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¿Se desliza Siria hacia una guerra civil?

Washington y Londres dicen que no armarán a los rebeldes, pero están pensando en otras formas para ayudarles. Eso podría incluir darles asesoramiento y enviarles suministros, quizás como chalecos antibalas. ¿Si ayudan a los rebeldes, contribuirán a crear una guerra civil o, peor aún, una guerra civil sectaria? ¿Si no lo hacen, cómo pueden detenerse las muertes en Homs y otros sitios?


Un día después de aprobarse por abrumadora mayoría en la Asamblea General de Naciones Unidas una moción que pide la salida del presidente Assad, las fuerzas oficiales sirias lanzaron una nueva ofensiva contra bastiones de la oposición.

Mientras activistas denunciaban los bombardeos, Assad esperaba la llegada de un alto funcionario de China, uno de los países que sigue apoyando al gobierno de Damasco y que se opuso a la condena de la ONU.

Sin embargo, más allá de las maniobras diplomáticas, sobre el terreno hay cada vez más evidencias de que el país pudiera estar descendiendo hacia una guerra civil.

El corresponsal de la BBC Paul Woods pasó varios días en la zona de Baba Amr de Homs, uno de los lugares con mayor presencia opositora en el centro del país y que ha sido blanco de incesantes ataques por parte de las tropas del gobierno. Esta es su crónica.

Las zonas sunitas de Homs como Bab Amrs apoyan, en su gran mayoría, la causa de los insurgentes y son blanco de los bombardeos desde las áreas alauitas y cristianas, que apoyan al régimen.

Hay sunitas en las fuerzas de seguridad y, por el otro lado, cristianos y alauitas unidos a la revolución. Sin embargo, aunque no se puede decir que el conflicto es totalmente sectario, hay cada vez más presión para que lo sea.

Youssef Hannar fue prisionero del Ejército de Libre Sirio, los combatientes rebeldes que desertaron de las fuerzas del gobierno.

Se encontraba sobre un colchón con un muslo vendado en un sótano de una casa cercana a la localidad de Qusayr, a cerca de 40 kilómetros de Homs.

“La ley y el orden”, respondió quejándose de su herida cuando le pregunté cuál era su trabajo.

Uno de sus captores reaccionó airadamente. “No, tu eres un mukhabarat (policía secreta). Diles que eres un mukhabarat”.

Hannar, de 45 años, era un cabo, no precisamente alguien de rango importante. Los rebeldes señalaron que se lo habían llevado, porque su familia había puesto un puesto propio de control en Qusayr, hostigando a la gente.

Youssef era cristiano. Después de haber sido capturado, sus parientes secuestraron a seis sunitas, matando a uno de ellos. En venganza, otros 20 cristianos fueron plagiados.

“Algunos exaltados han estado secuestrando cristianos”, me dijo uno de los comandantes del Ejército Libre Sirio. “Tenemos que apaciguar esta situación”.

Después de varios días, todo el mundo fue dejado en libertad, incluyendo al cabo Yousseff. Esto se hizo como parte de un trato para él y su familia que los obligaba a abandonar Qusayr de manera permanente.

Ataque frustrado

Hablando en pasado, uno de los residentes cristianos me dijo que Qusayr aún tenía cristianos que apoyaban el levantamiento.

Cerca de una docena asistieron a la protesta del viernes pasado. En solidaridad con ellos, la manifestación se separó cuando alguien al frente tomó un micrófono y comenzó a gritar consignas islamistas.

Todo el mundo sintió que faltó poco para que el pueblo cayera en un grave baño de sangre sectario esa semana.

¿Es ese el futuro para Siria? Mucho dependerá del carácter del Ejército Libre Sirio

Todos los combatientes que encontré eran sunitas. Quizás eso no importe.

El comandante cerca de Qusayr me dijo que todos estaban combatiendo por todas las religiones y sectas sirias: cristanos, musulmanes, alauitas, sunita, drusos, chiítas.

