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Opinión: Desafiando la matrix financiera de la banca chilena


Gonzalo Jiménez, Economista, y Director del Centro de Empresas Familiares de la UAI

Recientemente, la agencia de medición de riesgo Moody’s difundió un informe donde asegura que el sistema bancario chileno ofrece un panorama positivo y estable, el cual se mantendría durante los próximos meses, debido al buen estado por el que atraviesa la economía nacional. En este escenario optimista, donde Moody's estima que nuestra economía crecerá un 4,5 % en 2013 y que por cierto aplaudimos, no podemos olvidar las utilidades generadas por los distintos actores del sistema.

Estas vienen a confirmar la salud de la industria en general, aunque por primera vez en mucho tiempo los bancos tuvieron menos utilidades que el ejercicio anterior. Es que pese a este “panorama positivo y estable en el sistema bancario” que identifica Moody’s, han surgido nuevos competidores que han hecho que el mercado chileno esté saliendo de su matrix financiera.

A mediados del año pasado conocimos el caso de un emprendimiento que ofreció una plataforma de créditos bajo el sistema peer-to-peer, donde unos prestan dinero y otros lo solicitan con una serie de flexibilidades. En esta innovadora alternativa la empresa actúa como un market maker, es decir, como un intermediario que garantiza la transacción entre las partes, cobrando la mitad de las tasas de interés que ofrecen los bancos. Sin embargo, surgieron los cuestionamientos a la legitimidad del sistema, los que pudieran ser mejorables en términos formales, pero que hasta ahora no ha tenido la facilidad para operar en un mercado que se declara de libre competencia.

Con esto no queremos poner en tela de juicio la debida fiscalización que debe existir para custodiar la viabilidad del sistema financiero y lo más importante, su confiabilidad, pero sí debemos poner atención a no confundir este rol que compete a las autoridades, con la obstrucción a la entrada de nuevos operadores, y en particular a los emprendedores que se están atreviendo a salir del modelo con propuestas innovadoras en la industria financiera. Chile cambió y atrás quedaron los tiempos cuando era casi motivo de orgullo sacar de la cancha a un competidor extranjero con el viejo pretexto de que amenazaba a la industria nacional. Eso debe aplicar en todos los sectores de nuestra economía y espero con optimismo que los buenos augurios para el sector sean un buen aliciente para que el ímpetu emprendedor se siga atreviendo a desafiar la matrix financiera y a vitalizar ese mercado en beneficio de todos los chilenos.

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