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Nerea de Ugarte sobre su último libro: “Está construido desde las mismas voces  de las niñas” BRAGA

Nerea de Ugarte sobre su último libro: “Está construido desde las mismas voces de las niñas”

“Manifiesto para niñas superpoderosas” es la última publicación de la psicóloga feminista y fundadora de la Rebelión del Cuerpo, Nerea de Ugarte, donde aborda, a partir de las voces de las propias niñas, las inquietudes y puntos a discutir en esta declaración pública, repleta de actividades.


Nerea de Ugarte López es psicóloga, magíster en Psicología clínica. Fundadora y miembro del colectivo feminista La Rebelión del Cuerpo, co-fundadora y presidenta ejecutiva en Fundación Niñas Valientes y del Centro Interdisciplinario de las Mujeres (CIDEM). 

En 2017 fue reconocida como una de las cien jóvenes líderes de Chile por el diario El Mercurio. En 2019 fue distinguida por la Fundación HayMujeres en la categoría Sociedad civil por su trabajo con las mujeres en Chile. 

Es autora de Ni calladitas ni perfectas (2019), Querida Violeta (2021), La dictadura del amor propio (2022) y, su última publicación lanzada en marzo del presente año, Manifiesto para niñas superpoderosas. Este último, recopiló los testimonios de más de 60 niñas de diversas escuelas y colegios del país, de los cuales Nerea tuvo oportunidad de visitar, para realizar charlas y levantamiento de dudas e inquietudes que aquejan a las infancias. Aquellas reflexiones, dieron origen al Manifiesto para niñas superpoderosas, en donde se establecen puntos y actividades para que las niñas aclaren sus dudas y preguntas.  Este, contará con su lanzamiento oficial el próximo sábado 23 de marzo en el Museo Violeta Parra a las 10:30 horas.

Todo está siempre enmarcado en una narrativa de ficción, de cuento; y cuando iba a hacer charlas o talleres a las escuelas y a los colegios, las niñas tenían toda la capacidad y les gustaba mucho trabajar en torno a sus experiencias, pero no puestas en un relato de ficción. Yo he escrito para adolescentes y adultas, pero no había escrito para niñas, y quería escribir desde este lugar, no caer en el adultocentrismo para explicarles cosas, sino que ellas mismas contaran sus experiencias. Ellas mismas son, básicamente, las autoras de sus historias y de sus narrativas, entonces no había razón para meterlas en un cuento, sino que tenían que ser explicadas a otras niñas desde la experiencia misma de ser niña”, explica la psicóloga. 

-¿Qué tan complicado es escribir un libro para infancias, considerando que están expuestos a una hiperinformación tanto en redes sociales como en sus entornos? ¿Cómo ayudarles a combatir la desinformación de los conceptos actuales desde la literatura?

-A mí me tocó trabajar con niñas de diversas edades -siete, ocho o nueve años-, quienes todavía tienen un acceso más limitado a redes sociales, pero que de igual manera están en TikTok o Instagram, con menos frecuencia, pero definitivamente están en YouTube. Acá el libro está adecuado, pensado y también construido desde las mismas voces y opiniones de las niñas, entonces está todo elaborado desde una forma representativa; hay niñas de diferentes niveles socioeconómicos, migrantes, afrodescendientes, entonces también hay como una representación en relación con los discursos que pueden hacer que exista una identificación emocional muy amorosa también. Entonces el mensaje entra, no desde la teoría de género y desde el feminismo, que de hecho la idea es descargarlo un poco de esa construcción hipermanoseada que hay en todos los medios y toda esta hiperinformación que tú dices, y plantearlo desde un lugar de prevención y promoción de salud mental. Para mí el libro tiene que ver precisamente con eso, es una herramienta de promoción y prevención, es un instrumento de fortalecimiento de autoestima, es una herramienta para profesores, psicólogos infantojuveniles, nutricionistas, profesionales que trabajen con niñeces y con infancia, y que esté adecuado precisamente al lenguaje de esa infancia, a que sean capaces de entenderlo sin tener que interpretar absolutamente nada, porque está dicho en su propio lenguaje. 

-Como autora, ¿de qué forma enfrentas posibles críticas respecto del “a mis hijos los crío yo” y el hablar sobre estas temáticas que aún pueden resultar polémicas para ciertos grupos?

