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Fernando Coloma, el hombre del año


El golpe de Fernando Coloma a Julio Ponce apuntó al corazón del sistema

Los cargos de la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) contra el controlador de SQM y su círculo gatillaron un proceso que implica a directores, corredoras, auditoras y conocidos operadores del mercado.

Entre los nombres que más remecieron el mercado están los de la corredora LarrainVial y su presidente, León Vial.

El caso también salpicó al Presidente Sebastián Piñera y a instituciones como BanChile Inversiones, Consorcio, Tanner, connotados abogados, directores de empresas e inversionistas.

Después de años de investigación, Fernando Coloma es quien finalmente tiene a Julio Ponce Lerou, controlador de SQM y uno de los hombres de negocios más poderosos del mercado chileno, contra las cuerdas.

El superintendente de Valores y Seguros se inscribió en los anales de la entidad al presentar cargos contra Ponce Lerou y su círculo más cercano por presuntas violaciones a la Ley de Mercado de Valores y a la Ley de Sociedades Anónimas.

Hace al menos cinco años que algunos de sus antecesores venían investigando al empresario por diversos casos sin lograr avances. Coloma demoró menos de dos años. Su investigación se gatilló a pedido del gestor de fondos Moneda Asset y las AFP, y se concentró en operaciones de Ponce con las cascadas –principalmente en transacciones con los títulos Calichera A, Oro Blanco y SQM– entre 2009 y 2011, las cuales, según los denunciantes generaron millonarias pérdidas para los accionistas minoritarios de las cascadas y ganancias del mismo rango para Ponce.

La Superintendencia concluye que las operaciones habrían afectado el correcto funcionamiento del mercado de valores, la confianza del público inversor y la transparencia del sistema.

Pero ya antes de que se lanzara contra Ponce, el titular de la SVS se había ganado su reputación como el "Sheriff" de la bolsa y el respeto del mercado.

Fernando Coloma es más conocido como hermano del senador UDI, ni siquiera como investigador experto en mercado laboral. Ha sido una revelación. Tiene entre sus mayores admiradoras a las AFP, a sus afiliados como foco de resguardo y protección, y al resto del mercado atento, porque sabe que está en la mira.

En su mandato Coloma Correa sacudió, al igual que un terremoto, a todos los agentes del mercado: corredoras de bolsa, auditoras, clasificadoras de riesgo, aseguradoras y empresarios inexpugnables, como Julio Ponce Lerou.

El que prometía ser el mayor aumento de capital en la historia terminó con el directorio de Enersis cuestionado y aceptando, contra su opinión (excepto el representante de las AFP), que se trata de una operación entre partes relacionadas.

Endesa España, que a través de su presidente, Borja Prado, había sido categórico en que la valorización era inamovible, dio marcha atrás en el tono. Días más tarde, el director general de Estrategia y Desarrollo del grupo español, Héctor López, daba señales de estar abierto a flexibilizar la valorización que se realizó de los activos que tiene en la región y que aportará a la filial chilena. Ese cambio, opina un ex titular de las SVS, no hubiera ocurrido si Coloma y su equipo no hubiesen reaccionado tan enérgicamente y con tanta rapidez.

Como escribió Ximena Pérez en este medio hace un tiempo, Coloma es poco conocido –excepto por ser hermano de Juan Antonio, el senador y ex presidente de la UDI–; con un apacible pasado de profesor del Instituto de Economía de la Universidad Católica, su único rol público fue la presidencia del Consejo Ejecutivo de Canal 13, al que renunció en apoyo a Eliana Rozas, la directora ejecutiva de Canal 13 que se la jugó por la calidad de contenidos y chocó con el criterio de bajar costos de Sergio Cavagnaro.

Ha pedido información como si recién se hubiese creado el mercado de capitales. A las corredoras de bolsa les exigió –en una medida inédita– desglosar su cartera de acciones de La Polar, separando las que poseen por cuenta propia y las que pertenecen a terceros. Después del fraude, las corredoras terminaron como las mayores accionistas de la multitienda, con un 48%, sin que se supiera con exactitud quiénes son los dueños finales de esos papeles.

