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La contenida guerra civil que espera a la DC El choque interno de dos facciones que se avecina después de la segunda vuelta

La contenida guerra civil que espera a la DC

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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La pugna en la Democracia Cristiana es entre el llamado “gutismo” y la disidencia, al punto que en el Congreso ya reconocen que existen dos partidos en uno. En el sector que maneja el ex diputado Gutenberg Martínez comulgan las visiones más conservadoras, las alineadas con el partido del orden y los huérfanos de la otrora Concertación, y en el bloque más progresista, liderado por los diputados Yasna Provoste y Aldo Cornejo, están aquellos a los que el programa de reformas de la Presidenta Michelle Bachelet no les causó conflicto doctrinario y les es cómoda la convivencia política en una coalición con un nítido acento de centroizquierda, que albergue al PC.


Quién terminará quedándose con la campanilla y el timbre de la falange es la pregunta que más se escucha entre las huestes de la DC, porque, más allá del porcentaje que obtenga finalmente la abanderada presidencial de la colectividad, Carolina Goic, en las urnas este domingo 19 de noviembre, lo que está realmente en juego en la tienda es más profundo que la continuidad de la actual mesa directiva tras las elecciones: el choque frontal entre las dos almas y visiones que coexisten en el partido, el ala más conservadora versus la línea más progresista, que mantienen latente en el horizonte la amenaza de un posible quiebre.

El ánimo interno está tenso, bastante crispado e incluso en la vieja guardia hay quienes ven con preocupación que la falange se encamina a repetir el sisma del 69, cuando las diferencias fueron irreconciliables, se fracturaron y el sector más inclinado a la izquierda se fue para fundar el MAPU. Por eso dicen en el partido que la DC está ad portas de enfrentarse a sus peores demonios, porque el permanente gallito político entre el ala más conservadora y la progresista ya no podrá seguir siendo esquivado.

“Los próximos dos años serán peligrosos para nosotros, serán de sobrevivencia política, de quiebre y de la mala convivencia”, es el amargo vaticinio de un ex alto dirigente de la colectividad.

La pugna en la DC es entre el llamado “gutismo” y la disidencia, al punto que en el Congreso ya reconocen que existen dos partidos en uno. En el sector que maneja el ex diputado Gutenberg Martínez comulgan las visiones más conservadoras, las alineadas con el partido del orden y los huérfanos de la otrora Concertación, y en el bloque más progresista, liderado por los diputados Yasna Provoste y Aldo Cornejo, están aquellos a los que el programa de reformas de la Presidenta Michelle Bachelet no les causó conflicto doctrinario y les es cómoda la convivencia política en una coalición con un nítido acento de centroizquierda, que albergue al PC.

Ese es el verdadero foco de conflicto que se desatará en la falange, dónde quieren que políticamente se ubique la DC en el mediano plazo y con quién. Un partido más reducido que el actual, más homogéneo, que sea la bisagra política entre la derecha y la izquierda, o una colectividad que profundice la actual política de alianza y que, tras la catarsis del oficialismo por la derrota, se mantenga y consolide en el seno de dicha coalición.

No es un tema menor lo que sucede en la DC, porque este choque se dará en medio de un proceso de reordenamiento y reestructuración de la Nueva Mayoría como conglomerado, probablemente en condición de oposición a un nuevo Gobierno de derecha y con el piñerismo apostando a administrar a su favor la división de la centroizquierda a partir de marzo, para obtener los votos en el Congreso que requerirán las propuestas del programa.  Es ahí donde –explicaron en el gutismo duro– la apuesta es a convertir a la Democracia Cristiana o a este sector en un factor político en sí mismo, que es lo que preocupa a la disidencia, ya que eso implica forzar las diferencias políticas con los socios históricos del oficialismo.

[cita tipo=»destaque»]No es un tema menor lo que sucede en la DC, porque este choque se dará en medio de un proceso de reordenamiento y reestructuración de la Nueva Mayoría como conglomerado, probablemente en condición de oposición a un nuevo Gobierno de derecha y con el piñerismo apostando a administrar a su favor la división de la centroizquierda a partir de marzo, para obtener los votos en el Congreso que requerirán las propuestas del programa.  Es ahí donde –explicaron en el gutismo duro– la apuesta es a convertir a la Democracia Cristiana o a este sector en un factor político en sí mismo, que es lo que preocupa a la disidencia, ya que eso implica forzar las diferencias políticas con los socios históricos del oficialismo.[/cita]

Un adelanto de esta pugna se verá en la forma en que se maneje cada sector de cara a la segunda vuelta. La disidencia está por jugarse el todo por el todo con el abanderado del PS-PPD-PR y PC, Alejandro Guillier, respaldarlo sin condiciones y pelear hasta el último voto junto con el resto de la Nueva Mayoría, para evitar que Piñera vuelva a La Moneda y, ante la eventualidad de doblarles la mano a los pronósticos, ser parte activa de un eventual Gobierno.

