A juicio del corredor de propiedades, Alejandro Jaime, uno de los sectores más perjudicados será el de los arriendos: «un propietario o corredor no va a tener cómo saber cómo es el comportamiento comercial de la persona interesada en arrendar, algo que funcionaba como una herramienta fundamental y resguardo para el arrendador», explicó.
La ley recientemente aprobada, y que acaba de entrar en vigencia para regular los abusos de Dicom, tiene una serie de puntos sobre la protección y el uso de los datos personales, que beneficiarán a varios millones de chilenos, entre ellos aproximadamente a 500 mil personas con deudas inferiores a $ 2.500.00 al 31 de diciembre de 2011, y cerca de 1 millón 200 mil individuos con deudas repactadas al monto a la fecha estipulada, quienes serán borrados del famoso registro comercial.
Sin embargo, hay otros sectores como el de los arrendatarios, que se podrían ver seriamente afectados por no poder obtener estos antecedentes comerciales, dijo a través de un comunicado el corredor de propiedades con 57 años de experiencia Alejandro Jaime.
A su juicio, la nueva ley traería diversos efectos colaterales, y el más grave estaría dado por el hecho que al no poder acceder a la base de datos «un propietario o corredor no va a tener cómo saber cómo es el comportamiento comercial de la persona interesada en arrendar, algo que funcionaba como una herramienta fundamental y resguardo para el arrendador», explicó.
En este sentido las únicas entidades que podrán tener acceso a los antecedentes serán las quienes otorgan créditos, como los bancos o casas comerciales.
Por este motivo, cree que los propietarios tendrán que ver la posibilidad «si la persona en forma personal puede pedir los antecedentes», señaló.
Según el experto, «esto sería una posible solución en la medida que sea posible hacerlo». De esta forma, la entrega voluntaria ayudaría a generar confianza en el dueño de la propiedad, y en caso «que la persona se negara a entregar el historial, por algo será», agregó.
«El propietario tendrá que correr un riesgo mayor, y ser muy exigente por otras vías en cuanto a la selección del arrendatario», señaló. No obstante, descartó que este efecto se pueda traducir en un alza en el valor de los arriendos, por el mayor riesgo implícito, algo que otros expertos si han previsto para los créditos.
«El arriendo mismo, el monto, no tiene por qué cambiar, eso tiene que ver con la demanda», concluyó.