Muy pocos, fuera del mundo académico, tenían noción de su trabajo como investigador experto en Economía del trabajo y autor de más de una veintena de estudios sobre seguro de cesantía, negociación colectiva y huelga o efectos de indemnización por años de servicio y otros tantos.

En los círculos políticos y más informados se sabía que este ingeniero comercial de la UC y master en Economía de Chicago era candidato casi seguro a ser ministro del Trabajo, porque estuvo a cargo del área de Mercado Laboral en los grupos Tantauco. Cuando supo que no llenaría la vacante, sufrió una decepción profunda de la que fueron testigos sus amigos y familia.

Puso el ojo en un área que depende de la Superintendencia y relegada a un segundo plano: los seguros. Ante las nuevas exigencias impuestas por el organismo, en un año las compañías liquidaron el 99% de las pólizas de viviendas. Y en pro de la competencia y beneficio de los clientes, dictó, junto a la Superintendencia de Bancos, la norma que obliga a licitar los seguros desgravamen e incendios asociados a los créditos hipotecarios.

Ajeno a la política, pertenece a una familia de raigambre conservadora: su abuelo Juan Antonio Coloma fue senador por el Partido Conservador; su padre, militante del Partido Nacional; su hermano mayor es UDI. A él se lo sitúa en la derecha, y a sus otros tres hermanos –Pablo (ingeniero civil), Rodrigo (abogado) e Ignacio (veterinario)– como concertacionistas, aunque al último se lo pelean de un lado y otro. Pablo Coloma, PPD en los inicios del partido, fue director del Fosis y encargado de asistencia financiera en el gobierno de Bachelet.

Todos ignacianos, el superintendente mantuvo la tradición y, de sus ocho hijos, los hombres estudian en el colegio jesuita, y las mujeres –siguiendo la formación de su señora, supernumeraria del Opus Dei– en establecimientos de la orden.

Podrá estar ocupado preparando oficios y estudiando nuevas normas de la Agenda Regulatoria Pro Transparencia, pero hay una cosa que no dejará de hacer: leer la página de hípica.

Los Coloma Correa son fanáticos hasta la exageración de las carreras de caballos. Herencia de su padre, dueño del Haras San Patricio en su campo en El Monte, quienes los conocen dicen que se saben los nombres y el árbol genealógico de los ganadores del Ensayo, del Derby de Kentucky o de cualquier competencia importante. En la playa los hijos del superintendente escuchan radio debajo del quitasol cuando se corren carreras.

La autoridad se lanzó en una cruzada reguladora en buena parte por La Polar, el mayor escándalo ocurrido en Chile y que puso en jaque la confianza pública. Ocho meses de investigación concluyeron con 22 ejecutivos y directores multados, además de PwC y uno de sus socios.

Aunque la multa para la auditora fue consideraba baja dado su laxo desempeño y para muchos debió cerrar su operación en Chile, Coloma le hincó el diente al sector y creó una unidad especializada de supervisión de auditoría externa. Y otra para supervisar a las clasificadoras de riesgo. Fitch Ratings y Feller Rate fueron las últimas en ser multadas por falta de cuidado al usar información no corroborada y cuya coherencia no fue debidamente analizada.

De gran importancia es considerar cómo la SVS, la Superintendencia de Bancos y la de Pensiones supervisarán desde sus propios ángulos los llamados “conglomerados financieros”, grandes tiendas, supermercados y los holdings de los que cuelguen corredoras, agencias de valores y otros servicios, para evitar cualquier riesgo que afecte al mercado. Aquí se incluye conocer quiénes son los controladores que están por encima y cuya información –de deuda, por ejemplo– no es posible conocer hasta ahora.

Ha hecho mucho más de lo que se esperaba para cualquier superintendente de Valores con su estilo aplicado –fue el mejor alumno de Ingeniería Comercial de la UC–, cuyo nombre fue propuesto por Felipe Larraín, el ministro de Hacienda y colega de trabajo en la UC. Lo más importante es que, más allá del resultado de su investigación, Coloma ha sido agresivo en intentar restaurar la fe pública, y el caso Cascadas representará un antes y un después para la forma de operar la transparencia del mercado financiero chileno.

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