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Malala «la mala», en el Ministerio de Hacienda

Entre las reuniones y las largas esperas, cuando se origina un conflicto entre la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales, ANEF, y el gobierno, tal como el último paro del Registro Civil, los dirigentes pasan las horas haciendo chistes e inventándoles apodos a sus contrapartes.


Entre las reuniones y las largas esperas, cuando se origina un conflicto entre la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales, ANEF, y el gobierno, tal como el último paro del Registro Civil, los dirigentes pasan las horas haciendo chistes e inventándoles apodos a sus contrapartes.
Ahora, por ejemplo, los dirigentes cuentan que después del gallito con Justicia y Hacienda en el paro nacional del Registro Civil nacieron nuevos sobrenombres para algunas autoridades del Ministerio de Hacienda. Uno de los dirigentes dice que en medio de las tratativas tuvieron varias conversaciones con la subsecretaria de la cartera, María Olivia Recart.
Conocida por su simpatía y buen carácter, la economista de la Universidad de Concepción les dijo: “No me digan Subsecretaria, a mí me gusta que me digan Malala”, como la llaman en el gobierno y en su círculo de amistades. De hecho, el ministro Velasco, su jefe y esposo de la periodista Consuelo Saavedra –amiga de la ex directora de revista Paula, Paula Recart, hermana de María Olivia-  también la llama así en las reuniones.

Pero en la ANEF, luego de los tiras y afloja y de los habituales roces que existen en las negociaciones, confiesan que no le llamarán más “Malala”, como a ella les pidió, sino que “María Olivia, la mala”. En la ANEF cuentan que esto se debe a lo mal que les fue en las mesas de negociaciones con ella.
A ese sobrenombre se suma el de “Malón”, como le pusieron al titular de Hacienda, y a los ya míticos Malito y Maloso, apodos del Director de Presupuesto, Alberto Arenas y Julio Valladares, ex sub Director de Racionalización y Función Pública, respectivamente.

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