Publicidad

Fondo E de las AFP dispara su relevancia y concentra casi 15% de los activos

Héctor Cárcamo
Por : Héctor Cárcamo Periodista El Mostrador Mercados
Ver Más


Paradoja. A fines de 2008, cuando la crisis subrime había desplomado los ahorros de los afiliados al sistema de pensiones y, en el caso de los que tenían su dinero en el Fondo A, el más riesgoso, habían perdido el 40% de ellos, el fondo más conservador, hacia donde miles corrieron a refugiarse, bordeó apenas el 10% de participación en la torta de activos que administran las AFP.

En el último año, calculado al cierre de enero de 2015, en que el Fondo A se lleva los honores en rentabilidad comparado con los otros multifondos, el valor de sus activos administrados creció un 14,9%, la cifra más baja del sistema.

Por contrapartida, el Fondo E –que fue usado como refugio por muchos afiliados que desde, fines de 2008, le tienen terror a lo que pase en los mercados internacionales–, que estuvo al final de la fila de rentabilidad del sistema, cerró los últimos doce meses duplicando la expansión del valor de los fondos que administra.

Así, el Fondo A –que puede invertir 4 de 5 pesos en acciones– logró una rentabilidad real de 14,26% en el último año y de 7,42% promedio anual en los últimos tres. Pese a ello, no sólo no ha subido su participación en el total de fondos gestionados por las AFP, sino que ha reducido su importancia, cayendo de 18,9% hace tres años a 16,1% al cierre de último mes.

En la vereda contraria, el escenario es distinto. A enero de este año, el Fondo E –el más conservador del sistema y que sólo puede invertir hasta 5% en acciones– gestionaba US$ 23.500 millones, los que representaron un 14,4% del total de sistema de pensiones.

Esta es una cifra récord para el Fondo E desde que existen los cinco multifondos creados en septiembre de 2002. No sólo eso, en el último año los dineros incluidos en el Fondo E aumentaron un 29,8%, pese a que su rentabilidad fue de 6,59%, mientras el Fondo A, que retornó 14,26%, sólo tuvo un incremento de 14,9% en los recursos que gestiona.

La explicación no está en una preferencia histórica ni ocasional de los afiliados, pese a que el E –a diferencia de los otros multifondos– no tiene asignación por defecto, es decir, sólo se puede llegar a él por decisión propia.

Las causas están en el envejecimiento de la población, que está forzando a que los afiliados traspasen sus dineros al Fondo E, en la medida en que se acercan a su edad de jubilación y comienza a pensar en cuidar sus recursos, evitando alguna catástrofe en los mercados, más que en hacerlos crecer. Hasta septiembre de 2014, según datos de la Asociación de AFP, casi 500 mil afiliados habían llevado sus recursos al Fondo E.

Como consecuencia de esto, el Fondo más conservador del sistema está recibiendo recursos de personas que tienen altos montos acumulados en su cuenta individual, lo que impulsa la relevancia en la gestión de dicho multifondo.

El sueño americano

A fines de 2007 un 12% de los fondos de pensiones estaban invertidos en Norteamérica, lo que en la práctica siempre significa que se hace referencia a Estados Unidos.

La caída de Lehman Brothers en octubre de 2008, provocando el desplome de las bolsas, aniquiló una parte de los dineros ahorrados por los trabajadores de Chile. El impacto es en parte por la caída de 33% de Wall Street durante ese año y porque durante 2008 las AFP siguieron elevando la exposición a las acciones de empresas listadas en la bolsa del país del norte, llegando a representar al cierre de 2008 un 28%, lo que hizo aún más duro el efecto del año negro.

Las buenas perspectivas que se ven para la economía estadounidense han llevado a que las gestoras privadas estén focalizando su apuesta con firmeza en Estados Unidos y que hoy el 35,6% de los dineros de los afiliados chilenos esté focalizado en Norteamerica, con la nación liderada por Barack Obama como puntal, triplicando la exposición que había antes de que se iniciara el fatídico 2008.

El gerente de estudios de la Asociación de AFP, Roberto Fuentes, defiende la estrategia y asegura que el sistema financiero estadounidense aprendió la lección y permite tener más confianza.

“Después de ese período las autoridades norteamericanas tomaron medidas para reducir riesgos. Hubo problemas con operaciones de derivados y se hizo una ley para tener mejor monitoreo de esas operaciones. Ha habido sanciones a clasificadoras de riesgo, auditoras, fondos de inversiones vinculados a créditos hipotecarios, etc. Entonces, hubo una reacción fuerte de autoridades americanas para controlar los vacíos y las irregularidades que se cometieron”, detalla.

Además, explica que las inversiones tienen que estar en mercados que prometen un mejor desempeño, rentabilidad y tasas de crecimiento, “y uno de los pocos mercados de desarrollados que promete buen desempeño hoy es el norteamericano”.

“Los fondos tienen gestión activa de inversiones; eso ha permitido ir capeando e ir moviendo las inversiones de tal forma de sacarle la mejor rentabilidad de mediano y largo plazo. Esa estrategia ha sido reconocida por organismos como la OCDE. Además, aunque el tamaño de los fondos parece gigantesco en Chile, para las dimensiones del sistema financiero afuera es pequeño y puede tener movilidad importante en los mercados internacionales. Los fondos de pensiones pueden cambiar su exposición en forma relativamente rápida”, agrega el profesional.

Junto con ello, indica que, al dimensionar el tamaño del sistema financiero y la economía de Estados Unidos, confirman que esa exposición está alineada con la importancia de dicha economía y su sistema financiero.

Por contrapartida, las inversiones de las AFP en mercados emergentes o subdesarrollados siguen a la baja. A enero pasado este grupo de mercados concentraba sólo el 30% de las inversiones en el extranjero de los fondos de pensiones, cifra casi inversamente proporcional a lo que tenía hace siete años, cuando representaba un 56%.

Publicidad

Tendencias