El Perseguidor criollo llega con el jazz atómico

El segundo registro de Los Titulares viene marcado por el sonido chileno de una cumbia adaptada a los esquemas en la pieza dedicada a Tomy Rey y trae el ardiente funk en un homenaje a Bronson. La placa propone una cita directa con la cultura criolla en la lengua universal y privilegia la interacción entre los músicos. En El Perseguidor el sonido colectivo se eleva por sobre el trabajo individual, en un resultado cimentado en la experiencia adquirida en los más de 10 años que llevan tocando juntos.




"Es un disco atómico con ocho temas, siete originales compuestos por la dupla Silva-Molina. Es una pieza ecléctica a la que incorporamos rítmicas diferentes en el lenguaje jazz. Buscamos por varias tendencias, en el trance y también el hard bop. Investigamos, también, en el sonido de la batería y los teclados. Y si bien son composiciones propias, buscamos en un lenguaje que permitiera contar historias. Todos los temas son en ese estilo y cada uno es completamente distinto", contó Pancho Molina.



Madurez, destreza y soltura sellan el repertorio que incluye: Bleiqui, Cuático, Pega Martín Pega, Bronson, Señorita Buena Presencia, Perseguidor, Tommy!! (El Rey) y Love Song, en esta serie de citas de los años 70 y 80, en particular a Pega Martín Pega (en honor a Martín Vargas), Bronson (Charles Bronson) y Tommy (el rey).

Dos de las composiciones originales, Bleiqui y Pega Martín Pega, están grabadas en un formato completamente acústico, mientras en las otras hay una exploración en distintas sonoridades y texturas marcadas por el uso de teclados y pianos eléctricos. La búsqueda de beats y grooves eleva la música y pone al público a bailar.



El concepto es un viaje por ritmos inspirados en la cumbia, lounge, el funk, hip hop hasta el jazz más clásico en una serie de composiciones que exploran sonoridades y texturas, creando momentos álgidos y distendidos. Es un producto apto para la distensión que privilegia la melodía y el contacto.



Este equipo rescata la esencia del jazz, esa que emerge en las bandas que tocaban en bares y lugares sin más afán que hacer música, y con Pancho Molina a la cabeza ya desde el primer disco emana el espíritu de una nueva sonoridad, la que Molina desarrolló incluso con sus primeros compañeros de banda, cuando estaba en Los Tres, junto a Ángel Parra y Titae Lindl.



Los Hechos



Para Los Titulares los hechos se dieron cuando Molina decidió comenzar su proyecto individual y dio vida a una banda poco usual dentro del escenario criollo del jazz. La formación cambiante lo mantuvo por mucho tiempo como Titular único hasta que encontró un séquito de aventureros musicales dispuestos a generar nuevos espacios, ese que ahora integran Carlos Silva (piano) y Rodrigo Galarce (contrabajo) y Christian Cuturrufo. A ellos en El Perseguidor se suma Pedro Greene (el quinto titular), que en calidad de invitado a las sesiones impregnó las obras con el tono peculiar de su calidad de ex integrante de Los Blops, Cometa y La Marraqueta.




Así el equipo Los Titulares logró alcanzar ribetes de tribu reunida bajo los preceptos de la creación, la que en general está liderada por la dupla Silva-Molina, y que no excluye a todos los demás.



"Entre nosotros es el interplay es lo que mueve todo. Todos estamos ahí porque lo queremos hacer, ese sentimiento es mucho más fuerte que antes y se traduce en un lenguaje que es el motor amoroso. Es un disco maduro, que se comunica con la gente, no es mezquino con los estados".



En el nuevo trabajo los creadores locales operan en diferentes formatos, desde en el lenguaje del jazz parte a la búsqueda de un sonido propio, sin más vuelta de tuerca y con fuerte comunicación avanzan en el discurso implícito del peculiar hacer de Los Titulares.



-¿Cómo percibes el trabajo de fusión de la música chilena con el lenguaje del jazz?

– Me siento lejano a eso, a la fusión como la hace Jorge Campos, La Marraqueta o Los Jaivas. Ellos tienen su discurso planteado hace rato. Los Titulares estamos buscando una marca en ese sentido, quizás nuestra marca es la interacción.



– ¿Cómo explicas la cita en el jazz?
– El jazz descansa en eso. Esto tiene mucho que ofrecer ahora, porque casi todas las músicas son súper referidas. El jazz a veces se refiere a sí mismo y a la vez puede llamar a otras tendencias a fusionarse en ese lenguaje.



– ¿Siempre apareces tocando con distintas personas?
– Así entiendo el tocar jazz. El jazz no es una cosa dura marcada, sirve para sentir la influencia de otras personas.



– ¿Cómo percibes las nuevas generaciones en jazz?
– Hay gente muy buena, por ejemplo, Sebastián Jordán es un excelente valor, que creo que en poco tiempo va a estar muy arriba. Además, está Felix Lecaros que toca batería. A finales de los ochenta el panorama en jazz no era muy interesante. Ahora hay gente muy buena.




– ¿Crees que se ha estimulado la música en estos años?
– Sí, pero gracias a los músicos, al esfuerzo de ellos que formaron un circuito. Los músicos se acercaron a los dueños de los bares y empezaron a tocar, por ejemplo, en La Batuta. Aunque es algo chiquitito todavía, no es masivo



– ¿Eso no te importa?
– Estamos investigando aún. El primer disco fue bueno y ahora con este estoy bien. No me quejo. Soy músico y quiero tocar. Además ahora hay mucho circuito independiente a nivel internacional.



– ¿Esa es la tónica de este tiempo?
– Sí. Me parece que es porque hay un cambio severo en la cadena musical, la gente compra menos disco, de Internet puedes bajar mucho material, todo se está acomodando. Entonces sale a cuenta que en los sellos independientes haya gente que crea que puede vender mil o más discos.



-¿A nivel de política cultural qué percepción tienes en cuanto al estímulo al jazz?
– No tengo ninguna percepción. Estoy muy alejado de todo eso. No sé qué están haciendo. En el Fondart me siento más cercano porque estoy trabajando en dos proyectos de otra gente, eso es una gran ayuda. Es bueno que te pasen plata, como lo hicieron en el Fondart con Sergio Olivares, que está llevando jazz a regiones y tiene conservatorios en Copiapó. Esa gente es la que arma todo. En el Gobierno no sé que están haciendo. Uno tiene que hacerse las posibilidades. Además, tienes que tener un proyecto y saber gestionarlo. Así lo han hecho Pedro Greene, Claudio Narea.



– ¿Crees que la cultura en un país tiene que ser autogestionada?
– No queda otra. Sí tuviera una súper buena oferta para hacerle a un sello y asegurarle no sé qué cantidad para vender sería más fácil, pero eso no está pasando y hay que demostrar que puede pasar. Creo en la gestión de cada uno.



Escuche un tema de Los Titulares.



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