-En el caso del libro, cuando fui a los lugares en donde pude ir a hacer el levantamiento de experiencias, no tuvimos ningún problema, hubo consentimiento de las niñas, que para mí era importante que no solo consintieran los apoderados y las apoderadas, sino también las niñas a participar, y en ese sentido no hubo ningún problema, ni tampoco con las escuelas que participamos, ni la Fundación Niñas Valientes, que también amplió su red para poder hacer el levantamiento con las niñas. Creo que el libro es muy amoroso y cercano para conservadores y no conservadores, porque en el fondo, el objetivo es mostrar a las niñas todas sus posibilidades, y no hay nadie que no quiera esto. Esto es educación sexual integral, esto es lo que se quiere abordar en el sistema educativo, que no tiene relación solamente con la sexualidad o el sexo, sino con la afectividad y la autoestima también. Y por eso, por ejemplo, la semana pasada, mientras estaba presentando el libro en una charla dentro de una empresa privada, y contándoles sobre cifras, sobre esta percepción de las niñas, que a los seis años dejan de levantar la mano en el aula porque les da vergüenza y se sienten menos inteligentes que sus compañeros, les preguntaba abiertamente, ¿hay alguien que esté en desacuerdo con que tenemos que educar para que esto no ocurra? Y todos obviamente están de acuerdo. No somos suficientes como padres. Nuestros hijos no están encerrados en la casa, siendo criados solamente por nosotros. Están siendo criados por la educación formal, por profesores, por compañeros, por la educación de los compañeros y los profesores. Están siendo educados por YouTube, por dibujos animados, por redes sociales, por publicidad que está en todas partes. Están siendo educados por los juguetes que tú le das y por los que no le das. Todo eso educa. Ahí es donde esto de “con mis hijos no” queda corto, porque tus hijos no viven en un búnker encerrado contigo hasta los 18 años. Están socializados, y esa socialización, lamentablemente, debe ser educada para poder ser enfrentada. Si no, tenemos las consecuencias en salud mental que tenemos, las consecuencias en abuso, las consecuencias en acoso.

-En el libro hablas sobre el impacto de redes sociales en la autoestima y autopercepción, como psicóloga y fundadora de la Rebelión del Cuerpo y Niñas Valientes, ¿cómo involucrar a los padres de niñas y jóvenes en esta lucha constante contra los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y apariencia física que puede verse afectada por las redes sociales?

-Es fundamental involucrar a los padres en la lucha contra los trastornos de la conducta alimentaria y los efectos negativos de las redes sociales en la autoestima de las niñas y jóvenes. Los padres pueden desempeñar un papel crucial al proporcionar un pensamiento crítico sobre la influencia de las redes sociales, los estándares de belleza y la publicidad en la percepción de sus hijos. Más allá de la censura, es importante brindarles herramientas para que comprendan la realidad detrás de las imágenes idealizadas que ven en línea y fomentar una relación saludable con su apariencia física.

-Sigue existiendo estigma de la literatura para infancias, sin embargo, ¿de qué forma se hace cada vez más necesario o no el hablar sobre estos temas a NNA?

-A pesar del estigma, es cada vez más necesario abordar temas importantes en la literatura dirigida a niños, niñas y adolescentes (NNA). Hablar sobre temas como la educación emocional, la igualdad de género y la autoestima en los libros para NNA les proporciona una plataforma para explorar sus preocupaciones y desarrollar una comprensión más profunda de sí mismos y del mundo que los rodea. Al dar voz a sus inquietudes y experiencias, ayudamos a los NNA a sentirse validados y empoderados, lo que es fundamental para su desarrollo saludable. Si no incorporamos a los niños, si no incorporamos a los varones en esta batalla contra la violencia, esto no va a cambiar. Efectivamente, hay que entrar a sensibilizar también desde la construcción de masculinidades sanas, masculinidades no hegemónicas, que no jueguen futbol si no les gusta el futbol. Hay 60 niñas que dijeron explícitamente qué es lo que les preocupa, ¿vamos a ignorarlas? Cuando evitamos la discusión desde las infancias, son los niños y niñas los únicos perjudicados. 

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