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Googlear enfermedades ya tiene nombre: las consecuencias de la cibercondría en la salud mental  Salud

Googlear enfermedades ya tiene nombre: las consecuencias de la cibercondría en la salud mental 

En un mundo donde la globalización llegó a la mayoría de los territorios del planeta y la inmediatez de la información viaja en segundos al celular, a veces más rápido que la atención médica, hay quienes buscan en internet qué significan sus síntomas. La ansiedad experimentada después de ello recibe el nombre de cibercondría y genera preocupación en el mundo médico. 


Un estudio titulado “Cibercondría: Un nuevo ente clínico en el contexto de la pandemia por Covid-19”, publicado en 2020, entrega algunas luces de este “ente”, llamado así porque clínicamente aún no fue catalogado y ni siquiera forma parte del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), aunque esté está en proceso de modificación. 

Llamada por algunos autores como una “obsesión devastadora”, otros llaman a esta época como la “edad de la cibercondría”. El término fue utilizado libremente y con distintos significados en todo el globo.

No obstante, de acuerdo a los autores de la investigación, cibercondría se deriva etimológicamente de las palabras “ciber” e “hipocondría”, lo que sugiere que es una forma de hipocondría vinculada al uso de medios digitales.

Si bien no se sabe con exactitud cuándo fue la primera vez que se utilizó el término, los investigadores hallaron un artículo del conocido periódico estadounidense, Wall Street Journal, publicado en 1999 y otras referencias del término también remiten a medios de comunicación, especialmente medios digitales. 

Definición y síntomas

En el estudio, realizado por investigadores de la Universidad Privada Antenor Orrego (Perú), se la define como “un comportamiento de búsqueda excesiva (en cantidad de contenido y en tiempo empleado) y repetitiva de información sobre temas de salud en internet, motivado e impulsado por la ansiedad que sufre el sujeto, sobre temas de su salud y la búsqueda de alivio”. 

Pero en lugar de aplacar la ansiedad la amplifica, “conllevando a resultados emocionales y conductuales poco saludables”. Así, los autores subrayaron la diferencia entre la simple “búsqueda en línea ocasional” (dada por curiosidad o necesidad de aprender) incluso si es repetitiva, pues a diferencia de la cibercondría, produce “placer y conduce a sensaciones de alivio y satisfacción”. 

En el caso contrario, en cambio “no es una actividad placentera para el sujeto”, incluso se asocia a sensaciones angustiantes. 

“Estos sujetos suelen consultar múltiples sitios web, ya que la información que encuentran no los satisface y al no tener éxito pueden experimentar síntomas físicos como dificultad para respirar, aumento de la frecuencia cardiaca, opresión en el pecho, sudoración profusa, pudiendo llegar al extremo de padecer un ataque de pánico o de sufrir insomnio”, explicaron en el estudio.

De acuerdo con la investigación, la cibercondría se compone de cuatro dimensiones: exceso de búsquedas repetitivas en internet de información médica, búsqueda de la tranquilidad como objetivo, incremento de la angustia e interrupción de las actividades cotidianas por este comportamiento compulsivo. 

Para quienes sufren este trastorno, la información que encuentran les resulta insuficiente y eso hace que se sientan más abrumados y perciban síntomas físicos.

“Mientras más abrumados se sienten, más tiempo pasan buscando los síntomas particulares y más se convencen de que experimentan esa enfermedad: Uno de los riesgos de este tipo de trastorno, es que los pacientes comienzan a depositar su confianza en internet y desarrollan desconfianza hacia el médico, siendo ésta una característica de la cibercondría; también puede relacionarse con mayor probabilidad de automedicación”, afirmó el documento.

La prevalencia de este ente genera preocupación y por eso el estudio recogió algunos números observados en distintos territorios. 

Según recogió la indagación, una encuesta realizada en 9 países encontró que más del 75% de los participantes realizan consultas relacionadas con temas de salud en internet, otra en Estados Unidos informó que el 88% de los usuarios adultos buscó información en línea relacionada con la salud y el 62% lo hizo en el último mes. 

Otras investigaciones citadas arrojaron que más del 50% de pacientes atendidos con síntomas depresivos, sin cita previa, habían consultado en internet sobre sus condiciones de salud. Igualmente, otro estudio reveló que cerca del 70% de los médicos informaron que trataban con pacientes que consultaban sobre sus afecciones en función de la información que consultaban en la web.

Si bien se trata de un fenómeno “reciente y poco estudiado”, los investigadores asociaron la cibercondría con otros trastornos psiquiátricos a nivel clínico.

“Algunos consideran que éstos se superponen con rasgos de ansiedad por la salud, trastorno obsesivo compulsivo (TOC), trastornos de personalidad y la adicción específica a internet, otros la consideran como la “contraparte del siglo XXI de la hipocondría”; y hay quienes lo consideran como una condición psiquiátrica individual con un diagnóstico formal; sin embargo, no se ha establecido consenso en esto”, planteó el análisi.

Ante este escenario ¿qué motivaciones tienen las personas para buscar información médica en internet? Según la investigación, los participantes refieren el fácil acceso de internet, el bajo costo o gratuidad del uso en ciertos casos y el obtener la información que buscan en el momento que lo desean.

Además, remarcaron el anonimato de la búsqueda y que evitan los procesos administrativos “que muchas veces son un obstáculo”, al igual  que refieren incomodidad para plantear sus dudas frente al profesional médico y que los médicos no les brindan el tiempo suficiente para discutir sus preocupaciones (tiempo limitado de consulta médica y explicación poco clara). 

“Reportan el uso de internet después de la consulta médica, para comprender mejor sus síntomas, ya que la explicación que recibieron no ha sido suficiente”, sumó el estudio. 

A la espera de las modificaciones del DSM-5, esta investigación reflexionó sobre el consumo de medios de comunicación, que en ocasiones incrementan la ansiedad por temas de salud percibida. 

Por otro lado, la publicación subrayó que entre las intervenciones útiles para tratar este ente en la actualidad, están la educación para evitar el uso excesivo de internet y la recomendación de sitios web confiables, no obstante aún queda camino en la investigación de este ente que aún carece de estudios suficientes para ser conceptualizado y tratado de manera óptima a nivel clínico. 

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