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Crespita Rodríguez habló de sus duros días en Bolivia y por qué decidió transportar droga: “Quería pagar lo que debía” «Logré ser campeona del mundo y me demostré que podía», contó emocionada

Crespita Rodríguez habló de sus duros días en Bolivia y por qué decidió transportar droga: “Quería pagar lo que debía”

La boxeadora estuvo en Primer Plano donde ahondó en esos difíciles días de su vida, momentos que incluso a tratado de borrar porque «le duelen mucho». Además dio detalles de cómo la encrucijada de deudas y tratar de mantenerse en el deporte la llevó a no pensar y aceptar la oferta de 15 mil dólares.


Carolina Crespita Rodríguez decidió hablar por fin del doloroso episodio de su vida que fue revelado el 7 de abril pasado por revista Sábado. La boxeadora estuvo anoche en Primer Plano, donde ahondó en ese episodio hasta entonces desconocido de de su vida: estuvo detenida en una de las cárceles más peligrosas de Latinoamérica y el mundo por tráfico de drogas.

Según la revista, era 31 de diciembre del año 2007 y cuando la entonces campeona panamericana de kickboxing, llegó al aeropuerto de Viru Viru en Santa Cruz, Bolivia. Entonces fue detenida por la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (FELCN). Al ser registrada, se les encontraron 4 tablillas de cocaína adosadas a su cuerpo. En total llevaba 3,7 kilos de cocaína, avaluada en 67 millones de pesos cada una.

“Producto de la población de la que llego (La Pincoya), uno está en contacto con asesinatos, con drogas, crecí con ello. Con los valores de mi familia, había que estudiar y después trabajar para salir de contador auditor. Conocí el kickboxing y me dio frutos… En ese momento había emprendido un negocio, no tenía (plata) para trabajar y tenía la bala pasada de ser campeona mundial. Conocí a mucha gente que estaba ligada a esto (drogas) y me ofrecieron transportar algo ilícito en Chile, era droga. Nunca la vi porque estaba empaquetada”, fue el inicio del relato. “En ese momento, como estaba la situación, que le debía a todo el mundo, me bloqueé, ni siquiera pensé las consecuencias. En ese momento sentía que tenía que responder a esa deuda, demostrarle a mi familia que era capaz. Me ofrecieron 15 mil dólares. Fue una desesperación, sabía que era algo malo pero no lo pensé, fui”.

Y agregó que “había emprendido un negocio, un amigo me pidió un préstamo, mi mamá me había pedido un préstamo. Si me ponía a trabajar todo el día no me daba para entrenar. Yo tenía la bala pasada de ser campeona mundial. El contexto es que quería pagar lo que yo debía. Me pagaban como 15 mil dólares. Sabía que era algo malo, pero no lo pensé”. Además negó haber ido con una amiga y descartó haber tenido pareja en la cárcel.

Rodríguez continuó con los detalles. “Mi familia no sabía donde yo iba, no estaba viviendo en mi casa. Fue por tierra, nos pidieron los pasaportes, y a mí en ese momento no me entraba la angustia. Cuando me trasladaron al lugar, dije que no quería llevar nada y quería devolverme a Chile. Me empezaron a amenazar. Al final caminé… Si me devolvía le podían hacer algo a mi familia, así que pasé (la frontera)”, dijo.

“Después de salir a Chile estuve con crisis de pánico. Las cosas las fui superando en el camino. Una trata de borrar momentos que te duelen mucho”, añadió.

Luego habló de que es ese momento estaba alejada de su familia: “Estaba peleada con todo el mundo. Ni lloré. Cuando me llevaron a la cautelar, pensé que esta película iba a pasar. No reaccionaba”. Y prosiguió, dándole un total crédito a su padre, quien fue su principal apoyo en ese momento: “Cuando ya estaba adentro me hice consciente de que la cagué, del daño que podía causar. Pagué, estuve encerrada 11 meses. A los cinco o siete días conseguimos que los mismos policías nos prestaran un celular y mi papá comenzó a averiguar cómo podía tener libertad preventiva”.

Sobre los días en prisión detalló: “La cárcel es muy especial porque todo es corrupto, es como un pueblito pequeño, todo con plata se puede hacer, hasta para dormir, comer, moverte. La cárcel en sí es muy corrupta. Cuando mi papá llegó, tenía que pagar. Siempre tenía la esperanza de salir, pero luego tenía la resignación de estar ahí”.

Y aunque pensó muchas veces en abandonar el deporte, su mensaje final es positivo: “En este momento, con todo el aprendizaje, saco lo bueno de todo esto. Logré ser campeona del mundo y me demostré que podía. Mi familia se siente orgullosa de mí y soy feliz desde que me levanto hasta que me acuesto”.

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