Si bien en la derecha algunos sondeos les indican que hasta un 20% de la votación de Goic del domingo podría traspasarse a Piñera en la segunda vuelta, entre los cercanos a Martínez, en tanto, explicaron que no está en el diseño votar por el ex Mandatario, que, por el contrario, respaldarían a la carta del oficialismo pero con distancia, sin ponerse la camiseta como la disidencia. En la DC plantearon que el problema de este sector es que Guillier ha hecho poco y nada por ayudar al partido a alinearse detrás de él después del domingo, que hay bastante molestia con sus declaraciones, que no pueden desconocer que no confían mucho en su liderazgo, pero que no apostarán en el balotaje por el quiebre de la coalición, aunque sí a marginarse de la campaña e, incluso, del Gobierno si se evita la derrota.

Es después de diciembre cuando comenzará la pugna interna en la DC y la cantidad de parlamentarios que cada bando logre instalar en la Cámara de Diputados y en el Senado será el factor más determinante en este choque.

No hay dudas de que Provoste logrará ser elegida senadora en Atacama, por lo que la incertidumbre apunta más que nada a si obtendrá una votación lo suficientemente potente para instalarla como figura nacional y líder indiscutida en la colectividad. Si Cornejo también gana el escaño de la V Región en la Cámara Alta y hace lo mismo la ex ministra Ximena Rincón en el Maule, significará que desbancaron a dos figuras claves del partido del orden: los senadores Ignacio Walker y Andrés Zaldívar, cuadro que se completa si en la IX Región gana el ex intendente Francisco Huenchumilla y no el líder colorín, Fuad Chahin.

Si se da este escenario, en ambos bandos reconocieron que objetivamente Goic tendrá un panorama interno adverso para continuar dirigiendo la DC después de la segunda vuelta, porque son las principales figuras que han sido contrarias a su gestión, a sus decisiones políticas más relevantes este año, como no ir a primarias, llevar candidatura presidencial propia hasta la primera vuelta y conducir a la falange a competir a nivel parlamentario en una lista distinta a la del resto de la Nueva Mayoría. Pero también significará que la disidencia tendrá el poder para bloquear al gutismo y mantener a la falange aliada con el eje progresista de la actual coalición.

Las apuestas en la DC están a favor de la disidencia, que serían ellos los que tendrán motivos para celebrar la noche del domingo y, por lo mismo, en el gutismo afirmaron que con uno o dos senadores que logren instalar se podrá equilibrar políticamente la balanza interna.

Quienes conocen a Martínez dicen que “tiene siete vidas” y que jamás se irá del partido, que ese no es su plan, que son otros –como el bloque que conforman los llamados Progresistas con Progreso, liderado por la ex ministra Mariana Aylwin– los que pueden protagonizar un eventual quiebre con la DC, salirse o incluso cruzar la vereda después de marzo para sumarse a la llamada segunda transición de Piñera, pero no el poderoso ex diputado, que sí tiene votos en las huestes de la flecha roja y una estrategia en ciernes para enfrentar la disputa. Lo que suceda con Goic, explicaron, es relevante para dicha pugna, porque la apuesta sería tratar de fortalecerla internamente a todo evento.

Salir del clóset

El otro resultado significativo es a nivel de diputados, ese será el que determine en gran medida la fortaleza o debilidad política inminente de Goic. Si la DC reduce su bancada actual (el 2013 eligieron a 21 y han tenido dos bajas) a menos de 16 o 15, no hay espacio de defensa para la timonel, la que será responsabilizada de la derrota la misma noche del domingo; sin embargo, si los resultados están más cercanos a los 18 diputados y a nivel de senadores hay cierto equilibrio con la disidencia, Goic tendrá margen político para pelear por quedarse en la conducción de la falange, incluso si llaman a una junta nacional o a elecciones después de la segunda vuelta.

Al día siguiente de las elecciones las miradas estarán puestas en el consejo nacional de la DC, que está convocado desde las 15:00 horas para analizar los resultados presidenciales, parlamentarios y el escenario del oficialismo en una casi segura segunda vuelta ante Piñera. “Si Goic saca entre 4% y 6% se la comen viva el lunes”, reconoció un senador de la flecha roja, mientras que un ex dirigente de la colectividad agregó que, si el porcentaje de votación del partido a nivel de diputados es el doble o más del que obtenga la abanderada, será muy difícil para ella lograr sostenerse en la conducción del partido después de diciembre.

Dependiendo de con quien se hable es el pronóstico que se le da a Goic. “Todos los planes de la disidencia se basan en que la Carola saque entre 4% a 5%, pero si obtiene de un 8% para arriba, va a salir ganando internamente, porque en esta campaña lo que más ha fortalecido es su condición de líder de las bases”, sentenció un ex integrante de la mesa directiva.

En el equipo estrecho de Goic apuestan a que pueden dar vuelta la mano a las encuestas, que la sitúan en el 5%, afirmaron que la candidata nunca ha creído en los sondeos, que hay seguridad –por lo que han recogido en terreno– que están por sobre Marco Enríquez-Ominami, que los últimos 10 días han sido muy buenos y que se instaló la idea de que hay un voto oculto que los va a favorecer el domingo, que podría llevarla a cerca de los 2 dígitos. “Mucha gente en la urna saldrá del clóset y votará por ella”, dijeron en el entorno de confianza de la abanderada.

Goic aún no tiene definido lo que hará una vez conocido el recuento de votos, explicaron que obviamente va a felicitar a Guillier, pero que el apoyo va a tomar unos días, porque estará de por medio el tema programático, una conversación entre ambos que esperan –agregaron– no sea secreta ni entre cuatro paredes, sino que pública.

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