En la muestra aparecen también Bachelet, Peñailillo, Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín
Hasta el 27 de septiembre en Matucana 100 se presenta la exposición «Políticos y Celebridad», una muestra curada por Paco Barragán, en donde queda en evidencia la simbiosis entre política y espectáculo mediático. Entre obras de autores extranjeros figuran varias piezas, de lectura literal, donde se aparecen políticos y empresarios chilenos. Una muestra que ya ha provocado más de un descontento.
Pocas exposiciones cumplen con su función de mover la sociedad o de provocar –según sea el espíritu político de la misma– antes de su inauguración. La muestra «Políticos y celebridad», curada por Paco Barragán, y que se presenta hasta el 27 de septiembre en Matucana 100, sí lo hizo.
Inquietud, desconfianza por el contexto y preocupación fueron parte de las emociones que despertó en la familia Frei la incorporación de una obra de Prem Sarjo, donde aparece el ex Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, retratado al interior de una bacinica. Un día antes de su apertura al público, los teléfonos comenzaron a sonar.
La bacinica de Frei es parte de la obra Estudio para Uroboros (De la serie Hommo Corruptus) y no se trata de una obra pensada en el actual momento político, sino que es un trabajo que data del 2008 en el que originalmente aparece, además, Sebastián Piñera, Pinochet en su lecho de muerte, Carlos Saúl Menem, George Bush, el presidente mexicano Felipe Calderón y el renunciado Papa Benedicto XVI, entre otros.
Prem Sarjo, vista panorámica de Estudio para Uroboros (de la serie «Hommo Corruptus»), 2008, óleo sobre fierro enlozado, 24 cm diámetro y 11 cm de profundidad. Colección Sauma Carvajal, Santiago de Chile.
Las llamadas de los cercanos a Frei tuvieron como propósito preguntar sobre el contexto en que aparecía la imagen del ex Presidente, en circunstancias que la inclusión de la misma en dicho soporte podría ser interpretada como una falta de respeto, pues no resulta para nada difícil de comprender cuál es el mensaje que transmite el artista con la inclusión de rostros de políticos en contenedores de miasmas.
Pero más allá de la preocupación por la obra, que en ningún caso –aseguran fuentes de M100– tuvo siquiera un atisbo de censura, la inquietud recaería en la oportunidad política en que aparece la exposición, ya que la voluntad de Frei ha sido conservar el bajo perfil luego de hacerse público que uno de los hombres fuertes de su gobierno, Miguel Ángel Salazar Beltrán, entregó boletas de honorarios entre fines del año pasado y comienzo de este a Soquimich.
Arturo Duclós, La República, Platón (2015), impresión digital, 250 x 250 cm. Cortesía del artista.
«Es un gobierno encantador, donde nadie manda;
una mezcolanza singular, que habiendo encontrado el medio de establecer la igualdad,
así entre las cosas desiguales, como ante los iguales».
Esta frase, contenida en La República de Platón, fue la elegida por el artista visual Arturo Duclós para su obra homónima, en donde aparece la imagen de la Presidenta Bachelet estrechando la mano de don Francisco –una de las figuras emblemáticas de la farándula nacional– momentos antes de concederle la famosa entrevista en que la Presidenta revela en un programa de TV que haría un cambio de gabinete.
Esa obra forma parte de la sección «Profetas y Héroes», donde en el contexto internacional aparece también la imagen Osama Bin Laden y un póster inspirado en el original del Che Guevara, pero con George Bush Jr. caracterizado de cristiano radical. La obra pertenece al holandés Marc Bijl.
Muñoz de Marco, La detención de los Carlos (2015), óleo sobre tela, 90 x 70 cm. Cortesía del artista.
Como íconos del «activismo capitalista» figuran tres personajes del empresariado chileno.
De acuerdo a la lectura de Barragán, así como hay artistas que cruzan la política a través del activismo social, hay empresarios que llaman la atención de los artistas por su activismo capitalista.
Para ilustrar aquello, se expone un óleo en que el aparece Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín en el momento en que ambos son formalizados por el caso Penta. La otra obra es un retrato de gran tamaño de Horst Paulman. La pintura está elaborada a manera de rompecabezas en 40 cajas de supermercado. Ambas piezas corresponden a Muñoz de Marco.
Muñoz de Marco, Horst Paulmann (2013), acrílico sobre 40 cajas de cartón, 300 x 250 cm. Foto: Jorge Brantmayer. Cortesía del artista.
Este mismo artista es autor de otras dos obras polémicas, de fácil lectura por su carácter literal. En la primera de ellas, llamada «Gabinete», Muñoz de Marco retrata en gran formato al gabinete de Piñera, al lado del gabinete de Bachelet. En este última parte, el retrato de un ministro se descuelga de la obra, como que cae por su propio peso. Se trata del ex ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo.
Muñoz de Marco, Gabinete II (2015), políptico de óleo sobre acero. Cortesía del artista.
La otra obra es una olla profunda en cuyo fondo se observa el rosto del senador evangélico por la Región de Los Lagos. El raspado de la olla de Iván Moreira, se llama.
En opinión de Paco Barragán, las lecturas que hacen los artistas del momento político hablan de cuando los mensajes se minimizan al verse impulsados a responder a los mecanismos del espectáculo.
«El político tiene entonces la frasecita hecha, entonces muchas veces busca esa oportunidad para aparecer en la foto. Eso me parece sintomático, porque es muy cercano, y muy claro», confiesa.
Muñoz de Marco, Un raspado de olla para Iván Moreira (2015), óleo sobre aluminio, 80 cm diámetro. Cortesía del artista.
Por más que la incomodidad política pueda sentirse como una circunstancia molesta, lo cierto es que en esta exposición dichas manifestaciones no pueden cobrar mayor sentido.
Paco Barragán, curador de la muestra, explica –en términos genéricos– que, si alguien se siente ofendido, «se le recomienda ver la muestra». «Hay que verlo de manera positiva, porque el arte todavía tiene la capacidad de remover la sociedad. Yo creo que si tú eres un personaje político, una celebridad, no te puedes molestar, porque estás jugando en el campo de la política».
En esa área, y en la del espectáculo y la fama, es precisamente en donde juega la exposición «Política y celebridad», con la que las artes visuales se ponen la banda presidencial y se pasean por la alfombra roja de la política.
Bajo este nombre Barragán selecciona cinco exposiciones, algunas colectivas y otras individuales, que indagan en la política y en la celebridad, dos nociones que marcan el devenir del siglo XXI.
Historia, memoria, ideología, política y celebridad, son los conceptos que Barragán pone en juego para abrir un discurso en donde la política y los medios se mezclan en un todo indivisible.
«Hoy en día si no eres capaz de construirte un personaje mediático, no tienes nada que pintar en política. Tanto en los medios de masa como en los medios sociales», explica convincente Barragán. Ocurre que, visto bajo tal óptica –agrega el curador– «la política en si misma es espectáculo mediático».
«El político debe tener la visibilidad de una celebridad, de una estrella de rock para influir. Pero, por otro lado, cada día más las celebridades (estrellas de rock, pop, actores, actrices, artistas plásticos) juegan a la política en el sentido de defender ciertas causas sociales. Entonces vemos cómo ellos utilizan esa celebridad, esa credibilidad para hacer política», señala.
