El mercado doméstico sí que ha conocido de estampidas de ejecutivos en el último tiempo. Cambios de propiedad, términos de un ciclo, temas coyunturales, entre otros factores, ha motivado la salida de las corredoras por parte de varios cracks de la Bolsa.
Y en el camino, a algunos los ha vuelto a unir el destino. Si antes competían, hoy es común verlos reunidos y tirar ideas para iniciar algún emprendimiento. Volver a los bancos y a un mundo bursátil casi congelado, no es una opción.
Un buen ejemplo de esto es la oficina de Ignacio Errázuriz, socio de EMF Inversiones. El ex Consorcio y CHG comparte oficinas con Francisco Ossa, ex Merrill Lynch; Ignacio Pérez, ex Santander y José Antonio Labbé, ex BTG (Celfín). Cuatro personajes conocidos en el mundo de la Bolsa que hoy aúnan fuerzas y que hace un par de años eran competencia.
En este caso, el factor que aglutinó el grupo fue Pérez. El ex Santander juntó en un almuerzo a Ignacio Errázuriz y Francisco Ossa, con quien armó Ureta & Bianchi, los presentó y este último optó por instalarse en 2013 en las oficinas de Candelaria Goyenechea con Vitacura.
Luego sería el turno del propio Pérez, quien, tras dejar Santander en diciembre pasado, tomó su mochila para instalar su oficina, no sin dejar de invitar al “Huaso” Labbé, que en marzo del año pasado dejó BTG pese a ser uno de los socios históricos de Celfin.
Hoy los cuatro comparten una mesa de dinero y tienen oficinas separadas. Y, según comentaban, están viendo qué hacer, pues es posible que se arme algo que podría hacer temblar de verdad a las corredoras. Quién sabe.
