en que, pese a que los adolescentes que presenciaron la pelea entre Nabila y su agresor, no han reconocido en ningún momento que el victimario sea Mauricio Ortega. La defensa de Ortega también alega que la Fiscalía ha incorporado elementos y testimonios a la carpeta solo minutos antes de las audiencias. De hecho, el testimonio de Nabila fue sumado 10 minutos antes de la audiencia del jueves.

A pesar de ello, las pruebas que pesan sobre la libertad de Mauricio Ortega tienen relación con otros antecedentes. También faltan peritajes a los bloques de cemento con los que supuestamente fue golpeada Nabila y a las llaves del auto que se encontraron cerca de su cabeza. Aunque ese día fueron manoseadas en varias oportunidades por Carabineros, falta establecer con certeza cómo llegaron esas llaves ahí.

También pesa sobre él la discusión de esa misma noche, pero también hechos anteriores. El 5 de junio del año pasado, Ortega llegó hasta la casa de Nabila -de quien estaba separada entonces- con un hacha en la mano. En la solicitud de formalización de esa causa, los párrafos señalan que “el imputado portaba un hacha con la cual comenzó a golpear la puerta principal del inmueble, y al no lograr abrirla, se dirigió a la parte posterior del domicilio, rompiendo con el arma blanca la puerta de la cocina, ingresando sin la voluntad de su dueño al lugar, manifestándole que la mataría”.

Este proceso finalmente se suspendió.

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