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Fugas sauditas


En honor a la verdad, fue un viejo combatiente del periodismo investigativo en Chile, Rodrigo Rivas, quien hace ya varios meses me habló de la pista saudita del conflicto Bush vs. resto del mundo. Bien, para no seguir la fineza nominal de nuestros medios que hablan de «fuga de capitales» saudíes de Estados Unidos hacia destinos desconocidos, usemos las agradecidas expresiones que utilizan los medios europeos para referirse al retiro de mas o menos US$ 200.000.000.000 -es decir, doscientos mil millones de dólares- de los bancos y fondos de inversión estadounidenses de propiedad de ciudadanos del reino árabe.



Los optimistas de la recuperación que se den la tarea de sumar esta cifra a los 270 mil millones de dólares que se han esfumado tras la caída de Enron, Qwest y todas los demás, y se darán cuenta que así se explican mejor las razones de la caída bursátil de los últimos meses. Claro, para no parecer catastrofistas no sumemos los 170 mil millones de dólares de la deuda brasileña, que acaba de crecer en 30 mil millones de la misma moneda, ni tampoco la de Argentina, que suma 150 mil millones de dólares y que para fortuna de los mismos argentinos, no crece porque nadie le presta un mango.



Volviendo al argumento del reino de los Al Saud, si éstos se encuentran ya en la lista no-pública de los personajes «de cuidado» ¿que razón tienen para sentirse seguros los emires del Golfo, el Presidente de Siria, el de Egipto, el de El Líbano, el rey de Jordania? Del satánico Saddam Hussein se pasó sin asco al flagelado Arafat, y cualquiera que diga «pío» corre el riesgo de ser puesto en las listas de Al Qaeda, sin apelación.



Ya se «descubrió» aquí cerca, en Colombia, que unos muertos del año pasado podrían haber sido asesinados por la guerrilla de acuerdo a las técnicas del pérfido Osama Bin Laden. La conclusión del cartesiano recuerdo es más que obvio: Ä„el terrorismo islámico está en el corazón de América del Sur!



¿Pero no será todo esto una locura o una gran maldad? Si un gobernante europeo se declara no dispuesto a una aventura militar aunque esté a cuatro semanas de las elecciones en las que se juega el empleo, no importa. Surge un nuevo grupo de oposición iraquí que se toma la embajada en la capital del país, dejando la sensación de que el que aspira a ser reelegido no es capaz de garantizar su seguridad ni al panadero de la esquina.



El militar victorioso que dirige el Departamento de Estado declara no estar por la opción de la guerra, mientras que el civil que lo dirige, como los antiguos papas, llama al entero Occidente a aplastar el infiel que ocupa los lugares santos. Claro que son santos porque producen sanación, riqueza, porque están llenos de petróleo.



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  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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