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Las últimas opciones que se barajan en la Reforma Tributaria para el FUT


El nerviosismo cundió ayer en la tarde. A los especialistas tributarios se les multiplicaron los llamados durante el día, preguntándoles sobre el proyecto de ley que se envía al Congreso el lunes 31 de marzo. Poco y nada podían adelantar, porque la Reforma Tributaria la manejan bajo reserva entre el Ministerio de Hacienda y el Servicio de Impuestos Internos.

Sin embargo, a lo largo del día se fueron conociendo algunos datos. Se dice que una de las fórmulas que ha ido ganando terreno para “eliminar el FUT sin eliminarlo” es aumentar el Impuesto de Primera Categoría de 20% a 25% y cobrar un impuesto de retención por 10% adicional. De esta forma, la empresa pagaría una tributación efectiva de 35%.

Economistas que conocen detalles del proyecto dicen que esta es efectivamente una de las opciones que se discuten, aunque advierten que los números podrían cambiar.

Esta medida se complementaría con una disminución de la tasa marginal máxima del impuesto a las personas, o Global Complementario, desde 40% a 35%. En este tramo se encuentran 28.211 contribuyentes en Chile (0,32%) de un total de 8,9 millones.

Con esto, el Fondo de Utilidades Tributables (FUT), que es un registro de las utilidades que las empresas han retenido a lo largo del tiempo con la tasa de impuesto correspondiente al año en que se generaron, deja de ser relevante.

¿Por qué? Porque las utilidades ya sean retiradas o retenidas, habrán tributado por la totalidad del impuesto personal de los dueños. En el régimen actual, las empresas pagan 20% y las personas de altos ingresos pagan 35%, por lo tanto, existe un incentivo para que este grupo mantenga las utilidades dentro de las sociedades, porque cuando las retiran deben cancelar la diferencia. Con esta nueva fórmula, en que se igualan ambas tasas, son las empresas las que pagan todo el impuesto. En caso de que lo dueños tengan tasas menores a 35%, ellos tendrían derecho a solicitar una devolución si es que corresponde, aplicando el principio de base devengada (o incluso de retiro, pues la distinción ya no es tan relevante). 

Fuentes más oficiales argumentan que desaparecerían así los incentivos a “esconderse” tras un holding o una estructura más sofisticada, pues todos los impuestos personales que podrían llegar a pagarse ya fueron cancelados por la empresa.

La fórmula es muy parecida a la que existía hasta 1984 en el sistema tributario chileno, con la diferencia de que en esa ápoca sólo regía para las sociedades anónimas y ahora abarcaría a las limitadas también.

Si bien el diseño descrito es bastante grueso, se señala que un aspecto positivo de esta ecuación es que no se genera un problema de liquidez a los contribuyentes, puesto que ahora el mayor impuesto queda radicado en la empresa, o sea, en el primer nivel. Sin embargo, con ello se elimina el incentivo a mantener el capital en la empresa con el objeto de realizar nuevas inversiones, porque, como todos los impuestos ya están pagados, los dueños podrían optar por sacar el dinero de la sociedad. También se argumenta que esta es una idea que estimula el endeudamiento de las compañías que cuentan con acceso al financiamiento, cosa que no ocurre con las Pymes, que lo tienen más restringido.

Un factor relevante es que se estaría duplicando la carga tributaria corporativa de 17% a 35% en una década, lo que es un duro golpe a la caja de las compañías.

En las próximas 72 horas se seguirán barajando opciones, porque el análisis no está concluido. Se supone que todavía pueden haber varios cambios hasta último minuto. En todo caso, la presidenta Michelle Bachelet anunciaría el proyecto de ley a través de cadena nacional de radio y televisión el lunes, para ingresarlo al Congreso el lunes 31. Cuando eso suceda, se sostiene que también hay que poner atención a otros aspectos poco tocados hasta ahora. Por ejemplo, los impuestos verdes que “apuntan a qué tipo de país se quiere”, los incentivos a las Pymes y las deducciones que se eliminarán, afirma una fuente.

La atención más inmediata estará centrada en el encuentro de Icare que se realizará hoy en la mañana, donde expondrán el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, y después el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, sobre las perspectivas económicas y los principales lineamientos políticos del gobierno de la Nueva Mayoría. El ambiente estará, sin duda, cargado de nerviosismo y habrá que ver cómo manejan los ministros las expectativas del auditorio.

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