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Se agudiza crisis Argentina: Cristina impone su versión del corralito y pone a Repsol-YPF contra las rejas


Un nuevo «corralito» entró en vigencia ayer en Argentina, luego que se aprobara la medida que restringe la extracción de moneda extranjera con tarjetas de débito a los argentinos que viajan al exterior, en el marco de las resoluciones dispuestas por el Gobierno para evitar la fuga de divisas.

Esto se veía venir después que el Gobierno decretara otras medidas arbitrarias para frenar la fuga de capitales, incluyendo obligar a exportadores e inversionistas a repatriar fondos en dólares, trabas y controles a las importaciones y una tan insólita como prohibir la importación de libros bajo pretextos medioambientales.

Pero ayer fue un día que pocos argentinos olvidarán: desde el 3 de abril se prohíbe a viajeros argentinos sacar dólares de cajeros automáticos en el exterior si no tienen cuenta de dólares en Argentina. La realidad es que ya hay un mercado paralelo para el dólar y algunos economistas creen que desde esta condición podría pasar a un mercado negro en sólo unos meses.

Hasta ayer los argentinos que viajaban al exterior podían sacar dólares u otra divisa con tarjetas en los cajeros automáticos del país con cargo a su cuenta bancaria en pesos argentinos. Hoy, para poder retirar fondos de un cajero afuera, deberán tener una cuenta en dólares en un banco del país o tener que viajar con efectivo, con un máximo permitido de US$ 10.000.

Esta medida se agrega a una serie de disposiciones que el Gobierno ha dictado desde octubre para restringir la compra de dólares y evitar así la fuga de divisas, adquisición de la moneda estadounidense que debe ser validada por el Fisco que tiene en cuenta la capacidad de compra demostrada por cada inversor.
Según datos del Banco Central de Argentina la salida de capitales del país ascendió a US$ 21.504 millones en 2011, un 88% más que en 2010.

Para los expertos estas medidas adoptadas por el Gobierno de Cristina Fernández son solo el reflejo de la impotencia y la desesperación del Ejecutivo por una economía que está desacelerándose rápidamente, donde la inflación es largamente superior a las cifras oficiales y en la que el mercado especula que el PIB no crecerá lo suficiente este año para pagar deuda ligada a los bonos con cupón de crecimiento que vencen en el 2013.

Los datos más recientes indican que la economía se contrajo un 0.4% en enero, la inversión creció un 8% en el cuarto trimestre de 2011 luego de crecer a un 20% en los primeros 9 meses de ese año, y que el consumo aumentó a un ritmo del 8.8% comparado con un 11.3% en los primeros tres trimestres del año. Es decir, con toda la riqueza y el potencial que tiene Argentina crecería menos que Chile, Venezuela, Brazil y México este 2012.

Y aunque la estimación oficial del gobierno es que la economía crecerá un 5.1% este año expertos consultados por Bloomberg sitúan el crecimiento levemente por sobre el 3%.

A todo esto se agrega otra polémica más reciente: la intención del actual gobierno de renacionalizar Repsol-YPF mediante el control de más de la mitad de las acciones de la empresa, proyecto de ley que estaría en etapa de elaboración.

Recientemente el Gobierno argentino conminó a los gobernadores a rescindir contratos con Repsol-YPF, lo que sucedió en varias localidades y lo que ha llevado a que el valor bursátil de la compañía siga descendiendo en Wall Street como lo viene haciendo desde enero. Es más, en el último mes le han sido retiradas a Repsol-YPF varias áreas de explotación con el pretexto de que la empresa no invertía lo suficiente en ellas.

El propio gobernador de Chubut anunció hace un par de días que pensaba retirar la concesión de Manantiales Behr, un yacimiento que concentra el 10% de la producción petrolera de todo el país.

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