“Cuando él vio las compras comenzó a gritar, expresándose con furia, violentamente y alzando la voz en términos como: ‘Está pésima la compra que hizo. No sabes hacer nada bien. Todo lo tengo que hacer yo. Si yo no hago las cosas, nadie las hace bien», confesó la víctima de la agresión.
Claudia Valenzuela, luego de trabajar durante cinco años como asesora en la residencia del cónsul Juan Pino, el 27 de agosto de 2016 concurrió a la Dirección Nacional de Fronteras y Límites del Estado (Difrol) para denunciar a su jefe por «acoso laboral, maltrato laboral y otras conductas que atentan la dignidad de las personas».
La asesora declaró que “cuando él vio las compras comenzó a gritar, expresándose con furia, violentamente y alzando la voz en términos como (literalmente): ‘Está pésima la compra que hizo. No sabes hacer nada bien. Todo lo tengo que hacer yo. Si yo no hago las cosas, nadie las hace bien’. A continuación, me solicitó que le trajera una tabla de cortar (del tipo de las utilizadas en la cocina) y un cuchillo para cortar la carne, los cuales le entregué. Al recibir de mi parte los elementos solicitados hizo un ademán con el cuchillo, alzándolo en la mano derecha sobre su cabeza y me dijo ‘con éste (refiriéndose al cuchillo que tenía alzado) la voy a acuchillar’, expresión que me repitió en dos ocasiones”, según consigna La Tercera.
Luego de lo ocurrido Valenzuela confesó que “me cuesta conciliar el sueño, mantengo un estado permanente de ansiedad y siento contantes episodios de angustia, sin poder trabajar tranquila. Uno de los aspectos que quisiera constatar es el hecho de que vivo en el lugar de trabajo, por lo cual estoy las 24 horas del día sujeta a estas circunstancias”.
Además recalcó que «en ningún momento durante la amenaza con el cuchillo su actitud dejó entrever en absoluto que se tratase de una broma de parte del Sr. cónsul».
Por su parte el cónsul y administrador Público de la Universidad de Chile no quiso referirse al caso y señaló estar «absolutamente tranquilo».
