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Científicos exploran últimos bosques “siempreverdes valdivianos” de Chiloé en monitoreo pionero CULTURA|CIENCIA

Científicos exploran últimos bosques “siempreverdes valdivianos” de Chiloé en monitoreo pionero

Lorenzo Palma Morales
Por : Lorenzo Palma Morales Periodista, Licenciado en Comunicación Social y Bachiller en Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Austral de Chile. Diplomado en Periodismo de Investigación de la Universidad de Chile y Magíster en Desarrollo Rural, becado por CONICYT (UACh), Diplomado en Escritura Creativa de No Ficción por la Universidad Alberto Hurtado. En el año 2018 fundó el medio de comunicación nacional y agencia de contenidos www.cienciaenchile.cl, del cual es su director.
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Se distinguen por su biodiversidad excepcional y su densa vegetación perenne, compuesta principalmente por especies nativas como coigües, ulmos y tepas.


En diciembre de 2023, se llevó a cabo con éxito la finalización de la última gran campaña del año del proyecto Fondecyt Regular N.º 1230960. Este importante proyecto, dirigido por Jan Bannister, investigador del Instituto Forestal (INFOR), se enfoca en el estudio de la restauración ecológica basada en evidencias en áreas impactadas por incendios forestales.

Jan Bannister, en colaboración con expertos de distintas disciplinas, lideró esta campaña para estudiar los últimos relictos de bosques Siempreverdes Valdivianos en buen estado de conservación en Chiloé, enfocándose en el monitoreo de su estructura, composición y funciones ecológicas. Este equipo incluyó a especialistas en botánica, liderados por Osvaldo Vidal de la Universidad de Magallanes (UMAG), expertos en hongos bajo la dirección de Rodrigo Morales y el estudiante de doctorado Víctor Levicoy, así como un equipo de diversidad de insectos.

El trabajo de terreno en Chiloé del proyecto Fondecyt Regular, titulado “Restaurando la funcionalidad de los bosques templados luego de incendios”, implicó dos semanas de monitoreo intensivo en bosques siempreverdes valdivianos en buen estado de conservación, aportando valiosa información para la restauración ecológica de estos ecosistemas.

Ecosistema único

Los bosques Siempreverdes Valdivianos de Chiloé representan un ecosistema único y fascinante, característico de la región templada de Chile. Estos bosques, ubicados en la Isla de Chiloé, se distinguen por su biodiversidad excepcional y su densa vegetación perenne, compuesta principalmente por especies nativas como coigües, ulmos y tepas. Los bosques adultos valdivianos son probablemente los bosques más amenazados del territorio Chiloense.

El desafío de encontrar remanentes de bosque valdiviano en buen estado de conservación era grande. A pesar de la falta de datos actualizados (los datos de superficie de bosque más actualizados son del 2013), el equipo perseveró. Antes de iniciar su trabajo de campo, los investigadores realizaron una extensa búsqueda de estos bosques remanentes, recurriendo a imágenes satelitales, a las redes sociales y colaborando con municipalidades y organizaciones de conservación.

A pesar de las dificultades, lograron identificar y trabajar en cinco sectores clave, Reserva Pindal en Isla Lemuy, Bosque en la Montaña en Nercón, Bosque Manao cerca de Chacao, Butalcura y San Pedro. En estos sitios, se estudió a fondo la estructura, la composición de especies y las funciones ecológicas de los bosques, prestando especial atención a la composición florística del sotobosque, fertilidad del suelo y las comunidades de hongos.

Pilar fundamental

El equipo destacó la importancia de estos bosques, no solo como reliquias del pasado, sino también como pilares fundamentales para futuros esfuerzos de restauración. Además, se realizó un estudio detallado sobre las comunidades de hongos y la flora, que ofreció perspectivas inéditas sobre estos ecosistemas.

“En Chiloé, existen principalmente dos tipos de bosques siempreverdes: los valdivianos y los nortepatagónicos. Los valdivianos, ubicados en los mejores sitios de la isla, con suelos trumao, ricos en cenizas, profundos y de buen drenaje, contrastan con los nortepatagónicos, situados en zonas con peor drenaje y en terrenos más elevados y delgados”, explicó el investigador INFOR.

Históricamente, los bosques Valdivianos han sido objeto de intensa deforestación, primero por los colonizadores españoles y el pueblo Williche, y más recientemente por la extracción de leña y la tala de Ulmo, una de las especies más emblemáticas del bosque Valdiviano. Como resultado, solo quedan algunos relictos de bosque adulto en valles y áreas de difícil acceso.

En estos cinco lugares donde trabajaron los científicos estudiaron en profundidad la estructura (tamaño de los árboles), la composición de especies y las funciones ecológicas de los bosques, incluyendo la regeneración natural, fertilidad del suelo, las comunidades de hongos presentes tanto en la madera muerta como en los árboles vivos, y realizaron un muestreo de flora para comprender mejor los rasgos funcionales de estos bosques y su adaptación a los disturbios ambientales, especialmente al fuego.

Asombro

“Nuestra primera impresión fue de asombro al acceder a bosques en los que se pueden abrazar árboles de Ulmo de casi dos metros de diámetro, junto a Coigües de dimensiones similares y alturas de 30 a 35 metros. Fue una experiencia maravillosa observar combinaciones de especies que ya no se ven en el paisaje cultural de Chiloé. Además, al adentrarnos en las especies del sotobosque de estos bosques maduros, descubrimos una increíble variedad de especies raras y fascinantes. Este estudio es probablemente uno de los primeros en investigar comunidades de hongos en este tipo de bosque, y los hallazgos han sido sorprendentes”, expresó Bannister.

En el siglo XX, se produjo una intensa extracción del Ulmo, una de las especies más representativas del bosque siempreverde valdiviano. Esta situación ha llevado a que estos bosques en estado inalterado estén prácticamente extintos, quedando únicamente ciertos rodales adultos en valles y en terrenos de difícil acceso que no fueron afectados por la tala.

Esta campaña en Chiloé ha sido una oportunidad única para estudiar los últimos bosques valdivianos prístinos de Chiloé, proporcionando datos valiosos para la conservación y restauración de estos ecosistemas clave, los cuales se encuentran en procesamiento y esperan publicarán los resultados durante el año 2024. Estos datos ayudarán a saber si las acciones de restauración en la región templada están simplemente plantando árboles, o están recuperando los bosques funcionales del futuro. La próxima parada serán los bosques de lenga en Torres del Paine.

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