Publicidad
La venganza de una torturada política llega hoy al GAM

La venganza de una torturada política llega hoy al GAM

Grita se llama la obra del dramaturgo, novelista y guionista Marcelo Leonart, quien plantea una historia de escenarios imposibles y en clave de suspenso, para cuestionar la moralmente el Chile postdictadura: “No olvidar significa contar estas historias y volver a contar y hacerlo otra vez, no formatearlas al estilo del Museo de la Memoria”.


Estrenada en 2004, “Grita” es una obra que trabaja con elementos del thriller cinematográfico y que se centra en Tania, una mujer destruida por la verdad revelada luego del suicidio de Miguel: haber sido la esposa de un ex torturador de los aparatos de seguridad del régimen militar. El conflicto interno de Tania se agrava con la llegada de Maura, una chica que recoge en la calle con evidencias de maltrato físico y psicológico, y que es perseguida por un hombre. Ambas mujeres reconstruirán una historia que se va revelando de a poco, donde nadie es quien parece ser y todos son culpables.

La relación contradictoria entre víctima y victimario, revisada por ejemplo en “La muerte y la doncella” de Ariel Dorfman, en “Grita” está trastocada por la invasión del espacio íntimo, teniendo entre sus referentes al dramaturgo Egon Wolff (“Flores de Papel”) y a la llamada “Trilogía del apartamento” del cineasta Roman Polanski (“El inquilino”, “El bebé de Rosemary”, “Repulsión”). En ese sentido, el montaje tiene un matiz cinematográfico que años después permitió convertirlo en película.

“Hicimos la película de ‘Grita’ y quedó como una obra teatral. Yo creo que el texto de ‘Grita’ es muy teatral, dramático y dialéctico. Sucede que cuando una obra narra una historia con un devenir que avanza a través de una trama parece cinematográfico. La forma del thriller a mí me parece que es una forma muy adecuada para tratar los dilemas morales que plantea la obra. ‘Grita’ no es una obra que ilumine caminos o nos tranquilice moralmente. Tampoco es su aspiración”, apunta Leonart.

HISTORIA IMPOSIBLE

El autor explica que la motivación de escribir “Grita” fue ejecutar dramatúrgicamente un par de escenas imposibles. “La de ponerse en el lugar de un torturador que decide no torturar y la de una víctima que no alcanza a serlo, y el enfrentamiento entre la víctima y los cercanos al victimario. La obra plantea un dilema moral difuso, pues en esta obra nadie es inocente. Y la mejor manera de narrarlo es el de la película de terror”.

A pesar de que la trama principal de la obra (la nebulosa relación entre Tania y Maura) es una ficción que ni siquiera está basada en personas reales, en el relato hay referencias a personas que fueron parte de la historia de la Dictadura, como los profesores degollados y un sanguinario torturador que alude a Osvaldo “Guatón” Romo.

“Las referencias están ahí porque son potentes para mi memoria y —creo yo— para la memoria colectiva. Deberían producir un doble efecto: en los que conocen la Historia y en los que no. Y en ambos debería producir un horror. Pero por otra parte, ¿qué es eso de ‘no olvidar’? ¿sacar lecciones? ¿formatearlas al estilo del Museo de la Memoria? Yo creo que no. No olvidar significa contar. Y volver a contar. Y volver a hacerlo. Porque lo único que tiene sentido es lo que no tiene sentido. Como se dice en la obra, ‘de parte de todos la cagada ya está hecha’”.

El montaje, que mantiene el elenco original, establece una nueva mirada sobre el mismo texto dramático. “Estamos haciendo la obra de nuevo. Descubriéndola como una pieza nueva. No revisitando el montaje anterior ni haciendo arqueología”, dice Leonart, “estamos haciendo teatro por y para estos tiempos. Si no fuera así, no tendría sentido. Creemos que la obra habla hoy”.

El tratamiento escenográfico, desarrollado en esta oportunidad con el objetivo de imprimirle mayor realismo y menos abstracción a un espacio que cobija historias imposibles dentro de —y al mismo tiempo—un viejo departamento vacío y un infecto calabozo.

“Grita” cierra la trilogía “Bestiario” en el GAM, que conforman también “El taller” de Nona Fernández y “Medusa” de Ximena Carrera (ambas actrices en “Grita”), tres premiadas y exitosas compiladas recientemente en el libro Bestiario, Freakshow temporada 1973-1990 (Ceibo Ediciones).

Las tres obras están inspiradas en los monstruos de la dictadura y reelaboran la Historia, no desde el alegato o la denuncia, sino desde la ficción, para desnudar las crisis morales del Chile actual. Según concluye Marcelo Leonart, “las obras son hermanas, donde cada una parece una precuela de la otra, pero donde se dinamitan los cimientos de las otras para empezar de cero. Se acompañan sin ser iguales. La trilogía es totalmente involuntaria. Pero también inevitable”.

 

Grita

Compañía La Fusa

Dirección y dramaturgia: Marcelo Leonart

Elenco: Nona Fernández, Ximena Carrera, Sebastián Vila, Larissa Contreras.

Del 4 al 28 de julio. Jueves a sábado a las 21 horas. Domingo 20 horas.

 

Publicidad

Tendencias