“Estamos viviendo la libertad por primera vez”, señaló Maj Ahmad Yaya.

Sin embargo, sus próximos no dejaron dudas de que, para muchos, esta es una lucha religiosa —e islamista— contra el régimen Baath.

“Por primera vez”, agregó, “podemos proclamar la palabra de Dios en esta tierra”.

La doctrina oficial del Ejército Libre Sirio es que su objetivo es proteger a manifestantes desarmados. En la práctica, está involucrado en una guerra de guerrillas.

Seguimos al grupo de combatientes de Maj Yaya cuando atacaron una base del ejército cerca de la localidad. Uno de ellos dijo que su hermano estaba de servicio con el ejército en la zona.

“¿Y si él está en la base? ¿si resulta muerto?”, le pregunté.

“Me siento muy amargado por mi hermano, pero lo que le suceda está en las manos de Dios. Que Dios lo ayude”.

Inevitablemente, fracasaron. Después de una hora de bombardeos sobre la base tuvieron que escaparse cuando las tropas del gobierno comenzaron a utilizar armas, dejando caer morteros sobre la colina.

Ejecuciones de “fantasmas”

El Ejército de Liberación Sirio se ve cada vez más envuelto en una guerra de guerrillas.

El Ejército de Liberación Sirio se ve cada vez más envuelto en una guerra de guerrillas.

Posteriormente, los combatientes del Ejército Libre Sirio mostraron un video que filmaron en diciembre.

Emboscaron un convoy de vehículos armados. Ocho miembros de la fuerzas de seguridad resultaron muertos, 11 capturados. El video mostró a los prisioneros con uniformes de camuflaje, alineados contra la pared.

Uno de los hombres miró la cámara petrificado. El hombre que tomó las imágenes dijo que a pesar de sus uniformes, sus tarjetas de identidad mostraron que eran integrantes de la Shabiha (o fantasmas), la odiada fuerza paramilitar del gobierno.

“Los matamos”, me dijo. “Los ejecutamos. Esta es la política para los Shabiha”.

Luego agregó que eran Shabiha. El único que escapó era alauita.

Un oficial me confirmó que los Shabiha fueron “ejecutados” después de un juicio militar a cargo del Ejército de Libre Sirio.

Para explicarlo, me mostró un video tomado de un teléfono móvil de uno de los Shabiha capturados. Los prisioneros estaban boca abajo con las manos atadas. Uno a uno, fueron decapitados.

Un hombre blandiendo un cuchillo le dijo burlonamente al primero: “Esto es por la libertad”.

A medida que le abría la garganta seguía: “Estos es por nuestro mártires y esto es por colaborar con Israel”.

Dilema occidental

Homs ha sido escenario de constantes bombardeos a cargo de las fuerzas oficiales.

Homs ha sido escenario de constantes bombardeos a cargo de las fuerzas oficiales.

Después de que salimos de Homs, hubo informes de activistas de derechos humanos de que los Shabiha fueron casa por casa asesinando a tres familias, hombres, mujeres y niños.

Para la mayoría de los combatientes rebeldes, “ejecutar” a los Shabiha es simplemente justo.

Tales actos le darán a los gobiernos occidentales qué pensar en cuanto al aumento o al tipo de la ayuda que piensan brindar

Washington y Londres dicen que no armarán a los rebeldes, pero están pensando en otras formas para ayudarles. Eso podría incluir darles asesoramiento y enviarles suministros, quizás como chalecos antibalas.

¿Si ayudan a los rebeldes, contribuirán a crear una guerra civil o, peor aún, una guerra civil sectaria? ¿Si no lo hacen, cómo pueden detenerse las muertes en Homs y otros sitios?

Entre más persista la situación, más cadáveres se amontonarán y mayor será el deseo de venganza en ambas partes. La guerra civil no es inevitable. No obstante, el Homs de hoy puede ser la Siria de mañana.

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