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Los clientes de Goldman asumen la carta del directivo rebelde


Los clientes de Goldman Sachs leyeron detenidamente el artículo del periódico que aseguraba que el banco les consideraba “marionetas”, pero parece que pocos han cambiado su buena opinión sobre el banco.

Greg Smith, un banquero londinense especializado en derivados, denunciaba en The New York Times que sus colegas siempre estaban buscando formas de obtener beneficios de sus clientes y lo mencionaba como razón de su salida de Goldman. «Me pone enfermo cómo la gente habla cruelmente de estafar a sus clientes”, escribía.

Varios clientes y rivales del banco, como la aseguradora monoline estadounidense ACA Financial Guaranty o el hedge fund australino Basis Capital, han denunciado a la entidad desde el estallido de la crisis por los daños causados por los productos hipotecarios estructurados ofrecidos por Goldman. Sin embargo, aparte de los casos que han terminado en los tribunales, una de las respuestas comunes entre los clientes fue que habría sido de ingenuos pensar que alguien en Wall Street no operaba únicamente en su propio interés, y que Goldman sólo es el más inteligente y profesional del grupo.

“Son muy agresivos y es mejor no darles la espalda”, advierte un alto ejecutivo de una gran empresa industrial europea, que aseguró no sentirse disuadido por los problemas de imagen de Goldman. “También son muy competentes. Como en cualquier otro sitio: un alto riesgo equivale a una alta rentabilidad. Si trabajas con Goldman, siempre debes tener esto presente y no puedes quejarte de que los que se sientan al otro lado de la mesa sean más inteligentes que tú”. Los inversores también describieron la confusión existente entre quienes son clientes habituales del banco, cuyos intereses deben estar por encima de cualquier otra consideración, y un inversor o competidor que simplemente trabaja con el banco, al formar éste parte de un mercado competitivo.

Los clientes minoristas, relativamente pocos en el caso de Goldman, deben recibir un trato exquisito por parte de todos los bancos. Las reformas, a raíz de la investigación del fiscal de Nueva York Eliot Spitzer sobre los abusos de los bancos de inversión durante la burbuja tecnológica se han centrado en el trato justo de los inversores minoristas. En el nivel inmediatamente superior están los clientes del banco de inversión, que reciben asesoramiento del banco sobre fusiones y adquisiciones o pagan por otro tipo de servicios, como la ejecución de una operación.

En la última década, ha habido un cambio de cultura en Wall Street, que refleja la importancia cada vez mayor de las operaciones que proporcionan beneficios a las entidades frente a las actividades tradicionales de banca de inversión.  “Cuando surge algo así, el cliente tiene la responsabilidad de investigar sus acuerdos con el individuo o la compañía para asegurarse que está recibiendo el servicio que espera”, explica un alto ejecutivo de un banco más pequeño.

Un ejecutivo que trabaja en Goldman desde hace bastante tiempo ha puesto en duda la descripción que hace Smith del banco, asegurando que “el lugar que describe no es el lugar donde trabajo”. En su opinión, aunque los operadores no siempre están de parte del cliente, muchos banqueros “sudan tinta por sus clientes”.

Algunos banqueros de Goldman dicen que los clientes se están tomando el asunto sin dramatismo: «Un cliente me llamó haciéndose pasar por la Señorita Peggy (uno de los protagonistas de la serie The Muppets, que es como Smith decía que algunos ejecutivos llamaban a los clientes)».

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