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Banco Central ve desaceleración de Chile transitoria y recuperación en 2015


El Banco Central prevé un repunte del crecimiento de la economía chilena desde fines de este año y asentado en 2015, que tras varios años de expansión camina hoy más lento, pero sin grandes riesgos que amenacen la estabilidad que ha sido su "marca país" por décadas.

"Esperábamos una desaceleración de la economía, pero ha sido más fuerte de lo previsto", señaló en entrevista con Efe el presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara.

Las cifras no dejan dudas: tras crecer en promedio un 5,8 % entre 2010 y 2012, en 2013 la economía chilena sólo avanzó un 4,1 %.

En 2014 el panorama no es mejor, y el emisor ha recortado la previsión de crecimiento a un rango de entre 2,5 a 3,5 %, más cercano a la expansión de sólo un 2,6 % anotada en el primer trimestre.

A ello se agrega una inflación superior al 4 % interanual, tasa inusualmente alta en un país donde no hay recuerdo de alzas de precios superiores a un dígito, ocasionada esencialmente por una depreciación del 15 % de la moneda local y la caída del precio del cobre.

No obstante, el Banco Central, que desde 1989 es autónomo de los gobiernos, aquilata los datos con celo pero sin gran inquietud.

"En Chile hemos tenido una desaceleración importante, que parte del cuarto trimestre del año pasado, cuando la economía creció sólo un 2,7 %", reconoce Vergara.

En esa desaceleración, precisa, el componente más afectado ha sido la inversión, que completa tres trimestres de debilidad y que este año caería en torno al 1 %.

A ello se ha sumado en el último trimestre una desaceleración del consumo.

Esos factores, más el riesgo que supone la desaceleración de China, el principal socio comercial de Chile, terminan por dibujar un panorama más sombrío para los próximos meses, pero que cedería en 2015.

Un panorama externo más estable, básicamente por la recuperación de Estados Unidos, ha despejado gran parte de los nubarrones que se posaron sobre la economía mundial desde la crisis de 2008.

Ello beneficia al mundo desarrollado, pero afecta a los países latinoamericanos, que habían sido un refugio para los capitales que huyeron del primer mundo y que ahora han vuelto a emigrar.

También terminó el súper ciclo de precios de las materias primas que, en el caso de Chile, mantuvo el precio del cobre en niveles históricos.

Ello, según Vergara, es un componente importante de la menor inversión: "Tuvimos un ciclo de inversión minera muy fuerte en 2007 y 2008, pero luego se empezaron a producir aplazamientos de proyectos", indicó.

"También ha habido inversiones importantes en el sector eléctrico que se han postergado, por temas de regulación, ambientales, o problemas con las comunidades involucradas", añadió.

Pero esos elementos, al igual que la disminución del consumo, serían procesos relativamente transitorios.

"Creemos que deberíamos tener algo de recuperación en la segunda parte del año y, sobre todo, en el último trimestre", precisa Vergara.

"Hemos hecho una política monetaria más expansiva, con bajas en las tasas de interés, que han provocado una rebaja sustancial en la financiación de corto y largo plazo, lo que es un estímulo para la economía, aseveró.

También la depreciación del peso, que ha empujado la inflación, tendría una cara más amable, en un aliento a las exportaciones no tradicionales.

"Vemos esta depreciación como algo positivo, en el sentido de que después de un ciclo de fuerte expansión de la demanda interna creemos necesaria ahora una expansión de la demanda externa, es decir de las exportaciones", indicó.

Un terreno con menos certezas para el Banco Central son las "expectativas", particularmente del sector empresarial, que según algunos analistas y la oposición política, se han visto afectadas negativamente por las reformas que impulsa el Gobierno de Michelle Bachelet.

"Siempre puede haber una situación de incertidumbre que puede traducirse en una postergación de proyectos, pero no tenemos evidencia concreta", asevera Vergara.

Sobre lo que sí hay una mayor claridad es que la inflación debería retornar a un 3 % a mediados de 2015, lo que permitiría al emisor mantener una política monetaria expansiva.

"Las expectativas de inflación están absolutamente ancladas a las metas del Banco Central, tanto así que el sesgo de nuestra política monetaria sigue siendo expansivo. No se ha considerado necesaria otra baja de tasas, pero estamos atentos a las condiciones y, eventualmente puede haber otro recorte en los tipos de interés", dijo.

Sobre la recuperación de la economía los fundamentos también son más concretos: "ciertamente en 2015 vemos un crecimiento mayor que este año. No vemos razones significativas para ver que eso vaya a ser distinto", aseguró.

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